lunes, 2 de diciembre de 2013

Volverán mis paseos por las alamedas

Mucho tiempo ha pasado desde la última entrada en este rincón donde no hace demasiado tiempo relataba de manera periódica mis andanzas, como modesto trail-runner la mayoría de las veces, o como transeúnte por esta aventura que algunos han dado en definir como vida. Han sido meses intensos y complicados con muchas novedades al final del periodo pero con pocas ganas de abrir mi alma en este espacio. Sin embargo, llevo ya un par de semanas tratando de encontrar el momento para reabrir mis alamedas al público y hoy, por fin, parece que ha llegado el momento. Espero que no sea una entrada puntual sino que se convierta en la primera de mil historias que vuelvan a fluir desde mis adentros pero eso es algo que solamente el tiempo nos lo aclarará. De momento me basta con reflejar aquí todo lo que hoy tengo por narrar y dejar que el tiempo decida cuál será la continuidad de este espacio...
Decía que han sido muchos los cambios que he vivido en estos meses; algunos de ellos llegué a contarlos aquí pero otros se quedaron en el tintero. Tampoco es cuestión de contarlos todo ahora, como una amalgama que se cuela en un breve escrito, así que me quedo con dos hechos que creo que son suficientemente aclaratorios de mi actual situación. El primero de esos cambios se llama CORREMON y es un proyecto ilusionante que, en compañía de uno de los protagonistas de varios de mis escritos, Rubén, emprendimos hará cosa de siete meses. Un proyecto que me ha ayudado mucho en una lucha abierta hace demasiado tiempo contra una creciente desmotivación en mi trabajo de casi toda la vida y que últimamente se convertía en serio problema. Un proyecto que de momento parece caminar firme hacia su consolidación en un camino lleno de obstáculos pero que vamos sorteando con cierta dignidad y con muchas ganas de hacernos con un nombre en este proceloso mundo de los negocios.
El segundo de esos cambios ha tenido lugar hace apenas un mes y ha sido, creo, una de las mejores decisiones que he podido tomar nunca. Dieciséis años de entrega a un proyecto de nombre Azulejos Mijares/Cerlat, un largo periodo que nunca podré olvidar a pesar de que a un larguísimo periodo de perfecta simbiosis le sucedían aproximadamente tres años de un deterioro progresivo en la relación que, desgraciadamente, iba paralelo a un deterioro similar en mi calidad de vida y que acabaron finalmente en una salida del mismo que, a día de hoy, puedo calificar como más que acertado.
Como veis mi vida ha dado un vuelco radical pero a fecha de hoy la ilusión es mucho más fuerte que la lógica incertidumbre ante ese cambio y hoy puedo decir que después de un largo periodo de sombras el sol vuelve a lucir en lo más alto y que mucho más temprano que tarde volveré a disfrutar de esas cosas que antes me daban fuerza, en especial de ese espectacular mundo del trail que hace demasiado tiempo dejó de motivarme y que en breve volverá a formar parte de ese núcleo de mi existencia.
En fin, acabo ya, no sin antes agradecer a todos aquellos (y no voy a dar nombres) que en este periodo me habéis ayudado a resistir. Y lo hago con un grito de esperanza que a muchos de vosotros os sonará de algo: Run4Fun!!!

domingo, 3 de febrero de 2013

V Cursa Muntanya Torreblanca; de nuevo con dorsal


Espero que este logo de mucho de
que hablar los próximos años
Mucho tiempo ha pasado desde la última entrada en el blog y eso suele ser mala señal, algo que en esta ocasión también se cumple. Cierto es que no puedo decir que haya pasado nada malo, casi al contrario; las noticias positivas superan al lado oscuro pero no lo es menos que durante este largo mes sin competir los entrenamientos no han sido todo lo buenos que deberían haber sido. La Navidad por medio ha colaborado a ello y un periodo de mucho trabajo también ha puesto su granito de arena. Unámosle a ello una dosis de cierta perrería (quizá no sea la palabra más adecuada pero no se me ocurre otra) y cierto problemillas físicos y tendremos el cóctel perfecto que define este periodo de final de 2012 y principio de 2013. Pero bueno, como todo en esta vida parece tener solución parece que las cosas empiezan a funcionar un poquito mejor y de momento llevo diez días bastante buenos en relación a entrenamientos y temas relacionados con las carreras. Y así llegó el reestreno en carreras de montaña el domingo por las sendas de Torreblanca. Pero antes de entrar en esa historia me permitiréis que os cuente algo diferente pero que en estos momentos es el factor principal que tira de mi carro de la motivación: Corremón.

