sábado, 29 de diciembre de 2012

I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre (Albentosa 29/12/2012)


Cartel de la I San Silvestre
Comarca Gúdar-Javalambre
María Barreda
Después de las dos San Silvestres disputadas el fin de semana anterior (Riba-roja y Sot de Ferrer) de las que ya di buena cuenta en anteriores entradas, para el sábado 29 de diciembre tocaba "disputar" una nueva San Silvestre, en esta ocasión de las nuevas y desde una perspectiva diferente ya que se trataba de la segunda experiencia de quien esto suscribe y de la gente de Albentosa a Pié en el mundillo de la organización de las carreras. Después del éxito cosechado en la primera edición de la Carrera x Montaña de Albentosa, disputada el 11 de agosto, nos propusimos dar un paso adelante y, con la inestimable colaboración del Servicio de Deportes de la Comarca Gúdar-Javalambre, nos embarcamos en la organización de la I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre, cuya primera edición nos ofrecimos a organizar aunque la prueba nace con la idea de convertirse en carrera itinerante que vaya recogiendo año tras año alguno de los pueblos de la comarca. Además de ello pretendíamos convertir la prueba en una fiesta fin de año del deporte del atletismo de la comarca con la celebración al acabar la prueba de una comida de hermandad que precediese a la habitual Gala del Trofeo de Carreras Populares, cerrando así el año deportivo en la comarca con un evento nuevo en el que pudiésemos compartir todos, mayores y pequeños, "profesionales" y "populares", corredores y andarines un día de fiesta y buen rollete en las calles, en este 2012, de Albentosa. Y con esa intención nos pusimos manos a la obra con la incógnita que rodea siempre un evento nuevo pero con la ilusión de un niño con zapatos nuevos y la fuerza que nos daba la experiencia de verano.

Tubular de diseño exclusivo que se regaló a los esforzados
participantes del evento
Y así, después de unos meses de duro trabajo llegó el día H. Un recorrido de algo menos de cuatro kilómetros, duro según lo que me cuentan los que lo sufrieron pero accesible para todo el mundo, con zonas de asfalto, concentradas en el callejeo por el pueblo, zonas de vía verde aprovechando la suerte de contar con la espectacular Vía Verde de Ojos Negros en el término municipal, y también alguna "sendita" que nos conduciría hasta el camino del Castillo y que hacían del recorrido una pequeña trampa para todos, pero en especial para aquéllos que vinieron hasta Albentosa dispuestos a dejarse la piel en pos de una victoria que engrosara su palmares. Y después de los días previos de nervios y de ganas de cerrar todos los flecos que acompañan a la organización de eventos de esta índole llegaba el día de la carrera y con ello las prisas de última hora, agravadas en este caso por la enorme cantidad de gente que se presentó el mismo día con la intención de participar (a pesar de que el plazo inicial de inscripción se cerraba el 27) y a los que no supimos decir que no lo que nos provocó ciertas disfunciones por las que pido ya de antemano disculpas.

A la derecha el ganador del disfraz individual
Y en esta foto el conjunto ganador del disfraz colectivo
Estos Coyotes no son los habituales
Pero bueno, dicho eso, a las doce de la mañana, con la plaza del pueblo colapsada por más de trescientos participantes (a los que damos las gracias uno por uno), dábamos inicio al desfile de disfraces en el transcurso del cual se decidía el ganador de las dos categorías, honor que recayó en Jaume Herrero y su "Doctor Globus" en categoría individual, y en el disfraz de la gente de Los Coyotes, "Blancanieves y los Siete Animalitos" en categoría colectiva. Y finalizado el mismo tocaba correr así que después de ubicar a las gacelas en la parte delantera del arco de salida se dio la misma y todos, cada uno a su ritmo, se aprestaron a dar cuenta del recorrido antes mencionado. Un error grave de la organización (motivado por algún "gracioso" que quitó una cinta que cortaba una calle estuvo a punto de provocar el caos al hacer que los primeros se perdiesen pero la fortuna se alió con nosotros y al final todo quedó en un error, muy grave, sí, pero que apenas motivó que los primeros hicieran cincuenta metros de más. Al margen de esta desagradable circunstancia fue toda una gozada disfrutar de las calles del pueblo con el ambiente que destilaba el evento, con infinidad de gente disfrazada y con el buen humor como nota más destacada del mismo. Al final, y a pesar del carácter no competitivo de la prueba, en apenas trece minutos teníamos al ganador absoluto de la prueba, Luis Agustín Escriche, de La Salle-Jamón de Teruel, quien se convertía así en el primer vencedor de lo que esperamos sean muchas ediciones de una San Silvestre. Pocos minutos después llegaba la primera fémina, Laura García Valverde, del Club Atletismo 42 y pico, que seguía así con el reguero de triunfos con los que ha finalizado el año.

Luis Agustín Escriche,
vencedor absoluto
Y aquí, Laura Gª Valverde, primera fémina, en compañía
del amigo Ayacucho
Finalizado el evento deportivo propiamente dicho, y después de un rato de esparcimiento por la plaza del pueblo, lugar en el que rodaron las cervezas y otras bebidas dentro de ese especial ambiente ya narrado, la gente se dirigió al Pabellón Polideportivo a degustar unas migas típicas de la tierra (aunque debido a la avalancha final hubo quien tuvo que conformarse con unos macarrones) y finalmente se celebró la entrega de trofeos del Circuito, acto que puso punto y final al evento que, finalmente, sin ser perfecto creo que no salió mal del todo lo que nos anima a seguir adelante con estas celebraciones en Albentosa. Agradecer desde aquí a todos los colaboradores del mismo por su apoyo y animar a la gente a que en diciembre de 2013, sea donde sea, se vuelvan a congregar para disputar la segunda edición de la San Silvestre. Y me permitiréis agradecimientos particulares: Juanjo "Ayacucho" cuyo comentario en el facebook no tiene desperdicio: " I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre (Albentosa/Teruel), 29/12/2012, segunda carrera para mi este año en uno de los pueblos más bonitos de España y base de operaciones del gran Roberto Javier Coronel Sánchez, San Silvestre casi (y sin el casi) de montaña, en una palabra espectacular, subida, más subida, vía verde de encanto, acueducto, dura subida por senda hasta el castillo... y a meta... Laura García Valverde 1ª absoluta!!!", Rafa de Gomar, David Vila por ser el apoyo imprescindible en la organización, a un escoba especial, Angel Chiva, a mi gente de Cerlat, esos Coyotes de impresión, María Barreda por su presencia y su cartel, y también a la gente de la Comarca, personalizados en Lázaro Vicente, el Ayuntamiento de Albentosa en la persona de Yolanda, incansable como siempre... y otros muchos que seguro se quedan en el tintero.

Perfil de la prueba en Wikiloc (al final fue un pelín más corta)

FOTOS (Javier Yaya)

domingo, 23 de diciembre de 2012

Un mal final de año que remontamos poco a poco... parte 2



Segunda edición de la SanSil
montañera de Sot de Ferrer
... decíamos ayer que el fin de semana había empezado con la San Silvestre de Riba-Roja el viernes noche y, sin solución de continuidad, el sábado con una salida "rodaoreta" con el amigo Tomás Moreno, Canh, por tierras de Paterna que había dejado las piernas de quien esto suscribe "listas" para la batalla del domingo por Sot de Ferrer y su espectacular subida a la Ermita de San Antonio, a través de su encalada subida que le da un toque especial. El término municipal de Sot de Ferrer tiene una extensión de 8'60km² siendo atravesado por el río Palancia. El término se encuentra en el valle del río, que aquí empieza su curso bajo, siendo la última localidad que aún ve pasar agua por el cauce en condiciones normales. El casco urbano se encuentra muy cercano al curso fluvial a una altitud de 230 metros.
Si bien durante el periodo musulmán existe documentación de al menos tres poblados en el término de la localidad, el origen de esta se debe a la reconquista por parte de Jaime I de Aragón en 1245 que la cede a don Hurtado de Lihori , familiar de los duques de Liria, en pago a sus buenos servicios durante la campaña, y éste les da el nombre de Soto. Unos años más tarde, don Hurtado edifica allí, en una superficie de 1300 metros cuadrados y como lugar de recreo para habitar con sus familiares, un magnífico palacio de estilo gótico primitivo con alardes ojivales en los ventanales de su fachada. Posteriormente alrededor de ese núcleo y debido a su cercanía con el Camino Real a Aragón fue surgiendo el actual pueblo.
Espectacular la primera subida de la carrera
Dícese por tradición que bajaron algunos de los habitantes en el Camino Real, tanto moros como cristianos (que serían muy pocos), a fundar el lugar invitados por el dueño del palacio, que sería el primer señor y poblador. En la Capilla de Santa Lucía se ven las imágenes de San Jaime y las barras de Aragón, que junto con el estilo gótico, dan lugar a inferir que el rey Jaime I haría fundar aquella iglesia para los cristianos que entre aquellas gentes debía haber.

