lunes, 20 de febrero de 2012

Mitja Marató Benicàssim; otro pasito adelante


Cartel de la prueba
Anteriormente a la Reconquista, el Castillo de Montornés constituyó uno de los más importantes feudos árabes en estos territorios. No constan noticias sobre su destrucción y las causas que lo motivaron. No obstante, se conoce que el Castillo fue habitado hasta finales del siglo XV, como se deduce por su nombre, pertenecería al linaje de los Beni Qásim ("hijos de Qásim") que ocupaban el castillo de Montornés antes de la conquista cristiana, primero por el Cid Campeador y finalmente por el rey Jaime I de Aragón.
La decisión de Don Francisco Pérez Bayer en 1769 de fundar una iglesia en este lugar, constituyó el impulso definitivo a la configuración de Benicasim como pueblo. A Pérez Bayer se le califica frecuentemente como fundador de Benicasim y realmente, no había nacido aun cuando Benicàssim fue fundado por Doña Violante de Casalduch. No obstante, Pérez Bayer tuvo el mérito de aglutinar alrededor de la iglesia que fundó, a todos los vecinos de Benicasim, hasta entonces diseminados en pequeños núcleos de población, y en masías.
El progreso fue lento en principio, pero espectacular a partir de 1850. Benicàssim ha sido una de las poblaciones pioneras en España como centro turístico. Así en 1887 se construye la primera villa de verano. El gran auge que tomó Benicasim a principios de siglo, le valió posteriormente el calificativo del "Biarritz de Levante". Desde la primera construcción hasta hoy, Benicàssim ha sufrido una profunda transformación basada exclusivamente en el turismo. Actualmente Benicasim ofrece una capacidad receptora de 100.000 turistas.
A menos de un mes para que llegue el día H del ya archiconocido objetivo para esta primera parte del año allá en tierras romanas, la semana había sido un poquito extraña, con mucha carga de estrés en el trabajo y con un tiempo que invitaba poco a las salidas de entrenamiento. A pesar de ello, sobreponiéndome a una inicio de semana poco alentador, el balance general para la semana podemos calificarlo como notable, con una salida el viernes que me había reforzado en el objetivo de salir "a morir" en la Media del domingo y con una buena rodaeta el sábado por tierras de Rocafort para acabar de engrasar las piernas. Con esta perspectiva para el domingo tocaba correr en casa. A pesar de mi "exilio" voluntario en tierras del Cap i Casal, volver a Castellón siempre me recarga las pilas y poder correr en Benicàssim donde anidan muchos de mis recuerdos de juventud se convierte en un placer y en una motivación extra. Con ese objetivo de pasar un buen rato la mañana del domingo disfrutando de esta bendita locura salimos el sábado rumbo a Castellón y, de esta manera, el domingo pudimos dormir un ratito más porque en apenas quince minutos nos plantábamos en la zona de salida. Una vez más Rubén iba a ser de la partida; en este caso el reto era importante. Primera media de asfalto y con el objetivo de Roma también en el horizonte, una buena oportunidad para acumular kilómetros y sensaciones.
A la llegada a Benicàssim nos recibió un viento más que molesto que empezó a poner a prueba a mi cabeza. Con un ambicioso objetivo en mente, cual era el poder acabar en el entorno del 1.35, con el convencimiento de que mis piernas lo tienen pero con serias dudas de que mi cabeza fuera a soportar esos ritmos durante toda la prueba, cualquier obstáculo que pudiese surgir se convertía en un problema añadido para poder acercarme al susodicho objetivo. En cualquier caso, después de la recogida del dorsal y del calentamiento enseguida me vi en la línea de salida dispuesto a darlo todo en una muy agradable mañana para correr a pesar del ya nombrado viento. Muchos conocidos en la salida, y que alguno me perdone si me lo dejo; los hermanos Guinot, el maestro Rafael Murcia "Mountainrunning", Fede Arnau, Rubén, Tono, del Restaurante Mediterráneo del Grao (recomendable 100x100), Juan Ramón, Marco, compañero de trabajo, y sobre todo, Jose, otro compañero de trabajo, todo un crack que me hizo de liebre y algo más durante toda la carrera. Gracias a todos por vuestros ánimos pero gracias especialmente a Jose por su labor de motivación durante toda la prueba.
Parte final de la subida de la vuelta corta