Hace ya bastante tiempo que en compañía de Rubén, "el veí", llevábamos dándole vueltas a la idea de desarrollar un proyecto relacionado con el mundo de las carreras, en especial con las de montaña. Pasaba el tiempo, hablábamos mucho de ello, parecíamos decididos a tirarlo adelante pero a la hora de la verdad no acababa de cuajar. Pero ahora ya es una realidad; bueno, será una realidad en cuanto acabemos de adecuar el local y podamos inaugurar, espero que en algo más de un mes. Corremón es, en esencia, una tienda de running especializada en la montaña; sin embargo, desde el primer momento, aquel en el que nos planteamos la posibilidad de abrir algo, tuvimos claro que no podía quedarse ahí. Y por eso creo que puedo decir que con Corremón pretendemos desarrollar un nuevo concepto de tienda especializada en trail. No voy a desvelar nada todavía porque queremos hacerlo cuando esté todo un poquito más avanzado (mantendremos la incógnita de momento), pero ya anticipo que pretendemos dar un servicio integral a corredores y clubs, ofreciendo un espacio diferente en el que se puedan desarrollar actividades en un espacio preparado para ello. Nosotros le llamamos el "Aula de Corremón" pero hasta aquí voy a leer.. En fin, pasamos por momentos difícil en los que parece una locura embarcarse en proyectos empresariales pero la ilusión mueve montañas (nunca mejor dicho) y con el aval de la ilusión y del conocimiento que tenemos del mundillo estamos seguros de poder ofrecer un proyecto diferente y alternativo a lo ya existente. Pretendemos ocupar un espacio que ya tiene dueños pero desde la base de llenar otros espacios que en estos momentos están huérfanos y que pueden ayudar a conseguir un enfoque más integral del servicio a la ingente cantidad de hombres y mujeres que día a día convierten el running en general y el trail en particular en una válvula de escape de todos los problemas que día a día nos acechan en estos tiempos convulsos.

Este dorsal debe marcar el inicio de un nuevo periodo
Y dicho esto, volvamos a Torreblanca. Después de un largo periplo de malas experiencias en el ámbito del running, de renunciar a alguna San Silvestre (eso sí, con la satisfacción del éxito organizativo y de participación de la San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre que montamos en Albentosa), de renunciar también al tradicional comienzo de temporada en el 10k Divina Pastora de Valencia, a cambio, eso sí, de un satisfactorio entrenamiento en los dominios del Tossal Gros que creo que marcó un punto de inflexión, los últimos diez días han venido marcados por el regreso de las buenas sensaciones en los entrenamientos que, si bien no han sido muy intensos, sí que comienzan a tener cierta carga de intensidad que poco a poco seguro que van dando resultado. Llegaba el fin de semana y tocaba meter un poquito de carga de trabajo; la idea era acumular dos sesiones de quince-dieciséis kilómetros, la primera de ellas por el circuito matahombres (tal y como empezamos a conocer al recorrido que empezamos a tener trillado por la zona de Paterna-La Vallesa) se desarrollaba el sábado en compañía de Tomás (Alfonso, el otro habitual del mismo nos dejaba abandonados al estar recuperándose de un inoportuno esguince en pleno GR10 Extrem) que como suele ser habitual acabábamos completando a ritmos superiores a los que habíamos planeado, y superiores a los que imponía la prudencia. Lo que en un principio se planteaba a ritmos cercanos a los seis minutos por kilómetro acababa en un resultado que se refleja en este enlace al Garmin Connect. Y con ese esfuerzo en las piernas, después de siete días de intenso entrenamiento que en cualquier momento podía pasar factura llegaba el domingo en el que tocaba volver a ponerse un dorsal. Lejos, muy lejos, estaba el lugar elegido; menos mal que en este caso iba acompañado, nuevamente por Tomás, así que en un ratito nos plantábamos en Torreblanca dispuestos a recoger el dorsal y hacer tiempo hasta el momento de la salida. Una enorme alegría el volver a ver tantas caras conocidas con las que hacía tiempo que no coincidía: el maestro Rafa Murcia que no se pierde una, acompañado por Adrián al que espero ver pronto delante de la cámara fotográfica, Zapa, otro grande como Ritxi al que vi mejor de lo que esperaba, Kineta a la que apenas pude "saludar" en su entrada en meta, y así podría estar citando a muchos....