Previa de la carrera en compañía del clan d'Alzira.
¿Con estos precedentes qué podíamos esperar?
En esta ocasión tocaba salir desde Castellón, desde donde me aguardaba un pequeño viaje de aproximadamente cuarenta minutos hasta llegar al parking habilitado en la salida de la autovía, a unos cuatrocientos metros de la entrada del pueblo donde dejé el coche y desde donde me dirigí al encuentro de David que me había adelantando y que había recogido los dorsales. En el trayecto hasta el pueblo ya se observaba la enorme cantidad de gente, en número cercano al millar, que se iba a dar cita en la carrera. A fuerza de dejarme a gente en el tintero, mucho conocido y amigo: Jorge Larive, Rafa Murcia, Adrian Murcia, Tomás y Alfonso, compañeros de fatigas por el Matahombres, Luciano, Pablo, Tere Isierte, Laia, Ezequiel, y así un sinfín de amigos que estaban ya esperando el momento de la salida. Todavía tuve tiempo en compañía de los individuos de la izquierda de volver al coche, acabar de prepararme y volver al casco urbano aprovechando para calentar un poquito. Este año la salida estaba ubicada en la parte alta del pueblo, algo que al final implicaba que la llegada iba a ser en subida, una subida corta pero empinada que seguramente se dejaría notar al acabar. Bien, poco a poco llegó el momento de la salida y nada más ponerse en marcha la prueba tocaba empezar a apretar en unos primeros metros de pronunciado descenso que nos dejaba en la plaza donde el año anterior se ubicaba la zona de salida y llegada. Breve callejeo por el pueblo y enseguida un fuerte repecho que nos deja al pie del Calvario que habrá que subir para empezar a entrar en calor. Y no por esperada la sorpresa fue desagradable; ya en los primeros compases de la subida las piernas empezaban a dar muestras de que la salida del día anterior se iba a dejar notar. Pese a ello intento apretar un poquito a ver cómo respondo pero viendo que no iba a ser un buen día y, además, con la realidad de que en la subida al Calvario ya tocaba parar de correr por alguna aglomeración, todo ello me da para replantearme la carrera y decidir que, hoy sí, tocaba disfrutar y olvidarse de tiempos. Y así acabé de dar cuenta de la subida al Calvario y me preparé para "sufrir" un primer descenso plagado de tapones aunque eso me importaba poco. Pese a ello, o quizá precisamente debido a la aglomeración, el compañero que iba delante tuvo una fea caída que afortunadamente acabó en nada. 
Así que, después de un kilómetro y medio de subida, de otro de bajada y de un par más en subida, siempre suave pero muy constante, nos plantábamos ya en el cinco, primer avituallamiento que me salté para continuar con mi ritmo cansino, alternando trote y paseo. 

Y aquí en pleno esfuerzo en la parte final de la prueba
Debo reconocer que recordaba el recorrido menos exigente; no es que sea un recorrido duro pero tampoco deja demasiado respiro por sus continuados toboganes. Cierto es que en otras condiciones la cosa seguramente la vería diferente pero... El caso es que en este primer avituallamiento ya me había sobrepasado gente como Tomás, Alfonso o el maestro Rafael Murcia pero tampoco me preocupaba lo más mínimo. Allá iba yo con mis trenzas, disfrutando mucho, como hacía tiempo que no hacía, tragando metros. Pasado el primer avituallamiento nos esperaban tres kilómetros con tendencia a bajar, algo que me vino bien para recuperar un poquito las piernas pero la verdad es que éstas no tiraban ni cara al aire así que cuando el recorrido volvió a tirar hacia arriba volví a la tónica anterior de caminar las subidas y trotar en el resto del recorrido. Y así fui dando cuenta de los catorce kilómetros de recorrido, sin prisas, sin agobios y con la idea de llegar en torno a la hora y media. Como veréis en la foto de abajo al final el tiempo fue de 1.31 pero también podréis observar mi cara de felicidad, muestra evidente de que lo pasé bien. Y eso a pesar del último repecho que, como ya adelantaba al inicio del relato, nos esperaba traicioneramente en los últimos metros del recorrido. 

Llegada a meta; obviemos el tiempo que no tiene importancia.
La sonrisa en la cara es lo mejor de todo
En fin, dicho queda; lo de menos el tiempo porque no se trataba de ello en esta ocasión. Tiempo y carreras tendremos, espero, para sufrir y buscar marcas. En esta lo importante fue acabar un buen fin de semana de salidas y carreras y hacerlo habiendo recuperado la alegría de correr. Las sensaciones volverán más adelante, seguro. ¿Ahora qué?. Pues de momento el primer objetivo serio de cara al año 2013 será la Maratón de Espadán, a final de febrero, donde espero estar ya en un estado bueno que me permita encarar un periodo hasta final de mayo en el que hay objetivos importantes y duros, aunque eso ya llegará e iré desvelándolos a su debido tiempo. De momento os dejo los enlaces habituales de mis relatos y os emplazo a que nos visitéis el sábado 29 de diciembre en la I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre; la gente de Albentosa está impaciente por demostrar una vez más su hospitalidad. Tenéis toda la información en http://cxmalbentosa. blogspot.com.es


Perfil en Wikiloc

viernes, 21 de diciembre de 2012

Un mal final de año que remontamos poco a poco... parte 1

Cartel de mi primera San Silvestre del 2012
La última entrada del blog nos dejaba con el desencanto de la Maratón de Valencia, la MDP, y mi retirada en el diecinueve pero con las ganas de dejar atrás un mal periodo y volver a una cierta normalidad durante el mes de diciembre. Buenas eran las intenciones pero finalmente el periodo que media entre aquélla entrada y la que hoy desarrollo fue el del crack; un periodo especialmente malo a nivel de ambiente en el trabajo, con un elevado volumen de desmotivación acabaron por provocar mi ausencia, por este orden, en Sot de Chera, en Alcoi y en la Maratón de Castellón. La primera de ellas fue por precaución pero las otras dos se debieron a ese crack que antes mencionaba y que me llevó incluso a plantearme el abandonar temporalmente este mundillo que tantas alegrías me ha dado en los últimos años. En cierto modo sentía que estaba traicionando su entrega con unas prestaciones muy alejadas de lo que deberían haber sido pero, sobre todo, llevaba un periodo en el que no acababa de disfrutar con lo que hacía. El resultado de todo ello el abandono temporal de las carreras y los primeros damnificados Alcoi y Castellón.
Desde ese momento hasta el día de hoy han pasado tres semanas, la primera de las cuales fue prácticamente de parón. A partir de ahí decidí que, sin objetivos claros ni agobios, había que volver a las sendas y carreteras que tantos días me han acompañado en momentos buenos y otros no tanto... con ese planteamiento retomé las salidas aunque siempre en base a sensaciones y olvidando ritmos, GPS y demás historias. Se trataba, en definitiva, de volver a buscar esa ilusión en cierto modo perdida y reencontrar esas sensaciones a las que tanto aludo (alguna se ríe de mi por eso) y que tampoco acababan de aparecer. Han sido un par de semanas en las que he vuelto a disfrutar de alguna salida, menos de las que me hubiera gustado, aunque todavía falta mucho camino por recorrer.
Y en ese proceso llegó el tiempo de Navidad y, con él, las San Silvestres. Eventos habitualmente multitudinarios en los que los atletas populares nos juntamos con la élite que también se deja imbuir por ese espíritu especial y, de manera habitualmente circunstancial, con otras personas que habitualmente no practican el deporte pero que aprovechan los mismos para correr unos kilómetros que en ocasiones son el germen de nuevos atletas populares que se unirán a nosotros. Todo ello hace de estos eventos algo más especial todavía que el resto de carreras populares por las que transitamos durante el año.

Foto de grupo con los RRs y la gente de Correliana
Así, el pasado viernes, 21 de diciembre, tocaba volver a correr con dorsal dentro de la primera de las San Silvestres que este año caerán, la de Riba-roja de Turia, una que no conocía. Y lo iba a hacer acompañado (o acompañando que igual es), como en otras ocasiones de la gente del Rocafort Running. Así pues después de acudir al famoso meeting point, nos dirigimos hacia Riba-Roja donde llegamos con tiempo para hacer alguna foto del grupo y con la gente del Correliana. Y así, entre risas y pocas "ganas" de dar el callo se hizo la hora de la salida y ya que estábamos por allí pues nos tocó correr: "tranquilitos", "sin prisa", "a disfrutar"... estos eran los comentarios justo antes de empezar a correr. Y sí, los primeros doscientos metros, fueron a ritmo de pachanga, creo yo que porque había mucha gente que pasar pero el amigo Víctor Romero se empeño en estirar el chicle y a la que nos quisimos dar cuenta ya íbamos a ritmo vivo (no íbamos a dejarle solo, claro) él, Carlos Mena y yo mismo. La verdad es que me sorprendió un poco y me costó coger el ritmo de crucero pero tampoco iba a quedarme atrás así que entrando poco a poco en situación fuimos desgranando los más de cuatro kilómetros de revirado circuito a ritmo constante y algo vivo, aunque es cierto que Mena nos dejó unos metros atrás. Al final, los ritmos de paso para cada kilómetro fueron los siguientes: 5.08; 4.47; 4.44 y 4.46 al llegar el cuarto. En este momento ya nos encontrábamos en la recta final, que por cierto es interminable. Y una vez allí pues tocaba seguir apretando y no perder el ritmo así que los últimos trescientos metros que nos quedaban los hicimos a 4.36. Total, un calentón divertido para acabar en 20.49 aunque eso, en estas carreras más que nunca, es lo de menos. 

Lo importante de todo fue pasar un rato divertido y agradable en inmejorable compañía. Encima, el que quiso pudo degustar un chocolate con buñuelos que tenían una pinta, como vulgarmente se dice, "de que te cagas" (alguno incluso repitió, y no digo nombres Manu!!!). En fin, enhorabuena a la gente de Riba-Roja por una gran San Silvestre que queda anotada para años venideros. Os dejo los habituales enlaces...