Bien, el caso es que a la hora prevista se daba la salida a la prueba y desde ese mismo instante se iniciaba la lucha que durante algo más de hora y media debía librar para mantener esos ritmos cercanos al 4.30. La primera parte de la carrera consistía en dar un par de vueltas a un circuito de aproximadamente dos kilómetros y medio y que iba a empezar a ponernos en nuestro lugar. Desde la parte baja del pueblo, allá por el puente de hierro donde se ubicaba la salida, ascendíamos hasta la entrada del Karting y desde allí vuelta a bajar hasta la salida y así por dos veces. Con la inestimable ayuda de Jose la verdad es que me costó muy poquito entrar en materia y encontrar ese ritmo deseado en torno al 4.30 por kilómetro. Y lo mejor de todo es que en estos primeros compases de carrera me encontré muy cómodo a pesar de que siempre me ha costado más de la cuenta entrar en ritmo y ello me ha hecho ser de los que sufren desde el principio. Creo que los tiempos de paso de estos primeros cinco kilómetros que se desarrollaban por el interior del pueblo son significativos y dan fe de lo reseñado; 4.30, 4.22, 4.24, 4.34 y 4.19 para un paso por el kilómetro cinco en 22.19 a una media de 4.27. Llegados a este punto mi sensación seguía siendo la de ir razonablemente suelto en el ritmo marcado y la cabeza seguía también en su sitio, algo a lo que ya en este momento colaboraba Jose con palabras de ánimo en todo momento y siempre muy pendiente de mi estado.
Al final de la segunda vuelta por el pueblo;
Jose siempre a mi lado
Finalizadas las dos vueltas cortas empezábamos la primera de las dos vueltas largas, que desde el puente de hierro nos llevaban hasta el Voramar, paseo marítimo, Eurosol, Hotel Orange, Aquarama y otra vez a bajar hasta la salida que ahora ya se convertía en meta.
Playa de Voramar. Una hermosa playa artificial que se caracteriza por la tranquilidad de la zona residencial donde está ubicada. Gracias a su situación privilegiada, desde su paseo marítimo se pueden contemplar las espléndidas villas de principios del siglo XX que sobrevivieron a la fiebre constructora de las últimas décadas del Siglo XX por las que Benicàssim fue conocido en tiempos como el "Biarritz de Levante". Galardonada con el distintivo de Bandera Azul de los Mares Limpios de Europa.
Empezaba aquí una carrera muy diferente; un circuito asequible en sus primeros cinco kilómetros a pesar de que el tramo inicial por el Paseo del Voramar contaba con el hándicap de un ligero viento en contra, daba paso al tramo de ascenso hasta el puente del tren sobrepasado el Orange y después vuelta hacia el pueblo con un último kilómetro en bajada. Durante los primeros compases de esta primera vuelta grande traté de regular un poquito porque me daba miedo pasarme de rosca y pagarlo al final. Consecuencia de ello fue bajar el ritmo en unos cinco-diez segundos por kilómetro pero siempre haciendo caso más a lo que me dictaban las piernas y el cuerpo que a los tiempos. El objetivo en este punto era llegar a la primera subida en buenas condiciones para poder controlar esa dificultad. De esta manera, este segundo cincomil transcurrió con parciales de 4.33, 4.32, 4.38, 4.37 y 4.33 (para un parcial de 22.53 y un diez mil en 45.12). No era ni mucho menos un mal parcial; de hecho apenas mes y medio antes no había sido capaz de completar el diezmil de Valencia por debajo de ese tiempo.
Sin embargo tenía claro que en este momento empezaba la carrera de verdad, y no porque la subida hacia el Orange iba a poner las piernas a prueba sino porque esa misma subida iba a marcar hasta donde era capaz de llegar mi cabeza en lo que restaba de prueba. De esta manera, y siempre bien guiado por Jose, iniciamos el primer tramo de subida con cierta precaución pero todavía con buenas sensaciones. Evidentemente el ritmo se resintió, en parte por la exigencia del tramo y en parte por la autorregulación que nos impusimos en el mismo; de esta manera llegamos hasta el final de la subida y el parcial de este kilómetro once, el más exigente hasta el momento salió en cinco minutos clavados. Llegados arriba tocar recuperar un poquito el aliento e inmediatamente intentar volver a esos ritmos entre 4.30 y 4.40 que debían ser constantes hasta volver a pasar por este punto. Dicho y hecho, recuperada la respiración nos pusimos a ritmo y después de pasar el 12 en 4.45, completamos el trece, ayudados por el descenso pero sin forzar en ningún momento en 4.28. Si tuviera que hacer balance de mi situación en este paso por meta podría calificarlo de la siguiente manera: "Forzado pero con fuerzas, buenas piernas y mejor cabeza de lo esperado".