Bonito grupo, sí señor
El día se presentaba complicado por el fuerte viento que soplaba y que me recordó que pese a lo que parece seguimos estando en pleno invierno; la sensación térmica era al principio de frío aunque en realidad la temperatura era superior a la que parecía. Pero el problema era el viento; qué poco me gusta cuando sopla y el domingo lo hacía con fuerza así que íbamos a tener que lidiar con él. En fin, el caso es que un breve calentamiento dio paso a una sesión de fotos, de la que dejo una nuestra en muy buena compañía. Y así llegó el momento de la salida. El objetivo estaba claro; salir tranquilo y llegar también tranquilo, siempre pendiente de las sensaciones y tratando de disfrutar al máximo esta nueva experiencia por montaña. Mi intención era hacer la carrera completa con Tomás pero a la vista del perfil de salida éste ya se había autoconvencido de que al principio iba a quedarse así que decidí salir a la mía con el convencimiento de que finalmente Tomás me alcanzaría. Y así fue; en el momento de darse la salida, tras un brevísimo callejeo por el pueblo de inmediato giramos a la derecha en dirección a la carretera nacional que cruzamos por debajo y en ese momento se iniciaba un tramo que iba picando hacia arriba de manera suave y que, como suele ser norma al inicio de las salidas, se le atragantó a Tomás. En ese momento abandoné su compañía y seguí con una marcheta tranquila que se quebró allá por el kilómetro 1,3 momento en el que se formó un tapón de cierta importancia. Me permitiréis que aproveche esta circunstancia para reprender a todos aquellos que aprovechan estas situaciones para hacer gala de su enorme capacidad para el recorte. Al margen de una falta de respeto para el resto de los que sufrimos el tapón creo que deberían pensar en que no es de recibo transitar por zonas distintas a las marcadas por la organización, dejando con ello su huella en terreno que nunca se sabe qué puede contener. Y ya de paso nuevo toque de atención a los cochinos que dejan impronta de su paso por las carreras en forma de envoltorios de geles abandonados en las sendas (en esta ocasión pude comprobar allá por el doce, poco después del último avituallamiento y coincidiendo con el inicio de la última subida, cómo tres restos de geles se amontonaban en apenas cincuenta metros)...
Volviendo a la carrera, en el momento del tapón pude hacerme una idea clara de dónde iba Tomás así que superado éste afronté el primer tramo de subida, que nos llevaría hasta prácticamente el kilómetro tres, con la tranquilidad prevista y siempre pensando en que Tomás me pillase y poder hacer la carrera en compañía. Llegamos arriba y seguía sin noticias de éste así que decidí olvidarme de él con la certeza de que antes o después acabaría alcanzándome. De momento las cosas iban bien; esta primera subida, aún sin forzar, la había superado con bastante alegría y sin problemas físicos derivados de estos días pasados, catarro incluido. Se iniciaba aquí un descenso prolongado de algo más de kilómetro y medio que también me tomé con calma, siempre siguiendo la estela de la gente que me precedía pero sin intención de forzar ningún adelantamiento a pesar de que ahora sí, iba bastante cómodo, quizá algo más de lo deseable. Y así, finalizado el descenso enseguida llegó el primer avituallamiento y el kilómetro cinco, que transité en 37.40 y muy bien de piernas.
Otro momento de la carrera
Se abría aquí un largo tramo de prácticamente ocho kilómetros bastante corredor, mayoritariamente por buenas sendas y agradable de correr, con la excepción de una tachuela de aproximadamente un kilómetro allá por el siete. Un tramo de los que me gustan y que va "toboganeando" de manera continua y que se hace ameno al tener que ir cambiando de ritmo de manera continuada. Y así, sin noticias de Tomás fui dando cuenta del mismo, a ritmos que siempre estaban cercanos a los seis minutos por kilómetro y con cierta sensación de suficiencia que se completaba con la ausencia de molestias de entidad. Y en esas estaba cuando superé el kilómetro diez, marcando en el segundo cinco mil un tiempo de 32.18. Convencido de que Tomás no podía estar demasiado detrás seguía con paso decidido hacia delante y poco después ya pude observar a éste bastante cerquita por detrás. Coincidiendo con el segundo avituallamiento, en pleno "repecho" llegó el primer aviso muscular de cierto cansancio así que decidí tomarme un respiro hasta que me diese caza Tomás (algo que igual iba a suceder) para poder recuperar y pegarme a él cuando esto ocurriese. Y efectivamente enseguida, superado el kilómetro once se produjo el encuentro. A partir de ahí sabía que, quitando el tramo de subida en el que seguro que me iba a dejar marcar el ritmo, la carrera se iba a convertir en una persecución al compañero así que me dispuse a ello... 
Poco después de cruzar la carretera,
momento de ritmos vivos pero sin perder la sonrisa.
Foto de Adrián Murcia
Llegábamos al momento de inicio de la última subida del día y la verdad es que ese breve tramo en compañía de Tomás me había servido para recuperar las sensaciones y abandonar esas molestias que habían amagado con aparecer breves momentos antes. La subida era complicadilla y constaba de tres tramos de ascenso. Un primer tramo de apenas cuatrocientos metros al trece por cien, con un brevísimo descanso de apenas cien metros que nos dejaba a los pies de otro repecho de apenas doscientos cincuenta metros al dieciocho por ciento, para acabar con un último esfuerzo después de cuatrocientos metros de "recuperación", esfuerzo más suave que nos dejaba al final de la subida después de una cuesta de esas "rectas" pero no demasiado dura al final de la cual nos detuvimos brevísimamente para hidratar un poquito el cuerpo y afrontar, ahora sí, la parte final. Lo que quedaba hasta meta era un descenso de aproximadamente 2200 metros, inicialmente algo más técnico aunque mucho menos de lo anunciado y que nos dejaba a la altura de la autovía, que cruzamos por un paso subterráneo. En estos momentos el amigo Tomás ya había tomado el mando de las operaciones y empezaba a imponer un ritmo alto que por momentos me costaba seguir. Y así llegamos al quince, donde el terreno ya se suavizaba y se dejaba querer; y claro, a meterle caña al cuerpo, de manera que este kilómetro lo superamos en 4.29. Y hasta aquí, en el momento del giro para entrar en la recta de meta solamente quería una cosa, disfrutar del momento así que baje el pistón para cubrir esos últimos ciento cincuenta metros "escuchando" a mi cuerpo y disfrutando del momento de completar esta carrera que por todo lo dicho espero sea un punto de inflexión y preludio de buenos momentos. Al final entraba en 1.52.25, por debajo de siete minutos el kilómetro que era un poco el listón marcado y que fue guiando mis pasos desde prácticamente el inicio. Así, con la satisfacción del deber cumplido y con la de comprobar que muscularmente estaba muy entero, dimos cuenta de manera rápida pero intensa del buen avituallamiento de meta y al poco tiempo, después de comprobar la entrada en meta de Rafa y de Kineta (a la que achuchamos un poquito, la verdad) emprendimos camino de vuelta a casa pensando en nuevas metas. Y es que el 24 de febrero está ahí, a la vuelta de la esquina, con Espadán esperando amenazante. Tiempo habrá de contarlo... de momento los habituales enlaces a mis datos en carrera.