Y, claro, como lo del viernes se quedaba corto, el sábado, prontito, a las 8.00 horas había quedado con el amigo Tomás para hacer una salida por el que hemos bautizado como circuito Matahombres (de manera exagerada eso sí) versión 1V; es decir, algo más de quince kilómetros con algún tramo exigente, en el que se combina de manera acertada el asfalto y la pista. Con pocas ganas al principio, después de perderme por las calles de Paterna, empezamos la ruta con la idea (la mía al menos) de salir a trote culón. ¡Qué equivocado estaba!, apenas medio kilómetro después del inicio ya llevábamos un ritmo muy superior al pensado; pero, claro, a ver quién dice nada para que luego lo ponga de vuelta y media en foros públicos. Y ya puestos pues tocó apretar el culo. Una breve descripción del circuito; 3600 metros de subida tendida, parte de ella coincidente con el Gran Fons de Paterna de este año, nos llevan a un giro a la derecha con cuatrocientos metros de exigente repecho que dan inicio a una vuelta de 8200 metros donde se combinan asfalto y tierra. Los cuatro primeros kilómetros los pasamos en 5.52, 5.30, 5.26 y 5.39 (este último a pesar del repecho). Se inicia en este punto un tramo de descenso donde empiezan a alternarse los tramos de asfalto y de tierra y que nos dejará al pié de la subida importante del recorrido, un par de kilómetros que se inician en el kilómetro 6,2. Dos kilómetros que transitamos en 5.00 y 5.04 y enseguida afrontamos los dos de subida donde, a la vista de cómo está el patio, decido ponerme delante y marcar el ritmo, bastante vivo la verdad, que nos lleva a hacer la subida en 6.00 y 5.38, meritorio en el segundo parcial.
Acabada la pista todavía queda kilómetro y medio de subida, asfaltera toda ella, que nos llevará hasta la vía y a un tramo de tierra que nos deja a los pies de la última subida, suave esos sí, y así hasta prácticamente el kilómetro once donde se inicia el tramo de descenso que nos llevará al inicio de la vuelta donde quedarán otros 3,6 km de descenso que permiten, si así se quiere meterle marcha al cuerpo. ¿El ritmo?; aquí os dejo los parciales: 5.17, 5.13, 5.14, 4.52, 4.49, 4.49 y 4.55 en el quince para acabar los últimos cien metros en 4.38 (se ve que ya olíamos los bocatas que nos esperaban al acabar). Total, 15.150 metros en 1:20:00 a un ritmo apreciable de 5.17 el kilómetro y con cierta suficiencia aunque debo reconocer que al final Tomás me llevaba con el gancho puesto.
Y una vez cumplido con el entrenamiento tocaba el avituallamiento y la tertulia, siempre agradable, recordando tiempos pasados. Y la mente puesta en la San Silvestre de montaña de Sot de Ferrer del día siguiente, aunque eso será otra historia...

15150 metros, 126 D+

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tiempo de contratiempos; la MDP que no fue


Llevaba mucho tiempo sin visitar este rinconcito donde voy desgranando mis vivencias en el mundo del running, las más de las veces, y en otros ámbitos, las menos. Casi cuatro semanas separan el día de hoy de mi última entrada en el blog y eso no es muy habitual. Y no será que no han ocurrido cosas pero lo cierto es que entre cierto desánimo vital y pocas alegrías que contar no acaba de hallar el momento de entrar a este rincón que en este momento debería servirme de desahogo....
Haciendo un poquito de memoria dejábamos la historia en tierras de la Ribera, en concreto en Alzira, su media y la posterior comida en gran compañía. No fue un buen día en cuestión "runner" pero al final la conclusión era, más o menos, que todo suma y que al final de la jornada la sensación era que esos kilómetros por la Murta iban a ser importantes para el gran objetivo del 18N. La semana siguiente estuvo muy bien, con buenos entrenamientos y mejor cabeza al renunciar a última hora y en la misma línea de salida a formar parte de la edición 2012 de la Subida al Remedio de Chelva. Entre cierto cansancio muscular de la salida del día anterior y el frío que hizo acto de aparición justo ese día justo después de recoger el dorsal tomé la decisión de no tomar la salida. Pese a ello fue una mañana productiva. Quien más y quien menos sabe que en mi cabeza rondan ciertos proyectos (aunque es cierto que muy poquitos sabéis de qué van los más importantes), y esa mañana me sirvió para "presentar en sociedad" uno de ellos a un grupo de gente que creo que puede ser importante a la hora de desarrollar el más importante de todos ellos, el que en los últimos meses llenan el vacío que un trabajo poco motivador y un ambiente peor que enrarecido han dejado en mí. Fue una bonita mañana a pesar de todo y salí de Chelva satisfecho, con la alegría de haber aprovechado el tiempo y de haber podido disfrutar, como no, con la llegada de los galgos a meta.
Entrábamos en la semana decisiva con las pilas cargadas y con muchas ganas de alcanzar el 18N. Una semana de tranquilidad, con la satisfacción del trabajo bien hecho y con ese objetivo ya conocido de bajar de las 3.30 me dejaban en la línea de salida de la MDP donde me aprestaba a dejarme la piel para conseguir ese objetivo. La crónica, desgraciadamente, será breve; trece kilómetros de muy buenas sensaciones, corriendo siempre en plan amarrategui, a ritmo de cinco el kilómetro, controlando en todo momento el mismo y sintiendo muy buenas piernas se fueron al traste en ese momento en el que un pinchazo en el abductor fue preludio de una breve pero desagradable "paseo" hasta el diecinueve, momento en el que, aprovechando la cercanía de casa y la presencia de la familia y amigos, puse "pie a tierra" y abandoné una aventura que me había costado sangre y sudor en abundancia aunque no lágrimas y que acababa de la peor manera posible. Fue una decisión dolorosa, y ello a pesar de que tuve veinte minutos para asimilarla desde el momento en que tuve claro la misma; sin embargo creo que fue la acertada. No hacerlo hubiera supuesto con mucha probabilidad agravar una dolencia que, al final parece quedar en un pequeño susto y que, después de cinco días de reposo, va quedando poco a poco atrás, lo que me permite seguir adelante. No obstante, pese a no ser finisher, sí que me considero legimitado para, siempre de manera constructiva, meterle caña a la organización, y no por esa salida nula producto de vete a saber qué extrañas circunstancias. Señores de Correcaminos, creo que están olvidando la importancia que para este evento, como para casi todos, tiene el corredor popular: al final de la corrida nos ha tocado pagar una cantidad importante en momentos como los actuales, complicados. Y a cambio recibimos una camiseta de mala calidad, una bolsa de plástico llena de papeles y un "Buff". Personalmente entiendo una parte imprtante del trabajo de marketing se fue al garete con el tema de la bolsa de plástico, mal llamada Bolsa del Corredor. La carrera fue un éxito, sí, pero no olviden nunca que si casi llegamos a juntarnos diez mil runners no es por esa pequeña parte, importante pero pequeña, de corredores de "élite". Creo que deberían reflexionar porque de lo contrario muchos de los que allí estuvimos nos plantearemos seriamente volver a formar parte de un evento que tiene un gran potencial pero que necesita algo más que una llegada espectacular para motivarnos.
Y después de la MDP, ¿qué?. Como ya he dicho, cinco días de reposo dieron paso al sábado en el que tuve la suerte de contar con dos amigos que se convirtieron en compañeros y aliados para poder completar una salida de algo más de dieciséis kilómetros que testaron mi pierna y mi cabeza con resultado positivo. Ese sábado, por tierras de Paterna, La Vallesa y La Canyada, y en compañía de Alfonso "Titonarman", y Tomás "Canh", volví a creer en que la MCS era posible, aunque siempre con un objetivo claro de terminar sin forzar. Después llegó Serra, este domingo, y su K25, donde pude disfrutar del mundo del trail desde la perspectiva del colaborador o voluntario, donde pude disfrutar del enorme placer de ver pasar, uno a uno, cada cual con sus circunstancias, a los más de trescientos corredores que, al paso del 22 dejaban un collage de sufrimiento, dolores, problemas físicos que pese a todo se resumía en una palabra, ILUSIÓN. Pocas veces he disfrutado tanto de las carreras como esa mañana y eso también me reforzaba en las ganas de seguir adelante, buscando nuevos retos y nuevas aventuras que vivir. Y así hasta hoy, con una semana en la que sin forzar más de la cuenta pero disfrutando como hace tiempo que no hacía del placer de correr sin más objetivo precisamente que disfrutar... 
Los objetivos de cara al año que viene están cociéndose a fuego lento; de las carreras alguna hay que ya son "realidad", como esa CBxR del mes de mayo, otras siguen estudiándose. De mi faceta de "organizador" sacando adelante ese nuevo proyecto que esperemos acabe cuajando en otros años de una San Silvestre para una comarca, la de Gúdar-Javalambre, que me ha acogido hace años y que es testigo directo de mis aventuras por las sendas y desarrollando un proyecto de cara al verano que haga de la CxM de Albentosa un referente comarcal y algo más. Y de los otros proyectos, el más importante de todos sigue adelante, con una fecha que debe marcar el inicio de un proyecto empresarial, de una aventura que trasciende al negocio, el uno de marzo... y hasta aquí puedo leer de momento.
¿Lo demás?. Creo que lo único que importa es la familia y los amigos. Tengo el firme propósito de que los problemas en el trabajo dejen de serlo fuera de la jornada laboral. Es difícil, lo sé, y más siendo como este humilde narrador es, pero me siento maltratado por gente que, hasta ahora, más allá de jefes consideraba compañeros e, incluso, algo parecido a amigos, y que en los últimos tiempos me han maltratado dejándome en una cuneta, maltratado y, en cierta manera, despreciado. Pese a ello seguiremos adelante, tratando de desarrollar un trabajo adecuado que me permita sentirme orgulloso de mí mismo y poder presentarme con la cabeza bien alta delante de la gente que quiero y que, estos sí, me quieren. No me tumbarán; es más, de este periodo de "depresión" (no en el sentido literal de la palabra) acabará saliendo lo que estoy convencido que será el proyecto que marcará un antes y un después en mi vida.
En fin, parece que me he adelantado un mes porque esto bien podría ser una declaración de intenciones de cara al 2013 pero necesitaba hacerlo ahora, cuando las ganas me han permitido volver a entrar en este trozo de alma que voy desgranando entrada a entrada. Gracias a todos los que seguís este blog porque también vosotros, en cierta manera, formáis parte de este proyecto vital y me dais soporte y apoyo para seguir adelante. 

Ah, y el domingo....¡¡¡¡montaña!!!!



domingo, 4 de noviembre de 2012

XV Mitja Marató d'Alzira; decir mal es poco.