Llegados a este punto quedaba lo más duro; había que repetir la vuelta grande y en esta ocasión con la imagen clara de cuál era la dificultad de ese ascenso que todavía nos quedaba. Pese a ello, el tramo que nos condujo de nuevo hasta el Voramar fue bueno, con un par de kilómetros en 4.39 y 4.45 pero siempre con esa sensación de cierta suficiencia. De esta manera, el tercer cincomil lo pasamos en 23.37, a una media de 4.43.
Segunda subida al puente con Jose siempre empujándome
Llegar al Voramar, girar para coger el paseo y que mi cabeza empezase a nublarse fue todo una. No sé exactamente que pasó porque de piernas todavía me encontraba con cierta frescura pero el bajón fue instantáneo. Pese a la fuerza que me transmitía Jose a cada momento y su gran trabajo de regulación del ritmo en este punto ya me di cuenta de que lo que quedaba para acabar iba a ser un suplicio. Gracias a esos ánimos iba aguantando; recuerdo como repetía machaconamente que había que aguantar como fuera hasta el dieciocho y que la subida ya veríamos como la regulábamos. Y lo cierto es que con ese impulso pude aguantar el kilómetro 16, en 4.42. Incluso después de un bajón durante el 17 que salió nuevamente a cinco pelados, el 18 pude completarlo nuevamente en 4.47. Pero aquí sí que ya la cabeza ganó y mis piernas me obligaron a parar y caminar durante un tramo de la subida. Aproveché el momento para hidratarme un poquito y para tratar de poner las neuronas en orden para empezar a trotar nuevamente en la parte más exigente de la segunda subida. La foto que acompaña este párrafo es más que significativa, mirada baja para evitar tener que ver lo que quedaba y a tirar de casta por no decir otra cosa. Llegados arriba quedaba intentar no hundirse y llegar al final con dignidad. Ahora sí que las piernas empezaban a decir basta pero había que seguir adelante y tratar al menos de bajar de 1.39. Y en esas estábamos cuando llegó el parcial del veinte. Después de un parcial anterior de 5.35 el veinte volvió a estar por debajo de cinco, en 4.55, completando así el cuarto cincomil en 24.59.
Emocionante entrada en meta con Leyre
A partir de este punto solamente quedar sufrir como un verdadero cabrón y apoyándose en la bajada final intentar arañar segundos al crono. Cierto es que las piernas no daban para mucho pero de todas formas fuimos dando buena cuenta del último kilómetro para llegar a meta con un parcial para el 21 de 4.33, que no está nada mal dadas las circunstancias y con un subidón al ver en meta a Mónica y Leyre, dispuesta ésta a entrar de la mano de papá en meta. Me queda la sensación de que casi me llevaba ella a mí que no al contrario pero una vez más la sensación de poder acabar una carrera de la mano de mi princesita no se paga con nada. Este último esfuerzo me permitió además entrar sobrado por debajo del 1.39; de hecho, este tiempo "real" de 1.38.23 es mi mejor marca personal en la distancia así que a pesar del sufrimiento y de que aspiraba a algo más creo que tendré que darlo por bueno y pensar ya en positivo. Unas horas después estoy satisfecho; al margen de la marca que me deja satisfecho a secas, y a pesar de esos momentos de flaqueza creo que peleé bien contra el circuito pero sobre todo contra mí mismo y al final pude acabar razonablemente satisfecho con la carrera en general.
A cuatro semanas vista de Roma creo que los deberes están muy adelantados y que si en lo que queda hasta entonces el cuerpo aguanta al final conseguiré ese objetivo y además en un tiempo más que decente. Sigo sin desvelar objetivos de cara a Roma (ese objetivo oculto porque el verdadero es el de acabar disfrutando mi primera maratón) pero esos objetivos de tiempo van tomando forma y, sobre todo, van convirtiéndose en "conseguibles".
En fin, otra mañana más disfrutando de esta pasión, con un tiempo agradable, una inmejorable compañía y la satisfacción del deber cumplido, ¿qué más se puede pedir?. Dar la enhorabuena y las gracias a la organización, notable una vez más, y a pensar en lo siguiente. Igual pensáis que estoy loco pero el domingo me vuelvo a la montaña, la Maratón de Espadán me espera y este año además sin presiones de ningún tipo con el único objetivo de volver a a disfrutar de la Sierra Espadán y de coger fondo para alcanzar el Coliseo con suficiencia. Pero eso, una vez más, será otra historia. De momento os dejo con los habituales enlaces.