Perfil de la carrera en Wikiloc

sábado, 29 de diciembre de 2012

I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre (Albentosa 29/12/2012)


Cartel de la I San Silvestre
Comarca Gúdar-Javalambre
María Barreda
Después de las dos San Silvestres disputadas el fin de semana anterior (Riba-roja y Sot de Ferrer) de las que ya di buena cuenta en anteriores entradas, para el sábado 29 de diciembre tocaba "disputar" una nueva San Silvestre, en esta ocasión de las nuevas y desde una perspectiva diferente ya que se trataba de la segunda experiencia de quien esto suscribe y de la gente de Albentosa a Pié en el mundillo de la organización de las carreras. Después del éxito cosechado en la primera edición de la Carrera x Montaña de Albentosa, disputada el 11 de agosto, nos propusimos dar un paso adelante y, con la inestimable colaboración del Servicio de Deportes de la Comarca Gúdar-Javalambre, nos embarcamos en la organización de la I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre, cuya primera edición nos ofrecimos a organizar aunque la prueba nace con la idea de convertirse en carrera itinerante que vaya recogiendo año tras año alguno de los pueblos de la comarca. Además de ello pretendíamos convertir la prueba en una fiesta fin de año del deporte del atletismo de la comarca con la celebración al acabar la prueba de una comida de hermandad que precediese a la habitual Gala del Trofeo de Carreras Populares, cerrando así el año deportivo en la comarca con un evento nuevo en el que pudiésemos compartir todos, mayores y pequeños, "profesionales" y "populares", corredores y andarines un día de fiesta y buen rollete en las calles, en este 2012, de Albentosa. Y con esa intención nos pusimos manos a la obra con la incógnita que rodea siempre un evento nuevo pero con la ilusión de un niño con zapatos nuevos y la fuerza que nos daba la experiencia de verano.

Tubular de diseño exclusivo que se regaló a los esforzados
participantes del evento
Y así, después de unos meses de duro trabajo llegó el día H. Un recorrido de algo menos de cuatro kilómetros, duro según lo que me cuentan los que lo sufrieron pero accesible para todo el mundo, con zonas de asfalto, concentradas en el callejeo por el pueblo, zonas de vía verde aprovechando la suerte de contar con la espectacular Vía Verde de Ojos Negros en el término municipal, y también alguna "sendita" que nos conduciría hasta el camino del Castillo y que hacían del recorrido una pequeña trampa para todos, pero en especial para aquéllos que vinieron hasta Albentosa dispuestos a dejarse la piel en pos de una victoria que engrosara su palmares. Y después de los días previos de nervios y de ganas de cerrar todos los flecos que acompañan a la organización de eventos de esta índole llegaba el día de la carrera y con ello las prisas de última hora, agravadas en este caso por la enorme cantidad de gente que se presentó el mismo día con la intención de participar (a pesar de que el plazo inicial de inscripción se cerraba el 27) y a los que no supimos decir que no lo que nos provocó ciertas disfunciones por las que pido ya de antemano disculpas.