Cartel de la prueba
Dejábamos el hilo de este blog en el final de la Media Maratón de Valencia, con unas prestaciones mediocres pero con ganas de retomar los entrenamientos y afrontando con optimismo las cuatro semanas que restaban en aquel momento para el día H de la Maratón Divina Pastora de Valencia. Hasta ese punto las cosas no estaban yendo como me hubiera gustado y era un buen momento para tratar de reconducir la situación, al menos durante estas dos semanas que han transcurrido desde entonces, y conseguir que las piernas, pero sobre todo el coco, fuera asimilando correctamente el trabajo realizado. Durante estas dos semanas que han transcurrido desde entonces el trabajo ha sido bastante convincente, tanto en volumen como en calidad. Cierto es que alguna sesión no ha sido tan buena como me hubiera gustado pero en general podría decir que llegaba a este domingo razonablemente satisfecho de cómo se había desarrollado este periodo de tiempo. Buenos largos a ritmos bastante decentes, alguno de ellos con cierta dureza que ayudaba a mejorar, sesiones de series también convincentes y, claro está, algún día de esos en los que parece que no hay manera de tirar adelante y en los que piensas que más valdría no haber salido (al final todo suma así que incluso esos días malos son, a su manera, buenos). Por el camino quedó atrás la Subida al Pico del Remedio de Chelva, carrera de esas que me gustan, montañeras y sufridoras, pero que, incluso estando en la línea de salida, acabé por descartar después de sentir cómo las piernas no estaban preparadas para semejante batalla y que era más lo que podía perder que lo que podía ganar (parece que por una vez hice lo debido y no arriesgué en absoluto). De lo que hubiera sido el relato de aquel día y de aquella carrera queda un pequeño comentario que refleja lo bien que lo pasé y lo mucho que disfruté de la compañía de verdaderos cracks de este mundillo, cada uno a su manera, y al tiempo de grandes personas: Héctor de Leonia, Jaime González (espiquer.com), Llargo Tuéjar, Iván de Inforunnning. Todos ellos contribuyeron a que esa mala leche que se te queda cuando no puedes (en esta ocasión quizá debiera decir no debes) ser de la partida quedara atrás y los recuerdos del domingo sean agradables, algo a lo que ayudó, sin duda, poder compartir un rato antes de la salida con amigos como Torko, Kike Gallego, Manoli, Paco, Anita y otros muchos que quedarán en el tintero...

En fin, el caso es que casi sin darme cuenta la semana tres antes de la MDP llegaba a su fin y con ella tenía una cita ineludible con una prueba que no conocía pero en la que había comprometido mi asistencia por obra y gracia de David, compañero de fatigas y de alguna que otra aventura, con el nexo de Albentosa por medio, y que en esta ocasión iba a correr en casa. Pese a la cita todas las miradas de la semana iban dirigidas al 18N así que realmente me planteaba la cita de Alzira como una nueva ocasión de hacer un entrenamiento, esperaba que de calidad, con dorsal y viviendo nuevamente desde dentro ese ambiente, siempre especial, que dejan las carreras populares. Ya el día anterior tenía claro cuál era el objetivo, rodar a ritmos próximos al objetivo de la maratón, y también que ese objetivo se antojaba difícil por la carga que durante la semana había metido al cuerpo y a las piernas. Pero sobre todo pensaba que era una buena oportunidad para volver a poner a prueba a mi cabecita, esa que tantos disgustos me está dando últimamente y a la que tanto le cuesta asimilar las carreras de asfalto. Debo reconocer en este punto que se me está haciendo duro el tramo final de la preparación de la maratón, que incluso por momentos he pensado, y pienso, en rebajar el objetivo para hacerlo más asequible y, quizá, más realista a mi actual estado de forma. Creo que estoy entrenando bien pero a pesar de ello, esos otros factores externos de los que en otras ocasiones he hablado y, además, un periodo en el que no estoy consiguiendo alimentarme con la disciplina que sería conveniente, están siendo obstáculos difíciles de superar y ello, poco a poco va menguando mi confianza. Además me da la sensación de que he dejado de saber competir; tal vez es cuestión de que me esté presionando demasiado, no sé, pero el caso es que todo lo bueno que desarrollo en los entrenamientos no acaba de salir en las carreras y eso es algo que me tiene algo alicaído.

Alzira es la capital de la Ribera Alta del Xúquer. La ciudad está situada a 36 kilómetros al sur de valencia y a 25 de la costa. Alzira disfruta de un clima mediterráneo con temperaturas suaves, tanto en invierno como en verano, lo que le permite ofrecer unas condiciones óptimas para residentes y visitantes. Su población actual es de 44.690 habitantes (2009).
El término municipal tiene una superficie de 111,4 kilómetros cuadrados. Presenta marcados contrastes que van desde los catorce metros sobre el nivel del mar del amplio llano de inundación del Xúquer, la fértil huerta poblado de extensos campos de naranjos, hasta las pronunciadas sierras del "Cavall Bernat" y "Les Agulles", donde los frutales enfilan sus faldas junto con las pinadas y donde despuntan las agudas crestas montañosas que tienen su altura máxima en el "Pic de la Ratlla" con 625 metros de altitud.
 Rodeada por frondosos campos de naranjos, regados por innumerables acequias que cogen sus aguas de la Acequia Real del Xúquer, y enmarcada por una fascinante sierra, esta localidad permite disfrutar de un agradable encuentro entre la historia y la naturaleza.

Con todo lo anteriormente relatado en la cabeza y con las piernas en no demasiado buen estado el domingo, bien prontito, poníamos rumbo hacia Alzira, en esta ocasión acompañado por Mónica y Leyre para enfrentarnos a todos esos fantasmas que rondan por mi cabeza. Previa parada en Sueca para recoger a Rubén, improvisado fotógrafo de esta jornada, y dejar a mis niñas que acudirían después a Alzira, nos presentamos en Alzira con tiempo de sobra para, acompañados de David, ir a recoger los dorsales, disfrutar de una agradable tertulia con los "Vila Brothers" (tres de los cuatro hermanos de David y él mismo iban a correr la media juntitos), calentar brevemente y prepararnos para la batalla que estábamos a punto de librar. La verdad es que el día, a pesar de algún amago de ventolera y del bochorno que sorprendentemente nos acompañaba, presentaba unas condiciones casi perfectas para correr. Así, pronto, nos vimos ya entre el gentío, cerca de mil corredores, esperando la salida para tratar de superar un recorrido que, para añadir dificultades a lo antes expuesto, se presentaba como algo más que exigente. De pronto, justo cuando el speaker, Recaredo Agulló, decía "queda un minuto para la salida" sonó un cohete y eso, disparados como tales a completar los veintiún kilómetros de recorrido. Salida como siempre más rápida de los previsto, siguiendo la estela de esos hombres de negro de la fotografía y de esa guisa pasamos el kilómetro uno en 4.48 y el dos en 4.30. Sorprendentemente al poco de marcar el Garmin el kilómetro 2, cuando aproximadamente transitábamos por el dos trescientos "aparece" el cartel del kilómetro 1. Lo que parecía un error acabaría por no serlo y fue confirmándose kilómetro tras kilómetro: la causa era bien fácil, la cabeza de carrera, en un error achacable a la organización, se saltaba un giro a la izquierda y la vuelta "pequeña" que debíamos hacer en primer lugar se convertía en la primera de las dos vueltas grandes que dimos por las calles de Alzira, algo que acabó por convertir la media maratón en un rodaje de 22300 metros.
Bien, pasado el kilómetro dos uno de los Vila ya me advertía de que iba demasiado rápido para el objetivo marcado, algo que era cierto así que pisé un poquito el freno y me coloqué en un cómodo ritmo (eso pensaba yo) de aproximadamente cinco minutos el kilómetro. Y así fui transitando por las calles de Alzira, por donde nos zampamos cuatro kilómetros más en los que marqué 4.57, 5.06, 5.00 y 5.04. Hasta este momento todo iba según lo previsto, kilómetro seis a 4.54 de media. Sin embargo en este momento empezaba la carrera de verdad. Llegados a la recta de meta giramos a la derecha y transitando por un repecho, inicialmente suave pero que poco a poco se iba endureciendo, nos dirigimos hacia el paraje de la Murta en un camino sin retorno que picaba de manera constante hacia arriba aunque siempre en un camino plagado de toboganes, un verdadero rompepiernas que, evidentemente, consiguió lo que buscaba, "romperme" las piernas.


El valle de la Murta es un exuberante paraje de frondosos bosques, donde se encuentran las históricas ruinas del monasterio Jerónimo de Nuestra Señora de la Murta. Las obras del antiguo monasterio se iniciaron en 1357 y se retomaron en 1401, y fue desamortizado en 1835. De todo el conjunto destaca la Torre de las Palomas. A lo largo de su historia ha sido meta de peregrinaciones, visitado por destacadas personalidades. En su entorno, hay una casona del siglo XIX que cuenta con un hermoso jardín, también existe una almazara, nevero, ermita rupestre, acueducto y balsas. En la zona se puede practicar el senderismo en las siguientes rutas: PR-CV 334 la Creu del Cardenal; PR-CV 335 Cavall Bernat; SL-CV 81Senda Botánica; SL-CV 82 Senda Histórica y GR-236 La Ruta de los Monasterios - Pas del Pobre, que une los monasterios de Cotalba (Alfauir), Corpus Crhisti (Llutxent), Santa María de la Valldigna (Simat), Santa Maria d’Aigües Vives (Carcaixent) y la Murta.