Perfil en Wikiloc
Epílogo.-
Rubén no pudo acabar la carrera; al paso por meta en el kilómetro trece le pudo más no dejar a sus peques y allí acabó su aventura. Sin embargo hay algo muy positivo. Durante estos kilómetros pudo rodar sin demasiados agobios en ritmos bastante mejores a lo que será el objetivo en Roma. Buenos kilómetros que sumarán seguro... de todas formas igual cambiamos el planteamiento y buscamos una media para que la complete. Animo "veí" que seguro que la comida del dieciocho de marzo allá por Roma será con la satisfacción de haber completado tu primera maratón... y eso es algo que no todos pueden decir.

domingo, 12 de febrero de 2012

10k HDOSO Castellón; al final me quedo con la marca

Logo de la prueba
Después del sufrimiento de la carrera del pasado domingo por tierras de la Vall de Segó, la semana había transcurrido marcada por las adversas condiciones meteorológicas que habían impedido el normal desarrollo del planning de entrenamiento previsto para estos días. Mucha sesión de gimnasio, con machaque en la cinta pero sobre todo en la elíptica que parecía haber ido bien para recuperarme de esas molestias que aparecieron en la última carrera. Para acabar la semana ayer sábado me decidí por un rodaje suave en compañía de los amigos del Rocafort Running por la zona de Rocafort, Massarojos, Carpesa y Godella, un agradable paseo en magnífica compañía a ritmos muy tranquilos que ayudaba a desengrasar las piernas y dejarlas listas para afrontar la carrera de la semana, el 10k que organizaba el Gimnasio HDOSO por las calles de Castellón en la mañana de hoy domingo.
Por ello, y a pesar del intenso frío que a esas horas azotaba Valencia, a las ocho de la mañana había quedado con Rubén para iniciar esta nueva etapa en la preparación, cada uno dentro de sus objetivos, de ese objetivo que nos hemos fijado para iniciar la primavera por tierra de Roma. Después de un agradable paseo en coche nos plantábamos en la entrada de Castellón donde aparcábamos sin mayores problemas y nos dirigíamos a la zona de meta donde se ubicaba también el área de recogida de dorsales. También Castellón nos recibía con una tremenda sensación de frío; a pesar de que el día se presentaba radiante con el sol presente en lo más alto del cielo, esta ola de frío que nos invade, agravada por un molesto y frío viento que afortunadamente no ha ido a más, dejaba el cuerpo al borde de la hipotermia. A pesar de ello completamos el trámite de recogida del dorsal (bueno, completaba porque Rubén ya lo traía "puesto" de Valencia) y nos volvíamos al coche para completar los preparativos de cara al ya inminente inicio de la carrera. 
Recorrido de la carrera
De camino a la salida muchos conocidos de este mundillo. A destacar que finalmente pude coincidir con Jordi Tena, Xertolí, después de muchas "conversaciones" en el foro y en el facebook y pudimos conocernos y saludarnos como la ocasión merecía... por cierto, no quiero olvidarme de darte la enhorabuena por tu carrera, se te notaba contento. Además de Jordi pude coincidir y saludar (y si de alguno me olvido que no me lo tenga en cuenta) con Ayacucho y su chica, Juan Ramón y su chica que me contaban su proyecto del Mont Blanc, Fernando García, colega de profesión, y Kinetads, Vicente Guinot que sigue recobrando la forma después de la lesión, y de qué manera, Laura, compañera de trabajo, y así hasta completar los 2046 inscritos para la carrera que en pocos minutos compartirían conmigo el placer de disfrutar corriendo por las calles de mi ciudad. Entre tanta "vida social" todavía pudimos sacar algo de tiempo para calentar un poquito y de ahí directos a los cajones de salida, en esta ocasión en el Sub-45 porque ahí podíamos encuadrar mi objetivo para esta carrera, bajar de cuarenta y cinco y acercarme a los 42-43 minutos.