A la derecha el ganador del disfraz individual
Y en esta foto el conjunto ganador del disfraz colectivo
Estos Coyotes no son los habituales
Pero bueno, dicho eso, a las doce de la mañana, con la plaza del pueblo colapsada por más de trescientos participantes (a los que damos las gracias uno por uno), dábamos inicio al desfile de disfraces en el transcurso del cual se decidía el ganador de las dos categorías, honor que recayó en Jaume Herrero y su "Doctor Globus" en categoría individual, y en el disfraz de la gente de Los Coyotes, "Blancanieves y los Siete Animalitos" en categoría colectiva. Y finalizado el mismo tocaba correr así que después de ubicar a las gacelas en la parte delantera del arco de salida se dio la misma y todos, cada uno a su ritmo, se aprestaron a dar cuenta del recorrido antes mencionado. Un error grave de la organización (motivado por algún "gracioso" que quitó una cinta que cortaba una calle estuvo a punto de provocar el caos al hacer que los primeros se perdiesen pero la fortuna se alió con nosotros y al final todo quedó en un error, muy grave, sí, pero que apenas motivó que los primeros hicieran cincuenta metros de más. Al margen de esta desagradable circunstancia fue toda una gozada disfrutar de las calles del pueblo con el ambiente que destilaba el evento, con infinidad de gente disfrazada y con el buen humor como nota más destacada del mismo. Al final, y a pesar del carácter no competitivo de la prueba, en apenas trece minutos teníamos al ganador absoluto de la prueba, Luis Agustín Escriche, de La Salle-Jamón de Teruel, quien se convertía así en el primer vencedor de lo que esperamos sean muchas ediciones de una San Silvestre. Pocos minutos después llegaba la primera fémina, Laura García Valverde, del Club Atletismo 42 y pico, que seguía así con el reguero de triunfos con los que ha finalizado el año.

Luis Agustín Escriche,
vencedor absoluto
Y aquí, Laura Gª Valverde, primera fémina, en compañía
del amigo Ayacucho
Finalizado el evento deportivo propiamente dicho, y después de un rato de esparcimiento por la plaza del pueblo, lugar en el que rodaron las cervezas y otras bebidas dentro de ese especial ambiente ya narrado, la gente se dirigió al Pabellón Polideportivo a degustar unas migas típicas de la tierra (aunque debido a la avalancha final hubo quien tuvo que conformarse con unos macarrones) y finalmente se celebró la entrega de trofeos del Circuito, acto que puso punto y final al evento que, finalmente, sin ser perfecto creo que no salió mal del todo lo que nos anima a seguir adelante con estas celebraciones en Albentosa. Agradecer desde aquí a todos los colaboradores del mismo por su apoyo y animar a la gente a que en diciembre de 2013, sea donde sea, se vuelvan a congregar para disputar la segunda edición de la San Silvestre. Y me permitiréis agradecimientos particulares: Juanjo "Ayacucho" cuyo comentario en el facebook no tiene desperdicio: " I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre (Albentosa/Teruel), 29/12/2012, segunda carrera para mi este año en uno de los pueblos más bonitos de España y base de operaciones del gran Roberto Javier Coronel Sánchez, San Silvestre casi (y sin el casi) de montaña, en una palabra espectacular, subida, más subida, vía verde de encanto, acueducto, dura subida por senda hasta el castillo... y a meta... Laura García Valverde 1ª absoluta!!!", Rafa de Gomar, David Vila por ser el apoyo imprescindible en la organización, a un escoba especial, Angel Chiva, a mi gente de Cerlat, esos Coyotes de impresión, María Barreda por su presencia y su cartel, y también a la gente de la Comarca, personalizados en Lázaro Vicente, el Ayuntamiento de Albentosa en la persona de Yolanda, incansable como siempre... y otros muchos que seguro se quedan en el tintero.

Perfil de la prueba en Wikiloc (al final fue un pelín más corta)

FOTOS (Javier Yaya)

