La semana post CBxR se presentaba llena de incógnitas. ¿Cuál sería el precio a pagar por esa excursión por tierras de la Costa Brava?. ¿Cuánto tiempo sería necesario para poder retomar la rutina de entrenos?. Y esas dudas me tenían especialmente preocupado porque con el horizonte de la MiM a tres semanas vistas cualquier incidencia podía echar a perder el trabajo de estos meses.
Afortunadamente, aunque con el lógico cansancio acumulado, el lunes me levanté sin ningún tipo de molestia y, también importante con las ganas de continuar intactas. Y esto último no lo tenía tan claro porque el riesgo de saturación era bastante evidente. Aún así, la semana transcurrió con tranquilidad, con sesiones bastantes menos exigentes que en los días anteriores pero sin ceder ni un ápice en la rutina previamente prevista de entrenos. Así, después del descanso del lunes, entre rodajes en torno a la hora a ritmos "suaves", siempre en torno a 140 ppm, bastante trabajo de gimnasio, especialmente en la elíptica y una creciente "excitación" por la empresa que se avecina, llegamos al fin de semana.
El sábado se tomó con muchísima calma.... vamos, reposo total, porque para el domingo tenía excursión por territorio MiM. Así que a las siete estaba por Castalia para que el bueno de Pascual nos trasladase a Karmele, Irene, Miguel y a un servidor hasta Les Useres para afrontar el reconocimiento de la segunda mitad de la MiM con el objetivo personal de olvidar las malas sensaciones del año pasado (nada que ver con lo de ahora) y, sobre todo, perderle el miedo a la Lloma Bernat y al Marinet. Así, después de comprobar el amplio despliegue de la Benemérita a la caza y captura de los incautos que, después de una larga noche de fiesta en Les Useres, tenían el valor de coger el coche para regresar a casa, y de encontrarnos con los restos de aquéllos que todavía a estas horas, cercanas las ocho, mantenían el "espíritu competitivo", vaso en mano, nos vimos en Les Useres dispuestos a devorar los km que nos separaban de Sant Joan.
Superado el primer arreón nada más empezar las sensaciones empezaron a ser más que positivas. Inicialmente la impresión es que del fin de semana de pasión por las playas gerundenses no quedaba rastro negativo, al contrario, parece que iba tremendamente cómodo al ritmo que inicialmente marcaba Irene. Pronto el grupo se dividió en dos; Irene y yo mismo íbamos por delante mientras que Miguel y Karmele nos seguían a corta distancia (y así fue durante todo el trayecto aunque periódicamente hacíamos un ejercicio de reagrupamiento para seguir juntos). El caso es que, como digo, me encontraba muy a gusto al ritmo que nos marcamos así que decidí que en las subidas iba a intentar forzar un poquito más para comprobar sensaciones y aprovechar los tramos llanos y de bajada para "esperar" (tampoco demasiado porque iba prácticamente detrás) a Irene. Y en esas estábamos cuando más pronto que tarde alcanzamos Sant Miquel de les Torrocelles donde hicimos la segunda parada de reagrupamiento aprovechando para "abusar" un poquito del avituallamiento que los chicos del Club Marató i Mitja tenían montado para su particular reconocimiento del terreno. Aquí también nos esperaba Pascual lo que se aprovechó en algún caso para aligerar chubasqueros y demás. Total, desde Les Useres hasta aquí 1:17, aspecto que llenó de alegría a Irene que, según sus propias palabras, había ido más rápido que nunca (o algo así). Por mi parte, hasta ese momento, encantado de la vida, muy entero y con la sensación de que "algo" había cambiado con respecto al año anterior, y no solamente el hecho de que entonces llevaba treintaytantos km extras desde Castellón.
Pero yo seguía con las dudas; a partir de este punto empieza, bajo mi punto de vista, lo más duro y seguía sin tener del todo claro las sensaciones que iba a tener subiendo la Lloma, primero, y el tramo Xodos-La Banyadera, después. En fin, el caso es que nos pusimos en faena y, nuevamente las sensaciones fueron buenas. Esa subida, inicialmente tendida y que permite la alegría de trotar en algún tramo, pero que luego se hace cada vez más dura, que nos espera nada más salir de Sant Miquel se pasó de manera más positiva. Recuerdo que en la carrera del 2009 esta subida a la Lloma fue una losa pesadísima así que poder comprobar que al final no era para tanto (aún con las lógicas reservas de cara al día de la carrera) seguía haciendo que mi optimismo creciese por momentos. Nuevamente al final de esta subida esperé, muy brevemente, a que Irene me diese alcance y juntitos recorrimos el tramo de "recuperación" hasta Xodos donde, después de subir ese último repecho que nos lleva hasta el centro del pueblo, nos plantamos en un total de 2:39 y, todavía aquí, con muy buenas sensaciones y muy entero. Nuevamente aquí aprovechamos para avituallarnos y reagruparnos todos, situación que hizo que nos alcanzara gente que andaba también por allí... Teo, Wushi, Buscamurs, el grupo de Sonieta (que luego se marcó una subida espectacular hasta el Pla de la Creu) y alguno más que por allí andaba.

Por allí andaba ya Pascual, siempre atento a lo largo del recorrido y que había tenido tiempo incluso de hacer alguna setilla por el camino (deliciosas por cierto en una buena tortilla que cayó esa noche). Hasta aquí todo perfecto pero todavía quedaba un epílogo insuperable en forma de copioso almuerzo post esfuerzo del cual, debido a una confusión, solamente fui partícipe en forma de "gorroneo" de las viandas allí aportadas por el resto del grupo. Después de eso, y apremiados por la lluvia que empezaba a caer, acudimos a cerrar la fiesta con unos "cafeses" y rumbo a casita con la satisfacción del deber cumplido y la alegría de una maravillosa mañana de montaña en más maravillosa compañía...... y con las 8 horas que empiezan a rondar en mi cabeza (más dura será la caída, dicen).
En fin, que os dejo enlace habitual a los datos del cacharro por si os interesa
28220 metros con D+ 1663 m
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