Bueno, el caso es que finalmente llegó el momento de la salida; cohete, lluvia de confeti y... ¡a correr! que para eso estábamos aquí. La salida, como suele ser habitual en las últimas carreras, más rápida de lo deseable y de lo planificado pero al final no te queda otra que dejarte llevar entre la multitud y una cosa acaba llevando a la otra. En la primera parte del circuito, de algo menos de un kilómetro, prácticamente una larga recta tocaba correr y tratar de encontrar el sitio adecuado en la carrera así como empezar a interpretar las sensaciones que el cuerpo pudiera mandar. De esta manera, casi sin quererlo nos plantábamos ya en el interior de un de 3500 metros circuito al que había que dar dos vueltas y que nos llevaba hasta la Ronda Este. En este segundo tramo de carrera había alguna zona donde el viento, sin ser fuerte, sí que soplaba de cara y ello añadía dificultad al mismo. Durante la primera vuelta al circuito las sensaciones han sido en todo momento muy buenas, más allá de cierta sensación de cansancio muscular que mis piernas le trasladaban al coco y que, desgraciadamente, acabaría por hacer su faena. Sin embargo el ritmo de carrera y las pulsaciones eran incluso algo mejor de lo que esperaba así que hasta este momento iba algo eufórico. Así, metro a metro, consumí el primer cinco mil con parciales que eran toda una invitación al optimismo: 4.05, 4.09, 4.14, 4.24 y 4.21 para completar esta primera mitad de carrera en un excelente parcial de 21.13 que auguraba una marca incluso mejor a la esperada.
A partir de este momento "solamente" quedaba completar la segunda vuelta al circuito antes nombrado y a partír de ahí, coger la larga recta de salida en sentido contrario y acabar desembocando en la Avda. Valencia que tras un largo periplo nos llevaría hasta la larga recta de meta ubicada en la Avda. de Almassora. A pesar de las buenas sensaciones de la primera mitad, al poco de desembocar en la Ronda Este por segunda vez volvía a reproducirse un inquietante pinchazo en la zona de los isquios de la pierna derecha y con él volvía la preocupación a mi cabeza pero, sobre todo, las dudas. Intentando hacer caso omiso de esta señal el sexto kilómetro todavía lo completé en un buen ritmo, 4.15, pero podríamos decir que aquí se acabó lo que se daba. Mi frágil cabeza empezaba a dominar a mis piernas y el ritmo iba de manera inexorable perdiendo alegría de manera que el kilómetro siete lo transité en un parcial de 4.38 y el ocho en 4.45. Durante el nueve, en el que las cosas tampoco fueron mejor y que acabó en 4.43 incluso tuve que poner pie a tierra y darme un ligero respiro para asegurarme de que las molestias no pasaban de ahí. De todas formas durante el nueve me adelantó Rubenniguecs algo que me vino muy bien porque hasta llegar a la recta de meta lo marqué como objetivo a seguir y ello me dio fuerzas para poder acabar la carrera nuevamente a un buen ritmo y finalizar el último mil con un parcial de 4.17 a pesar de que no encontré la chispa para esprintar al final. De todas formas al final conseguí, por lo pelos, uno de mis objetivos cual era el de acabar por debajo de esos 43.24 que había marcado a finales de 2010 y que hasta hoy constituían mi mejor marca en la distancia. Finalmente hoy marcaba un 43.22 real, marca que creo que desde la distancia que marca el paso de estas horas hacen que las conclusiones de la carrera presenten más luces que sombras. Pese a ello todavía queda mucho trabajo por hacer, especialmente en lo que se refiere al dominio que debo tener de mi cabeza pero, bueno, seguro que antes del dieciocho de marzo las cosas habrán mejorado en buena medida. Lo mejor para mi de esta carrera es que voy consolidando ritmos que me permiten ir con cierta "facilidad" y que me hacen ser optimista de cara al objetivo, creo que todavía no confesado, que me marco para Roma y que desvelaré antes de partir para allá.
En fin, nuevamente al final reencuentro con muchos amigos... Tono, Gaspar, Sonia, y otros muchos que por allí andaban. Buen avituallamiento final y a esperar la llegada de Rubén que finalmente se produjo en 1.06.25, un tiempo más que aceptable para seguir quemando etapas de cara a esa Maratón que no espera a la vuelta de la esquina. Solamente dar la enhorabuena a la organización por un buen trabajo y las gracias a todos los que me habéis permitido disfrutar en vuestra compañía de una nueva espectacular mañana de running. La próxima, a "voramar" por las calles de Benicàssim. Hasta entonces amigos. Os dejo con los habituales enlaces.