domingo, 23 de diciembre de 2012

Un mal final de año que remontamos poco a poco... parte 2



Segunda edición de la SanSil
montañera de Sot de Ferrer
... decíamos ayer que el fin de semana había empezado con la San Silvestre de Riba-Roja el viernes noche y, sin solución de continuidad, el sábado con una salida "rodaoreta" con el amigo Tomás Moreno, Canh, por tierras de Paterna que había dejado las piernas de quien esto suscribe "listas" para la batalla del domingo por Sot de Ferrer y su espectacular subida a la Ermita de San Antonio, a través de su encalada subida que le da un toque especial. El término municipal de Sot de Ferrer tiene una extensión de 8'60km² siendo atravesado por el río Palancia. El término se encuentra en el valle del río, que aquí empieza su curso bajo, siendo la última localidad que aún ve pasar agua por el cauce en condiciones normales. El casco urbano se encuentra muy cercano al curso fluvial a una altitud de 230 metros.
Si bien durante el periodo musulmán existe documentación de al menos tres poblados en el término de la localidad, el origen de esta se debe a la reconquista por parte de Jaime I de Aragón en 1245 que la cede a don Hurtado de Lihori , familiar de los duques de Liria, en pago a sus buenos servicios durante la campaña, y éste les da el nombre de Soto. Unos años más tarde, don Hurtado edifica allí, en una superficie de 1300 metros cuadrados y como lugar de recreo para habitar con sus familiares, un magnífico palacio de estilo gótico primitivo con alardes ojivales en los ventanales de su fachada. Posteriormente alrededor de ese núcleo y debido a su cercanía con el Camino Real a Aragón fue surgiendo el actual pueblo.
Espectacular la primera subida de la carrera
Dícese por tradición que bajaron algunos de los habitantes en el Camino Real, tanto moros como cristianos (que serían muy pocos), a fundar el lugar invitados por el dueño del palacio, que sería el primer señor y poblador. En la Capilla de Santa Lucía se ven las imágenes de San Jaime y las barras de Aragón, que junto con el estilo gótico, dan lugar a inferir que el rey Jaime I haría fundar aquella iglesia para los cristianos que entre aquellas gentes debía haber.

Previa de la carrera en compañía del clan d'Alzira.
¿Con estos precedentes qué podíamos esperar?
En esta ocasión tocaba salir desde Castellón, desde donde me aguardaba un pequeño viaje de aproximadamente cuarenta minutos hasta llegar al parking habilitado en la salida de la autovía, a unos cuatrocientos metros de la entrada del pueblo donde dejé el coche y desde donde me dirigí al encuentro de David que me había adelantando y que había recogido los dorsales. En el trayecto hasta el pueblo ya se observaba la enorme cantidad de gente, en número cercano al millar, que se iba a dar cita en la carrera. A fuerza de dejarme a gente en el tintero, mucho conocido y amigo: Jorge Larive, Rafa Murcia, Adrian Murcia, Tomás y Alfonso, compañeros de fatigas por el Matahombres, Luciano, Pablo, Tere Isierte, Laia, Ezequiel, y así un sinfín de amigos que estaban ya esperando el momento de la salida. Todavía tuve tiempo en compañía de los individuos de la izquierda de volver al coche, acabar de prepararme y volver al casco urbano aprovechando para calentar un poquito. Este año la salida estaba ubicada en la parte alta del pueblo, algo que al final implicaba que la llegada iba a ser en subida, una subida corta pero empinada que seguramente se dejaría notar al acabar. Bien, poco a poco llegó el momento de la salida y nada más ponerse en marcha la prueba tocaba empezar a apretar en unos primeros metros de pronunciado descenso que nos dejaba en la plaza donde el año anterior se ubicaba la zona de salida y llegada. Breve callejeo por el pueblo y enseguida un fuerte repecho que nos deja al pie del Calvario que habrá que subir para empezar a entrar en calor. Y no por esperada la sorpresa fue desagradable; ya en los primeros compases de la subida las piernas empezaban a dar muestras de que la salida del día anterior se iba a dejar notar. Pese a ello intento apretar un poquito a ver cómo respondo pero viendo que no iba a ser un buen día y, además, con la realidad de que en la subida al Calvario ya tocaba parar de correr por alguna aglomeración, todo ello me da para replantearme la carrera y decidir que, hoy sí, tocaba disfrutar y olvidarse de tiempos. Y así acabé de dar cuenta de la subida al Calvario y me preparé para "sufrir" un primer descenso plagado de tapones aunque eso me importaba poco. Pese a ello, o quizá precisamente debido a la aglomeración, el compañero que iba delante tuvo una fea caída que afortunadamente acabó en nada. 
Así que, después de un kilómetro y medio de subida, de otro de bajada y de un par más en subida, siempre suave pero muy constante, nos plantábamos ya en el cinco, primer avituallamiento que me salté para continuar con mi ritmo cansino, alternando trote y paseo. 

Y aquí en pleno esfuerzo en la parte final de la prueba
Debo reconocer que recordaba el recorrido menos exigente; no es que sea un recorrido duro pero tampoco deja demasiado respiro por sus continuados toboganes. Cierto es que en otras condiciones la cosa seguramente la vería diferente pero... El caso es que en este primer avituallamiento ya me había sobrepasado gente como Tomás, Alfonso o el maestro Rafael Murcia pero tampoco me preocupaba lo más mínimo. Allá iba yo con mis trenzas, disfrutando mucho, como hacía tiempo que no hacía, tragando metros. Pasado el primer avituallamiento nos esperaban tres kilómetros con tendencia a bajar, algo que me vino bien para recuperar un poquito las piernas pero la verdad es que éstas no tiraban ni cara al aire así que cuando el recorrido volvió a tirar hacia arriba volví a la tónica anterior de caminar las subidas y trotar en el resto del recorrido. Y así fui dando cuenta de los catorce kilómetros de recorrido, sin prisas, sin agobios y con la idea de llegar en torno a la hora y media. Como veréis en la foto de abajo al final el tiempo fue de 1.31 pero también podréis observar mi cara de felicidad, muestra evidente de que lo pasé bien. Y eso a pesar del último repecho que, como ya adelantaba al inicio del relato, nos esperaba traicioneramente en los últimos metros del recorrido. 