Bajo el arco azul podéis verme en los inicios de la prueba,
un momento en el que ya íbamos con ese kilómetro de más
Lo cierto es que resultó una sorpresa muy desagradable; sabía que mis piernas no estaban para lanzar cohetes e iba mentalizado para sufrir pero ya en los primeros compases de la subida las piernas dijeron que no estaban dispuestas a sostener un ritmo decente ni un momento más. Y eso era un problema porque tal y como me habían avisado hasta el parking de la Murta quedaban unos seis kilómetros de subida más o menos constante, con toboganes que iban a ir sucediéndose y que convertían esta segunda parte de la carrera en un pequeño infierno. Acabada la primera de las subidas fuertes llegaba un pequeño respiro y en ese momento, al comprobar lo mal que andaba, estuve en un tris de parar, darme la vuelta y dar por acabada la aventura. Sin embargo un "penúltimo" momento de locura me hizo seguir adelante y tratar de acabar la carrera aunque fuera a ritmos que seguramente serían sensiblemente inferiores a los previstos, convirtiendo la carrera en un entrenamiento de fondo más. Desde este momento hablar de ritmos pierde sentido porque al mismo ritmo que se sucedían los toboganes iban apareciendo mis, eufemísticamente hablando, cambios de ritmo. Me marqué no perder la estela de un grupete de corredores que iban cerca de mi y así, cuando llegaban las bajadas incrementaba el ritmo y a la hora de volver a subir pues hacía lo que buenamente podía. Era en estos momentos cuando realmente me daba cuenta de lo mal que iba porque por mucho que intentara meter ritmo no había manera. El caso es que poco a poco fui restando kilómetros y al final llegamos a ese soñado parking de la Murta donde la carrera se suavizaba un poco.
Llegada en compañía de Leyre, Biel y Oriol
En este punto, kilómetro doce y medio oficioso (poco más del once oficial) la carrera cambiaba, más que nada porque tocaba volver al pueblo y, claro, esos toboganes se mantenían pero con tendencia a bajar. Después de un breve respiro que traté de darme para dar tregua a mi maltrecho cuerpo me autoimpuse la obligación de marcar un ritmo decente y así me lancé hacia abajo; siguiendo la estela de una compañera del 42 y pico, que finalmente me dejaría atrás como no podía ser de otra manera nos plantamos en el dieciséis, donde estaba el tercer avituallamiento, con cuatro parciales que sin ser para tirar cohetes dado el perfil descendente de los mismos, al menos me dieron un pequeño respiro: 5.20, 5.03, 5.19 y 4.39. Sin embargo llegados a este punto apareció un nuevo repecho de más de medio kilómetro que, ahora sí, acabó con mi ánimo y me hizo volver a la cruda realidad a pesar de que en el 18 volvía a bajar de cinco. Pero si soy sincero estos seis kilómetros que quedaban se convirtieron en un martirio. Lo único que quería era llegar lo antes posible pero, claro, tampoco podía apretar más así que este tramo final se hizo eterno. Nuevamente hablar de ritmos es absurdo porque iba a tirones, la mayoría de ellos "hacia atrás"; y así, poco a poco, con la sorpresa esperada de un nuevo repecho, de esos que se ven desde lejos, que nos llevaría al tramo inicial de subida, llegábamos a la última bajada, que me permitió volver a marcar en el 22 un 4.54 y finalmente, en compañía de estos locos bajitos que veis en la foto de la llegada me planté en meta. El tiempo no tiene mayor trascendencia, 2.01.01 (5.25 de ritmo medio) según el Garmin pero ahí queda. En meta, al margen de estos enanos me esperaban todos, incluyendo David que al final se marcaría una buena carrera junto con el resto de hermanos. Y de allí a por una reparadora ducha, no sin antes recoger una muy buena bolsa del corredor (en esta ocasión la relación calidad-precio fue espectacular), que daría paso a unas cervecitas en Alzira como paso previo a una comida de esas que quitan las penas, a base de carne torrada, en el bar del paraje de la Casella, lugar donde un paseo posterior a una buena sobremesa pondría punto y final a nuestra estancia en la capital de la Ribera. Agradecer desde aquí las atenciones de los amigos David y Loles y trasladar que en mi cabeza está volver el año que viene a sufrir por un recorrido duro pero bonito de verdad.

En cuanto a la MDP... casi puedo decir que lo que había que hacer está hecho. A partir de esta semana toca bajar el ritmo y la que viene será casi de trámite a la espera del 18N. Seguramente habré hecho cosas mal aunque insisto en que a nivel de entrenamientos creo que lo he llevado mejor que nunca. Pese a ello toca ser pesimista porque las cosas no están rodando bien en carrera y eso no es un buen presagio de cara a esos cuarenta y dos kilómetros. Si embargo sigo pensando que en mis piernas está ese objetivo buscado y desde luego no voy a renunciar a intentarlo; si no lo consigo no será por ello así que en un par de semanas tocará ponerse el traje de sufridor y buscar fuerzas donde no sé si las habrá en busca de ese objetivo soñado. Esa historia, supongo, será la que cuente en la próxima entrada del blog así que hasta ese momento os emplazo. De momento os dejo con los habituales datos de carrera y un perfil que, siendo engañoso como suele ocurrir con los de Wikiloc y el asfalto, sí que nos ayuda a hacernos una idea de lo que fue la carrera.


Significativo perfil el que sale en Wikiloc
Epílogo; os reproduzco un mensaje recibido por parte de la organización explicando el error y solicitando disculpas (como se suele decir, al César lo que es del César)

Hola CORONEL SáNCHEZ, ROBERTO JAVIER

El C.A. Alzira vol que sigues el primer en saber el que va passar ahir a la Mitja. Al inici de la prova un cotxe desorientat es va ficar al capdavant dels corredors y per darrere de la policia i organització, la resta ja la sabeu tots.... tirareu darrere d'ell augmentant en 1,3 km. el recorregut. El més important es que gràcies a tots vosaltres no va ocórrer cap desgracia. Vos demanen personalment disculpes i posarem els mitjos per que no torne a passar.

De nou perdó i gràcies.
C.A. ALZIRA 

lunes, 22 de octubre de 2012

Media Maratón Valencia 2012; ayer tocaba una de arena

Cartel de la prueba
Sigue pasando el tiempo y poco a poco se va acercando ese gran objetivo para el final del 2012 llamado Maratón Divina Pastora de Valencia; ya son un par de meses centrados en el asfalto de manera casi exclusiva y la carga de trabajo se nota en las piernas. Afortunadamente, creo o espero, ese trabajo está ahí y acabará saliendo el 18N aunque de momento por una u otra razón las cosas no acaban de salir. Es cierto que vamos alternando unas de cal con otras de arena, en Vilafranca y su Entreparets o en el Gran Fons de Paterna las cosas rodaron según lo previsto o incluso mejor. Sin embargo el balance general en estos momentos no es demasiado alentador. Todos los que seguís este blog conocéis a grandes rasgos la situación así que no me voy a extender en describirla pero al final sigo pensando que todas esas cosas acaban afectando en todos los ámbitos de la vida y éste del running no iba a ser una excepción. Y todo ello a pesar de que la última semana, la que empezaba después de la carrera de Paterna ha sido posiblemente una de las menos complicadas en cuanto a esos problemas de los que hablo más de lo que sería deseable y de que a nivel entrenamiento seguramente estamos ante la mejor de mucho tiempo. Buenas sesiones en cuanto a cantidad pero también en cuanto a calidad jalonaban estos últimos días y me hacían ser optimista de cara a esa prueba que, marcada en rojo en el calendario desde hace tiempo, debía ser una referencia más que válida de cara a mis verdaderas posibilidades en el MDP....

En la Feria del Corredor, dorsal en mano
y con el recorrido a mi espalda
El sábado por la tarde acudía, acompañado por Rubén, lleno de ilusión a la Feria del Corredor dispuesto a empezar a empaparme del ambiente que rodea a lo que uno esperaba una gran cita del atletismo popular y de paso a empezar a centrarme en una cita, que como ya he dicho, estaba hace tiempo marcada en rojo en el calendario. Y allí me encontraba con una pequeña desilusión en el momento de ir a recoger la bolsa del corredor, que en esta ocasión era la camiseta del corredor y poco más, al comprobar que no quedaban camisetas de mi talla. Es más, solamente quedaban de la S y de la M para hombres. No sé, ya he comentado en otros foros que para mi la camiseta de la carrera, quitando ocasiones puntuales en las que sí se convierte en mi modesto recuerdo y, por qué no, mi trofeo de finisher, no deja de ser un detalle sin demasiada trascendencia. Igual es porque ya son muchas carreras y eso lleva a que el detalle de la camiseta no pase de un recuerdo sin demasiada transcendencia que la mayoría de veces acaba en una bolsa esperando a ser donada a alguna entidad de las que reparten ropa a la gente necesitada. Pero seguro que había entre los casi diez mil inscritos en la carrera mucha gente para los que la camiseta sí que era un verdadero trofeo. Por ello, y porque en el momento de la inscripción solicitaban la talla de la camiseta, es por lo que no puedo entender que las previsiones fallaran de tal manera. Y siendo cierto que la respuesta por parte de la organización, la S.D. Correcaminos, ha sido rápida (al menos en teoría), creo que este detalle es ya un borrón en la organización. Bien, el caso es que al final pasamos un rato por la Feria del Corredor, recogimos el dorsal e intentamos empaparnos del ambiente previo a la carrera. 

De azul en esta ocasión, mi pequeño
homenaje a los amigos del Rocafort Running
Los que me conocéis un poquito sabéis que soy una persona que no suele ponerse nerviosa, ni siquiera inquieta, ante la cercanía de una carrera. Estas cosas llamadas carreras, desde mi condición de corredor popular que simplemente intenta disfrutar de esta actividad y que se conforma con ir superándose poco a poco, las vivo como una pequeña fiesta. En esta ocasión, sin embargo, debo confesar que cierto gusanillo corría dentro de mí y me hacía estar algo ansioso porque llegara el momento de la carrera. La noche del sábado la dediqué a preparar todos los detalles de la carrera, ropa, zapatillas, dorsal, .... al final había decidido salir con la camiseta del Rocafort Running a modo de modesto homenaje a un grupo de gente que disfrutan tanto o más como yo de este mundillo y que me han acogido en sus salidas de entrenamientos de manera fenomenal. No soy nadie importante en esto pero era la manera que tenía de mostrarles mi agradecimiento por su apoyo en todo momento. Finalizado el "trámite" de preparar las cosas tocaba intentar descansar de cara a la carrera aunque ese punto de sobreexcitación no me lo puso fácil.
Grande la gente del Rocafort Running!!!
Llegado el día H habíamos quedado en el ya famoso "meeting point" de los RR para después de hacer una primera foto de equipo poner rumbo hacia la zona de salida, en la zona del Puerto de Valencia. En este aspecto nada que reprochar a la organización; no debe resultar fácil conseguir que una multitud de diez mil personas más acompañantes accedan a la zona de salida y no haya problemas en los accesos o en el aparcamiento; pese a ello creo que este aspecto estuvo bien, al igual que el servicio de guardarropía. Bien, ubicados ya en la zona de inicio de la carrera el ambiente era, como no podía ser de otra manera, espectacular. Un gentío de gente que dedicaba estos momentos previos a la salida a calentar, hablar o simplemente a esperar el momento de la salida. Por mi parte hice un calentamiento cortito en compañía del amigo Vicente, como no otro de los RR, y enseguida nos metimos en la zona de salida donde la aglomeración ya era importante. La verdad es que los quince minutos que quedaban para la hora de salida se me hicieron muy largos a pesar de que estaba disfrutando mucho con el ambiente pero como todo al final llegó el momento y tocó empezar a ponerse las pilas para dar buena cuenta de los 21097 metros previstos intentando cumplir el objetivo que en esta ocasión era "simple", que no fácil: ritmo sostenido, intentando ir de menos a más para apretar en el último cinco mil e intentar llegar a meta en el entorno de 1.40 sin sufrir más de la cuenta. Parecía sencillo....