Perfil de la carrera, una vez más engañoso


martes, 7 de febrero de 2012

XXIV Mitja Marató Vall de Segó; un día difícil

Cartel de la prueba
La Vall de Segó es una comarca histórica de la Comunitat Valenciana que actualmente se encuentra integrada en la comarca del Camp de Morvedre (a excepción de Almenara, que se encuentra en la actual Plana Baixa). Formaban parte de esta llanura (delimitada como subcomarca) los actuales municipios de Benavites, Benifairó de les Valls, Canet de Berenguer, Faura, Sagunto, Quart de les Valls y Quartell. Aparece en el mapa de comarcas de Emili Beüt "Comarques naturals del Regne de València" publicado en el año 1934.


Entre mis recuerdos de la infancia, a modo de anécdota, se incluye el pueblo de Quartell... y no porque estuviera entre los lugares por dónde se desarrolló la misma. Al contrario, si mis recuerdos no fallan, hasta este domingo no había estado nunca por allí. Sin embargo, mi padre nombraba muy a menudo este lugar porque, según él, muchos paisanos suyos (quizá más paisanas) habían acabado por arraigar en Quartell (o quizá fuera al revés, y era mucha la gente de Quartell que había acabado por arraigar en su pueblo, Molina de Aragón). Y todo ello porque al menos en su infancia año tras año la banda de Quartell amenizaba las fiestas de Molina y, claro, una cosa llevaba a la otra y eran muchas las parejas que habían nacido de esta circunstancia. Pese a ello, ya digo, no tengo constancia de haber estado hasta ahora en Quartell ni, por extensión, en ninguno de los pueblos por los que se desarrolló la aventura de este domingo.

El caso es que después de todos los avatares por los que ha tenido que transitar esta XXIV edición de la Mitja Marató de la Vall de Segó, aplazamiento incluido allá por el mes de noviembre (si mal no recuerdo), este domingo se disputaba por fin la misma. Las previsiones, todo sea dicho, eran poco halagüeñas por cuanto la ola de frío que nos visitó la pasada semana amenazaba con convertirse en protagonista absoluta de la carrera. Pese a ello y al mal tiempo del sábado, el domingo prontito sonaba el despertador para ponerse en marcha y preparar una nueva aventura asfaltera dentro de la preparación para ese objetivo que todos conocéis, la Maratona di Roma. Pese a los malos presagios al salir a la calle l'oratge parecía que no tenía nada que ver ni con lo que había sido en días precedentes ni con lo que nos anunciaban en todos los partes meteorológicos, de manera que la primera impresión del domingo fue la de un día frío pero más que apropiado para correr. Con esa buena noticia me ponía en carretera y después de un viaje algo más largo de lo inicialmente previsto (gracias a mi proverbial habilidad para perderme) me plantaba en Quart de les Valls, lugar donde tenía lugar este año la salida y la llegada de la carrera.