Llegada a meta; obviemos el tiempo que no tiene importancia.
La sonrisa en la cara es lo mejor de todo
En fin, dicho queda; lo de menos el tiempo porque no se trataba de ello en esta ocasión. Tiempo y carreras tendremos, espero, para sufrir y buscar marcas. En esta lo importante fue acabar un buen fin de semana de salidas y carreras y hacerlo habiendo recuperado la alegría de correr. Las sensaciones volverán más adelante, seguro. ¿Ahora qué?. Pues de momento el primer objetivo serio de cara al año 2013 será la Maratón de Espadán, a final de febrero, donde espero estar ya en un estado bueno que me permita encarar un periodo hasta final de mayo en el que hay objetivos importantes y duros, aunque eso ya llegará e iré desvelándolos a su debido tiempo. De momento os dejo los enlaces habituales de mis relatos y os emplazo a que nos visitéis el sábado 29 de diciembre en la I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre; la gente de Albentosa está impaciente por demostrar una vez más su hospitalidad. Tenéis toda la información en http://cxmalbentosa. blogspot.com.es


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viernes, 21 de diciembre de 2012

Un mal final de año que remontamos poco a poco... parte 1

Cartel de mi primera San Silvestre del 2012
La última entrada del blog nos dejaba con el desencanto de la Maratón de Valencia, la MDP, y mi retirada en el diecinueve pero con las ganas de dejar atrás un mal periodo y volver a una cierta normalidad durante el mes de diciembre. Buenas eran las intenciones pero finalmente el periodo que media entre aquélla entrada y la que hoy desarrollo fue el del crack; un periodo especialmente malo a nivel de ambiente en el trabajo, con un elevado volumen de desmotivación acabaron por provocar mi ausencia, por este orden, en Sot de Chera, en Alcoi y en la Maratón de Castellón. La primera de ellas fue por precaución pero las otras dos se debieron a ese crack que antes mencionaba y que me llevó incluso a plantearme el abandonar temporalmente este mundillo que tantas alegrías me ha dado en los últimos años. En cierto modo sentía que estaba traicionando su entrega con unas prestaciones muy alejadas de lo que deberían haber sido pero, sobre todo, llevaba un periodo en el que no acababa de disfrutar con lo que hacía. El resultado de todo ello el abandono temporal de las carreras y los primeros damnificados Alcoi y Castellón.
Desde ese momento hasta el día de hoy han pasado tres semanas, la primera de las cuales fue prácticamente de parón. A partir de ahí decidí que, sin objetivos claros ni agobios, había que volver a las sendas y carreteras que tantos días me han acompañado en momentos buenos y otros no tanto... con ese planteamiento retomé las salidas aunque siempre en base a sensaciones y olvidando ritmos, GPS y demás historias. Se trataba, en definitiva, de volver a buscar esa ilusión en cierto modo perdida y reencontrar esas sensaciones a las que tanto aludo (alguna se ríe de mi por eso) y que tampoco acababan de aparecer. Han sido un par de semanas en las que he vuelto a disfrutar de alguna salida, menos de las que me hubiera gustado, aunque todavía falta mucho camino por recorrer.
Y en ese proceso llegó el tiempo de Navidad y, con él, las San Silvestres. Eventos habitualmente multitudinarios en los que los atletas populares nos juntamos con la élite que también se deja imbuir por ese espíritu especial y, de manera habitualmente circunstancial, con otras personas que habitualmente no practican el deporte pero que aprovechan los mismos para correr unos kilómetros que en ocasiones son el germen de nuevos atletas populares que se unirán a nosotros. Todo ello hace de estos eventos algo más especial todavía que el resto de carreras populares por las que transitamos durante el año.