Pues nada, dada la salida toca ponerse a correr; bueno tocaba ir trotando hasta encontrar un hueco que permitiese correr algo que más o menos pronto conseguimos. Creo que nos costó más de un minuto alcanzar el arco de salida y bastante más encontrar un espacio mínimo en el que poder correr sin encontrar a gente que "molestaba", sin "molestar" a otra gente que llegaba desde atrás y que permitiese correr a gusto pero una vez conseguido me centré en encontrar ese ritmo buscado siempre al lado de Vicente. No era fácil mantener el ritmo entre tanta gente así que íbamos muy pendientes de este detalle, quizá más de la cuenta lo que nos hacía ir, creo, demasiado a tirones: ahora vamos rápidos, ahora parece que sí, bajamos ritmo, subimos ritmo, ... Bien, en cualquier caso las cosas inicialmente rodaban bien dentro de lo previsto: piernas cargadas desde casi el principio, algo con lo que ya contaba pero que estaba seguro de "saber" superar y ritmos en los que me encontraba cómodo. Así, superado el primer kilómetro en 5.01, transitamos el segundo en 4.47, el tercero, en el que creo que el Garmin se trastocó un poquito en 5.02, el cuarto en 4.46 y el quinto en 4.56. Creo que en esta serie se ve ese correr a tirones, en ocasiones achacable a la gente que todavía te obligaba a hacerlo pero también por lo que comentaba anteriormente. Llegados al cinco, 24.32, es decir un ritmo medio de 4.54 que aún siendo un poquito superior a lo planificado (4.50) entraba dentro de las previsiones. En este punto ya íbamos por Blasco Ibáñez de "bajada" nuevamente hacia la zona del Puerto para completar la primera vuelta. Hasta aquí todo en orden....
A partir de aquí, una vez alcanzado el primer avituallamiento (por cierto creo que los avituallamientos deben mejorarse en el aspecto de organización porque me parecieron algo caóticos) que supuso casi tener que parar, afrontábamos el segundo cinco mil con la idea de mantener ese ritmo del primero. Y así fue hasta el nueve: 4.55, 5.02, 4.52 y 4.43, lo que demuestra que seguíamos corriendo a tirones (aunque no entiendo el parcial del siete). Sin embargo aquí empezaban los problemas; pese a no querer decirlo a Vicente a partir del siete y medio, más o menos, empecé a sufrir un molesto dolor, inicialmente pequeño pero que fue aumentando en el pié derecho. Sin motivos aparentes que justificasen el mismo intenté no entrar en "pánico" y seguir manteniendo el ritmo pero dado que iba a más decidí, aprovechando que nos habían dado alcance un par de compañeros del RR, decirle a Vicente que se fuese con ellos que yo iba a regular un poquito. El tramo del diez lo hice a un ritmo sensiblemente inferior a los anteriores, a 5.27. A partir de aquí, y dado que a pesar de bajar el ritmo el dolor no remitía, dejó de tener sentido el ir a por marca y el único objetivo que quedaba era acabar la carrera de la mejor manera posible.

Entrada en meta (Gloria Manzanera). Como veis
llegue tarde a recoger mi trofeo, jeje
Aproveché el avituallamiento que había pasado el diez para parar un poco y tratar de "averiguar" que era lo del pié pero aún hoy sigo sin saber qué pasó. De hecho las cosas todavía fueron a peor porque en el otro pié pronto aparecieron molestias que en esta ocasión eran clara referencia de la aparición de una ampolla en la misma zona que me impidió ser de la partida en Alpuente. Las cosas, como veis, pintaban de maravilla... Insisto en que desde este momento, descartada la idea del abandono que en algún momento rondó mi mente, me contenté en ir rodando de la mejor manera posible, a modo de semilargo de cara al 18N, y ello a pesar de que de manera puntual me tocaba parar para tomarme un respiro. Debo reconocer que estas paradas eran más fruto del bajón moral que del dolor ya que éste estaba ahí pero tampoco me impedía correr aunque molestaba bastante. Y a partir de ahí, los parciales, quitando un par de excepciones, hablan pos sí solos: 5.18, 5.45 (parón), 5.12, 5.36 (parón), 5.17, 5.11, 4.53 (zona de Colón), 5.14 (parón), 5.18 (parón), 5.02, 5.00 (parón) y el último tramo hasta meta en 4.37. Es decir, al final, y para una distancia que según mi Garmin (y es una distancia en la que han coincidido muchos corredores) llegó hasta los 21520 metros, el tiempo real fue de 1.49.40.
Evidentemente no puedo estar satisfecho del resultado, muy por encima de lo esperado, y me preocupa lo del pié derecho que al acabar la carrera parecía un pequeño chorizo por la inflamación que presentaba. Aún hoy están las molestias a pesar de que la inflamación prácticamente es recuerdo aunque espero que para mañana hayan desaparecido y confío en que no se reproduzcan. Lo de las ampollas es harina de otro costal; descartadas de momento las nuevas zapatillas sigo con otras que hasta ahora no me habían dado problemas y pese a ello sigo con las ampollas; ya veremos qué pasa estos días pero tampoco me gusta nada esta situación.
No era lo esperado, claro, pero al final una más al coleto
Apartado organización... no me voy a extender demasiado en consideraciones y solamente quiero hacer una reflexión: creo que la búsqueda de una carrera de renombre y con categoría "mundial" no debe pasar por olvidar que también, y sobre todo, los corredores populares hacemos grande la prueba. Sin nosotros no serían casi diez mil y eso debe notarse en el trato que recibimos. Y me estoy refiriendo a avituallamientos, bolsa de corredor, tema de las camisetas, ... En fin, creo que Correcaminos debería reflexionar y plantearse ciertos aspectos. De lo contrario igual la carrera muere de éxito (y conste que lo digo desde el cariño y la admiración por ser capaces de sacar adelante un monstruo como éste).
En cualquier caso, y a modo de conclusión, os aseguro que no voy a renunciar ni voy a cejar en el empeño de conseguir sacar adelante ese reto de la MDP. Ahora, creo, con más fuerza que nunca. En fin, os dejo con los habituales enlaces...


Epílogo.- Permitidme que felicite a la gente del Rocafort Running por su participación en la carrera de ayer y, de manera muy especial a Vicente: sigo pensando que la marca la tienes ahí así que no cejes en el empeño. Y ya puestos quiero felicitar a la gente de "El Turmell" de Xert; ayer celebraban su primera carrera de montaña y, según todos los comentarios, con gran éxito. Personalizo la felicitación en el amigo Jordi Tena, que seguro que nos deleitará con una gran crónica en su blog.

domingo, 14 de octubre de 2012

XVIII Gran Fons de Paterna... ¡subidón!


Cartel de esta edición
Después del mal día que pasé el martes por tierras de Meliana (a nivel resultado, claro) el resto de la semana ha venido marcada por las dudas. La sensación de que los entrenamientos no se estaban asimilando iba "in crescendo" y, con ello, las dudas de cara a la ya próxima Maratón de Valencia también iban incrementándose de manera significativa. Pese a ello durante la semana seguimos intentando cumplir al máximo la planificación prevista, si bien es cierto que en la sesión del jueves opté por limitarme a rodar en compañía de los RR a ritmos más que suaves con la única intención de soltar piernas, renunciando por ello a la cita en el río con el grupo de entrenamiento. Después de esa suave sesión del jueves decidí respetar el descanso del viernes y centrarme en las dos "citas" previstas para el fin de semana, el largo que esta vez pasaba al sábado y la carrera de Paterna del domingo. Así pues el viernes, ya en el pueblo para pasar el fin de semana aprovechando la festividad del viernes, fue de total y absoluto relax, algo que esperaba me sirviese para recobrar fuerzas en todos los sentidos. Pese a ello, tampoco la salida del sábado fue precisamente alentadora; pese a que físicamente no me encontré mal, la motivación fue escasa así que tampoco acabé cumpliendo las expectativas para ese día. Como veis la cosa no pintaba demasiado bien para el domingo y, con ello, seguía planteándome muchas, demasiadas quizá, cosas de cara a la MDP...