Foto de grupo con los RRs y la gente de Correliana
Así, el pasado viernes, 21 de diciembre, tocaba volver a correr con dorsal dentro de la primera de las San Silvestres que este año caerán, la de Riba-roja de Turia, una que no conocía. Y lo iba a hacer acompañado (o acompañando que igual es), como en otras ocasiones de la gente del Rocafort Running. Así pues después de acudir al famoso meeting point, nos dirigimos hacia Riba-Roja donde llegamos con tiempo para hacer alguna foto del grupo y con la gente del Correliana. Y así, entre risas y pocas "ganas" de dar el callo se hizo la hora de la salida y ya que estábamos por allí pues nos tocó correr: "tranquilitos", "sin prisa", "a disfrutar"... estos eran los comentarios justo antes de empezar a correr. Y sí, los primeros doscientos metros, fueron a ritmo de pachanga, creo yo que porque había mucha gente que pasar pero el amigo Víctor Romero se empeño en estirar el chicle y a la que nos quisimos dar cuenta ya íbamos a ritmo vivo (no íbamos a dejarle solo, claro) él, Carlos Mena y yo mismo. La verdad es que me sorprendió un poco y me costó coger el ritmo de crucero pero tampoco iba a quedarme atrás así que entrando poco a poco en situación fuimos desgranando los más de cuatro kilómetros de revirado circuito a ritmo constante y algo vivo, aunque es cierto que Mena nos dejó unos metros atrás. Al final, los ritmos de paso para cada kilómetro fueron los siguientes: 5.08; 4.47; 4.44 y 4.46 al llegar el cuarto. En este momento ya nos encontrábamos en la recta final, que por cierto es interminable. Y una vez allí pues tocaba seguir apretando y no perder el ritmo así que los últimos trescientos metros que nos quedaban los hicimos a 4.36. Total, un calentón divertido para acabar en 20.49 aunque eso, en estas carreras más que nunca, es lo de menos. 

Lo importante de todo fue pasar un rato divertido y agradable en inmejorable compañía. Encima, el que quiso pudo degustar un chocolate con buñuelos que tenían una pinta, como vulgarmente se dice, "de que te cagas" (alguno incluso repitió, y no digo nombres Manu!!!). En fin, enhorabuena a la gente de Riba-Roja por una gran San Silvestre que queda anotada para años venideros. Os dejo los habituales enlaces...


Y, claro, como lo del viernes se quedaba corto, el sábado, prontito, a las 8.00 horas había quedado con el amigo Tomás para hacer una salida por el que hemos bautizado como circuito Matahombres (de manera exagerada eso sí) versión 1V; es decir, algo más de quince kilómetros con algún tramo exigente, en el que se combina de manera acertada el asfalto y la pista. Con pocas ganas al principio, después de perderme por las calles de Paterna, empezamos la ruta con la idea (la mía al menos) de salir a trote culón. ¡Qué equivocado estaba!, apenas medio kilómetro después del inicio ya llevábamos un ritmo muy superior al pensado; pero, claro, a ver quién dice nada para que luego lo ponga de vuelta y media en foros públicos. Y ya puestos pues tocó apretar el culo. Una breve descripción del circuito; 3600 metros de subida tendida, parte de ella coincidente con el Gran Fons de Paterna de este año, nos llevan a un giro a la derecha con cuatrocientos metros de exigente repecho que dan inicio a una vuelta de 8200 metros donde se combinan asfalto y tierra. Los cuatro primeros kilómetros los pasamos en 5.52, 5.30, 5.26 y 5.39 (este último a pesar del repecho). Se inicia en este punto un tramo de descenso donde empiezan a alternarse los tramos de asfalto y de tierra y que nos dejará al pié de la subida importante del recorrido, un par de kilómetros que se inician en el kilómetro 6,2. Dos kilómetros que transitamos en 5.00 y 5.04 y enseguida afrontamos los dos de subida donde, a la vista de cómo está el patio, decido ponerme delante y marcar el ritmo, bastante vivo la verdad, que nos lleva a hacer la subida en 6.00 y 5.38, meritorio en el segundo parcial.
Acabada la pista todavía queda kilómetro y medio de subida, asfaltera toda ella, que nos llevará hasta la vía y a un tramo de tierra que nos deja a los pies de la última subida, suave esos sí, y así hasta prácticamente el kilómetro once donde se inicia el tramo de descenso que nos llevará al inicio de la vuelta donde quedarán otros 3,6 km de descenso que permiten, si así se quiere meterle marcha al cuerpo. ¿El ritmo?; aquí os dejo los parciales: 5.17, 5.13, 5.14, 4.52, 4.49, 4.49 y 4.55 en el quince para acabar los últimos cien metros en 4.38 (se ve que ya olíamos los bocatas que nos esperaban al acabar). Total, 15.150 metros en 1:20:00 a un ritmo apreciable de 5.17 el kilómetro y con cierta suficiencia aunque debo reconocer que al final Tomás me llevaba con el gancho puesto.
Y una vez cumplido con el entrenamiento tocaba el avituallamiento y la tertulia, siempre agradable, recordando tiempos pasados. Y la mente puesta en la San Silvestre de montaña de Sot de Ferrer del día siguiente, aunque eso será otra historia...

15150 metros, 126 D+