Para conocer los orígenes de la Vila de Paterna hay que trasladarse a los yacimientos que existen en La Vallesa y Despeñaperros, donde se encuentran restos arqueológicos pertenecientes al Neolítico y a la Edad de Bronce. Estos yacimientos evolucionaron alcanzando cierta relevancia en la época ibérica.
Con la llegada de los romanos se inicia un cambio en las formas de vida. Es durante este periodo, según las crónicas, cuando se configura la toponomía originaria de Paterna y que haría referencia a "paternus" o perteneciente al padre, referido al estatus social y jurídico que ocuparía el dirigente dentro de la comunidad.
En la época musulmana, Paterna adquiere cierto esplendor sobre todo a través de su cerámica y su actividad manufacturadora. También se observa un mayor desarrollo de la agricultura introduciendo cultivos desconocidos hasta el momento como el arroz, la morera y la caña de azucar.
Durante los siglos XIII al XV la población de Paterna tendrá a los Luna como señores feudales. Es una época en la que actividad ceramísta es muy importante figurando en distintos palacios y centros de poder europeo. Merecen especial atención los socarrats que son utilizados para decorar las casas y que conforman una señal de identidad paternera.
A inicios del siglo XX, Paterna estaba poblada por 3.500 habitantes, pero el número irá rápidamente en aumento hasta los 64.000 actuales. Durante los años 50 y 70 se produce una gran corriente de inmigración debido a la elevada demanda laboral que genera el Polígono Fuente del Jarro.
El municipio se convertirá en un importante núcleo industrial y de servicios a través de los diferentes polígonos industriales que culminará con la creación del Parque Tecnológico destinado a los últimos avances en tecnología. A todo esto hay que añadir la extraordinaria importancia que Paterna ha adquirido en el sector servicios gracias a su extenso término municipal que incluye nuevas y prominentes áreas residenciales que se han convertido en verdaderos núcleos de población como La Canyada, Terramelar, La Coma, La Creu de Gràcia i Mas del Rosari, Lloma LLarga y Valterna.


Y éste es el de la primera edición,
allá por el año 1995 nada menos
Organizado, entre otros, por el C.A. Cárnicas Serrano, uno de los clubs de referencia del atletismo en el País Valencià, el domingo se disputaba la decimoctava edición del Gran Fons Vila de Paterna. Lejos ha quedado ya 1995, año de inicio de esta tradicional prueba dentro del calendario de carreras populares de la zona y cuyo cartel dejo a modo de curiosidad en esta entrada. Es una prueba de esas a las que desde mi inicio en el mundillo del running, y más aún desde que empezaron mis internadas por el asfalto, "tenía ganas". Por ello este año no me lo pensé más y decidí ser de la partida. Así pues el domingo tocaba madrugar porque había que bajar del pueblo y llegar con tiempo suficiente para recoger a Rubén, quien finalmente, y a pesar de acudir a la carrera, no fue de la partida, y encontrar plaza de aparcamiento, algo que se me antojaba complicado por el elevado número de inscritos a la carrera. El caso es que llegamos con tiempo a Paterna, pudimos aparcar sin demasiadas dificultades y ello hizo que tuviésemos tiempo de sobra para el "tallaet" de rigor, para saludar a algún conocido y para palpar el ambiente y, de paso, hacer un reconocimiento somero de parte del inicio del recorrido. ¿Calentar?, pues en esta ocasión me salté el trámite ya que el objetivo de la mañana pasaba por hacer la rodada tranquila que inicialmente tocaba el sábado. A pesar de que las banderas de la zona avisaban de la presencia de un viento que podría ser molesto lo cierto es que a nivel de asfalto no parecía tanto. De hecho puedo anticipar que las condiciones meteorológicas fueron durante la mañana de ayer casi perfectas para correr, con una temperatura más que agradable donde el calor no llegaba a molestar lo más mínimo.

El caso es que así, sin presiones de ningún tipo y disfrutando del ambiente y de la gente, me planté en la zona de salida donde coincidí con el amigo Canh, a quien ya había podido saludar en la zona de entrega de dorsales y con quien iba a "compartir" los momentos previos y, posteriormente, la parte inicial de la carrera. Como ha quedado dicho hoy tocaba disfrutar sin objetivo ninguno más allá de intentar, si ello era posible, reencontrar mis buenas sensaciones, desaparecidas hace algún tiempo, y seguir adaptándome a ese asfalto que tanto me cuesta. Quizá por ello tuve, tuvimos, que volver a sufrir en la salida a esa gente que siempre se coloca fuera de sitio, y que acaba estorbando claramente por ubicarse fuera de su lugar en las salidas. Iniciada la marcha, la carrera empezaba por dar una pequeña vuelta de un par de kilómetros por las calles de Paterna para volver a la línea de salida donde ya enfilaríamos rumbo a la Cañada. A pesar de lo dicho siempre es complicado encontrar el ritmo deseado en estos primeros momentos donde la masa hace que te aceleras más de la cuenta. Por ello, y ayudado por un perfil favorable durante los primeros metros, transité los dos primeros kilómetros a un ritmo aproximado de 4.50, haciendo la goma con Cahn quien poco después se adelantaría ligeramente pasando a ser compañero en la distancia, y ello a pesar de que a partir de los quinientos metros, más o menos, empezamos a sufrir lo que iba a ser una primera mitad de carrera de las duras. Casi al final de esta primera vuelta pude saludar a la amiga Laura, que tampoco se pierde una, y que con muy buen criterio sigue sin entender qué hago preparando una maratón (en fin, son cosas que pasan). Por cierto, aprovecho ahora para saludar desde aquí al amigo Manuel Tarín a quien la propia Laura tuvo el detalle de presentarme al acabar la carrera.
Pero sigamos con la carrera; poco después del paso por meta tras dar buena cuenta de ese circuito pequeño, llegábamos al kilómetro dos en pleno descenso que iba a ser preludio de un par de kilómetros de continuos toboganes que nos dejarían allá por el cuatro al pie de una subida que durante cuatro kilómetros iba a ser compañera casi constante de todos nosotros. A lo largo de estos dos kilómetros que nos llevaban al cuatro (y que posteriormente recorreríamos en sentido contrario para llegar a meta) continué marcándome un ritmo superior al inicialmente previsto pero en el que me encontraba cómodo, algo inferior al listón de los cinco minutos por kilómetro, 4.59 y 4.45 fueron los dos parciales de este tramo. Buenas sensaciones pese a que las piernas no iban frescas, como ya imaginaba, me acompañaban para afrontar, ahora sí, la parte más dura del recorrido, cuatro kilómetros hasta La Cañada que nos llevarían desde los 41 metros, cota mínima de la carrera, en los que empezaba hasta la cota máxima de 118 metros un poquito más allá del ocho. Sabedor de lo que venía aunque sin conocer el recorrido, y dado que las cosas parecían rodar medio bien, me planteé un nuevo objetivo para este tramo, el de rodar cerca de ese ritmo de cinco el kilómetro hasta arriba. Y casi lo consigo; de hecho los tres siguientes parciales a 5.03, 5.07 y 5.04 dan buena fe de ello. Más difícil fue el ocho; las piernas daban muestras de flaqueza así que decidí bajar un poquito el ritmo para tratar de llegar arriba sin quemar todas las naves. Durante este kilómetro me alcanza Jorge, compañero de club pero que en esta ocasión iba de incógnito y, me temo, que con un dorsal de otro por cuanto no aparece en la clasificación final, quien intentó que me uniese a su ritmo, no demasiado superior al que llevaba yo, aunque acabé por descartar la propuesta ya que preferí seguir a mi ritmo y escuchando los mensajes de mis piernas y mi cabeza. También en este tramo recibo el apoyo de un atleta del C.A. Puçol a quien no reconocí pero que se declaró seguidor del foro (si lees esto espero que te identifiques). Bueno, el caso es que al final conseguí llegar arriba, con un parcial en este kilómetro de 5.34 pero con las piernas en condiciones, creía yo, para seguir adelante.

Entrada en meta (Cortesía de Rubén, "el veí")
Empezaba en este punto una nueva carrera donde tocaba bajar lo subido. Pese a ello preferí ser cauto, un poco por desconocimiento del perfil real y un mucho por precaución no fuera a ser que mis piernas acabaran por dejarme tirado, y no incrementar demasiado la marcha. Así, el noveno kilómetro, claramente descendente lo pasé en 4.46, muy cómodo, y el siguiente, también en ligero descenso, en 4.48. En este punto todavía me encontraba sorprendentemente entero y con buen ánimo; incluso las piernas seguían funcionando decentemente así que seguí a la misma marcha durante el once, 4.49. El siguiente kilómetro ya era menos favorable y, ante la perspectiva de que todavía quedaba un tramo, que anteriormente hicimos en bajada, de "considerable" subida, bajé un poquito el ritmo para clavar el doce en 5.01, y el trece ligeramente más favorable, coincidiendo en parte con el tramo de subida que afrontábamos en el cuatro pero en sentido contrario, en 4.51. Llegados a este punto tocaba apretar los dientes y afrontar los dos últimos kilómetros que iban a ser complicados, especialmente el catorce por cuanto teníamos que dar cuenta de un corto pero intenso repecho que nos dejaría ya en la zona de toboganes que nos llevaría a meta. Transitado este kilómetro catorce en 5.13 me armé de valor para intentar apretar un poco de cara al último kilómetro y, así, pese a que el repecho final se hizo durillo, pude acabar el último kilómetro en 4.42, el mejor parcial de la carrera, algo que creo que confirma la sensación que tenía en aquel momento de haber acabado la carrera sorprendentemente entero, sin llegar a poder decir que sobrado pero sí con fuerzas en la recámara. Al final, un tiempo en mi cacharro de 1.14.47 para 15080 metros a un ritmo ligeramente inferior a 5.00, mucho mejor de lo previsto y esperado.

Como epílogo, y a modo de conclusión, comentar que después de unas horas desde que acabé la carrera creo que el hecho de rodar a ritmos tan cercanos a los que tengo previsto en la maratón, y ello a pesar de la dureza del recorrido, y de hacerlo con esa relativa suficiencia me da mucha moral de cara a lo que está por venir. Quedan cinco semanas para la gran cita y en medio un par de pruebas en forma de medias (Valencia y Alzira) pero espero que el fin de semana que viene pueda confirmar con una táctica similar a la de ayer esa cierta suficiencia con la que ayer lo hice a pesar de los inconvenientes que planteaba la carga de trabajo acumulada. Espero que esa prueba de fuego del domingo por las calles de Valencia salga bien y refuerce un poquito más esas buenas sensaciones de ayer por Paterna. Sé que mi "velocidad" no está en su mejor momento pero poder rodar como ayer a ritmos cercanos al objetivo fue importante. En fin, ya os contaré cómo va esa prueba del domingo pero eso será otro día. Os dejo con los enlaces de siempre. 


Perfil en Wikiloc; engañoso como siempre
en asfalto pero significativo

martes, 9 de octubre de 2012

XXVIII Volta a Peu a Meliana; acumulando kilómetros


XXVIII Volta a Peu a Meliana
En esta entrada no pienso aburrir al personal con mis historias personales (en concreto, temas laborales); simplemente comentar, de pasada, que las cosas van de mal en peor y que, desgraciadamente me declaro incapaz de apartar ese aspecto del día a día. Y digo esto, no como excusa, pero sí como factor que en cierta manera justifica mi sensación actual de que estoy entrenando más que nunca y de que, pese a ello, el progreso no acaba de satisfacer mis perspectivas. Igual estoy apretando más de la cuenta y eso también influiría en esa falta de resultados, pero tengo el convencimiento pleno de que si las cosas a nivel de trabajo fueran mínimamente bien ahora estaría hablando de otra manera y con unas sensaciones más que buenas. Dicho lo cual, acaba la fase lamentaciones y/o justificaciones y voy a intentar relatar con cierta alegría estos días pasados desde la última entrada.

Ha pasado demasiado tiempo desde aquella entrada, que correspondía al relato de mis aventuras por tierras de Vilafranca y su Entreparets que tan buen sabor de boca me dejaron. La semana posterior a la misma fue una sucesión de entrenamientos, en general, bastante buenos y que dejaron buen sabor de boca, incluyendo los dos primeros con el Grupo de Entrenamiento que la organización de la Maratón Divina Pastora de Valencia (la ya famosa MDP en Facebook) ha puesto a nuestra disposición. La verdad es que se ha montado un grupete majo y las dos sesiones de la primera semana fueron muy productivas. Cómo agradezco, e imagino que será algo bastante común al resto de los corredores esos entrenamientos en compañía. Y ahora puedo dar gracias de que durante alguna de esas sesiones tengo la posibilidad de hacerlo en compañía de este grupo o de los queridos Rocafort Runners que tan bien me han acogido. El caso es que la semana de marras, la que iba del 24 al 30 de Septiembre fue buena en general con un solo pero; la rodada del sábado dejó en mí secuelas en forma de dolorosa ampolla en el lateral del empeine del pié derecho y ello me "obligó" a abandonar mi cita con el Trail de Alpuente, cosa que me dolió en el alma a pesar de actuar como creo debía hacerlo.

Parte de los esforzados integrantes del largo del domingo;
parece una foto promocional vete a saber de qué
Y llegaba esta semana, semana de mucha carga de trabajo y a ello me puse. A pesar de las molestias del pie, la semana se saldaba con unos ochenta kilómetros de rodadas en distintas formas y condiciones pero con sensaciones agridulces. A unas buenas sesiones se le unían otras menos buenas y, sobre todo, el no poder acabar la del jueves en las condiciones previstas porque, vaya usted a saber el porqué, el cuerpo dijo basta a falta de un kilómetro para finalizar la última de las series y hasta ahí llegó. Pese a ello, descartada la Aragón Sur para poder seguir centrado en el asfalto, el sábado salía una buena rodada con gente de los Rocafort Running, dieciocho kilómetros de rodaje suave pero bien aprovechados, y el domingo hacía el largo con gente también de Rocafort para completar veinticinco kilómetros a ritmos similares a los del sábado aunque en los últimos seis o siete las piernas notaron el esfuerzo de los días anteriores y me tocó bajar ligeramente la marcha. Por cierto, muy curiosa la sensación de rodar contracorriente cuando en plena sesión por el río nos topamos de frente con los cuatro o cinco mil participantes de la Carrera per la Salut, del CrM Valencia. Y así acababa la semana para empezar otra, la actual con un día de merecido descanso que daba paso al martes, Nou d'octubre, día de la Comunitat Valenciana...

No sabemos con certeza cuál es el origen de Meliana. Por un lado puede ser romano, derivado de una antigua Villa Aemiliana, que, como todas las villas romanas se habría convertido en una alquería. Pero por otro lado ese origen podría ser árabe ya que en la Mauritania de César había un lugar denominado "Milianàh" de donde se supone que llegarían los grupos fundadores. Además, al norte de Africa, un río de Tunez y una ciudad del macizo del Atlas se denomina "Miliana". En cuaqluier caso, también hay quien defiende que el nombre de Meliana viene del primer señor feudal que tuvo la población después de la reconquista.
En cualquier caso, Jaume I conquistaría estas tierras en 1238 y del suceso de la Batalla del Puig quedó recuerdo en Meliana con la construcción de la Ermita de la Misericordia, en cuya puerta existía un retablo de azulejos que se trasladó posteriormente al nuevo ermitorio y que llegó a su punto más crítico con la expulsión de los moriscos en 1609.
Como curiosidad destacar que los dos otros núcleos urbanos actuales de la localidad, Nolla y Roca, tienen la consideraciónd e barrio desde 1900. Los orígenes del barrio de Nolla se remontan a 1860, cuando el industrial catalán Miquel Nolla i Bruixet instaló "Mosaicos Nolla" en la antigua "Alqueria dels Frares". Roca, por su parte, data de 1884, cuando el propietario de gran parte de aquellas tierras, Vicent Roca, construyó una casa de campo y una capilla alrededor de las cuales se fueron añadiendo más casos con el paso del tiempo.

Vista aérea de la salida (Ana Mestres)
Y es que el martes, Nou d'octubre, la preparación de la MDP me llevaba hasta Meliana donde se disputaba su ya vigésimo octava edición de su Volta a Peu. Aunque en el momento en que me inscribí el objetivo era intentar rodar durante esos diez kilómetros en ritmos algo más rápidos que los que deben guiar mis pasos durante las más de tres horas de la maratón, la presencia del compañero Vicente (Rocafort Running) me hizo cambiar mi idea inicial y salir a intentar que aquél bajase de los cuarenta y cinco minutos. Tampoco me hubiera venido mal, creo yo, rodar a 4.30 durante ese tiempo para convencerme de que en estos momentos me encuentro capacitado para ello (algo de lo que, debo confesar, estoy convencido a pesar de que hay indicios que me hagan dudar en ocasiones). El caso es que en compañía de Rubén nos dirigimos a Meliana, recogimos los dorsales y enseguida nos encontramos con Vicente con quien compartí el calentamiento previo a la carrera, calentamiento durante el que pude saludar al incombustible Danny Berunner, y al alma mater del 42yPico, Gustavo, colaboradores del evento. Ubicados en la salida un poco más atrás de lo que hubiera sido adecuado, una vez se dio el pistoletazo de salida nos tocó "rebasar" a gente que, y lo he dicho más veces, no sé cómo se atreven a ponerse tan adelante. El caso es que entre unas cosas y otras, entre tener que dar cuenta de esta gente y la propia inercia de la salida que siempre acaba empujándote, creo que empezamos demasiado rápido y al final lo pagamos. Empecemos reconociendo que ya en el calentamiento, pese a no decir nada, los mensajes que me mandaban las piernas no eran del todo tranquilizadores. El cansancio de la carga acumulada estaba ahí y eso, en mi actual situación de escasa fortaleza mental, no era un buen presagio. A pesar de ello, primer kilómetro de callejeo por el pueblo en 4.25 y segundo kilómetro, todavía de callejeo en su mayor parte pero que ya nos sacaba hacia la zona de los barrios en 4.26. En este momento, y aprovechando algún que otro repechillo que aparecía en el perfil, conseguimos bajar el ritmo para completar el tercer kilómetro en 4.41. Pero aquí acabó todo; kilómetro cuatro en 4.51 y kilómetro cinco en 5.01 (momento éste en el que ya le di "permiso" a Vicente para marcharse en solitario) pero en los que a pesar de intentar poner un ritmo más vivo las piernas no daban más de sí. A nivel de caja todo iba fenomenal pero el ritmo no salía y el cansancio en las piernas iba tornando en "dolor".

Entrada en meta
A la vista de ello, decidí que mi afán competitivo había acabado y que desde ese momento me limitaría a acabar la carrera; buena prueba de ello lo tenéis en el enlace al GarminConnect donde se refleja claramente, por un lado, ritmos de 5.14, 5.45, 5.39 y 5.20 para los kilómetros del seis al nueve, y por otro, en la gráfica todas las paradas a caminar con las que fui salpicando mi devenir por Meliana. Y el caso es que llegado al nueve, imagino que fruto de un ataque de vergüenza torera, decidí que ya estaba bien y que había que acabar con dignidad, esto es por debajo de los cincuenta minutos, así que me armé de valor, aceleré el ritmo hasta allá donde las piernas me dejaron y acabé este último tramo a 4.48 a pesar de no esprintar en el final. Aquí tenemos una nueva muestra de mi "debilidad mental" porque acabé a nivel pulsaciones fresco de verdad pero la cabeza no pudo con esas malas sensaciones y me arrastró a unas prestaciones desalentadoras. En fin, es lo que hay. Al final tampoco Vicente fue capaz de bajar de cuarenta y cinco (ánimo que lo tienes ahí, seguro) así que el día fue poco propicio.
Bien, intentaré quedarme con lo positivo de este periodo que es esa carga de trabajo que seguro que va dejando poso y que saldrá pronto en forma de buenos resultados aunque insisto en que todo se complica por esos aspectos colaterales que, en cierta manera, no permiten que los entrenamientos se asimilen tan bien como uno quisiera. Ya se sabe, preocupaciones, poco (y malo) descanso, .... Bueno, seguiremos entrenando tan bien como podamos y el domingo nos daremos un garbeo por el Gran Fondo de Paterna donde seguro que las piernas seguirán quejándose pero donde intentaré que en esa ocasión podamos vencer a la mente y rodar en ritmos que me permitan seguir albergando esperanzas de cara a la MDP. Mientras, os dejo los habituales enlaces a los datos en Garmin y WIkiloc.