Algunos con cara de frío, otros con cara de circunstancias
pero todos preparados para la aventura
A la llegada a Quart las cosas seguían más o menos igual, con bastante frío pero sin viento apreciable y con el sol en lo más alto. Después de aparcar en la entrada del pueblo y de decidir que saldría equipado con una térmica de manga larga, me dirigí hacia la zona de salida dispuesto a recoger el dorsal y a palpar ese ambiente que siempre acaba por hechizarme carrera tras carrera. De camino allí me encontré con los primeros conocidos. Como queda de manifiesto en la foto que acompaña este párrafo, la familia Murcia y la familia Iglesias, esta vez sin Berto que sigue con ese misterioso"régimen correril" se encontraban por la zona así que las primeras palabras las cruzamos con el gran MountainRunning (de nuevo me rindo a tus pies Don Rafael) y los no menos grandes Adrian, Juanjo y Alex... Después de la foto de rigor y de recoger el dorsal pues de nuevo al coche para acabar de preparar las cosas. En ello estaba cuando apareció otro amigo de este mundillo, Fede Arnau, que llegaba sin estar inscrito pero dispuesto a correr al precio que fuera. El caso es que con un poquito de calentamiento y un mucho de charlas y risas transcurrió el tiempo hasta las diez, momento de la salida.
En estos momentos no tenía muy claro el objetivo; en principio se trataba de seguir con la preparación y de acumular sensaciones en carrera pero tampoco tenía muy claro qué crono perseguía. Imagino que con mejorar un poquito el 1.42 de Sagunto era suficiente. Pese a ello en el momento de la salida como siempre acabamos acelerados y a un ritmo superior al deseado. Así, adelantando a gente y tratando de buscar algo parecido a mi espacio natural en carrera transcurrió en un pispas el primer kilómetro.... en 4.16. Evidentemente ese no era el ritmo pensado así que transcurrido ese primer kilómetro aflojé ligeramente y, siempre con Federico a la vista, me planté en ritmos de4.30 aproximadamente. Federico ya me había puesto sobre aviso de que la parte final del circuito, al que tendríamos que dar dos vueltas, era con diferencia la más dura pero de momento en esta primera mitad del mismo me encontraba bastante cómodo en ese ritmo de 4.30 así que tampoco era cuestión de bajar el pistón. De esta manera, entre el kilómetro dos y el seis los tiempos de paso fueron 4.31, 4.26, 4.29, 4.29 y 4.23, registros que en principio colmaban de sobra mis aspiraciones.
Llegados a este punto, el perfil cambiaba. Si hasta este momento la carrera picaba preferentemente hacia abajo, a partir del kilómetro seis y hasta sobrepasado el nueve empezábamos a subir y no parábamos de hacerlo. Unamos a ello que casi desde el principio de la subida, en absoluto dura más allá de algún tramo concreto, la parte trasera de la rodilla derecha empezó a mandarme señales en forma de ligeras molestias y que el viento empezó a hacer acto de presencia (aunque peor fue en la segunda vuelta) y el resultado de todo ello fue que los parciales cayeron en picado: 4.45, 5.09 y 5.28 (en este último parcial con una ligera parada para "asimilar" esas molestias). Llegados al final de la subida ya solamente quedaba un último kilómetro en bajada hasta la recta final y fin de la primera vuelta en 49 minutos clavados. Reconozcámoslo; a punto estuve de decir basta y dar por concluida la aventura pero al final pudieron más las ganas de seguir y la necesidad de acumular kilómetros (el corazón) que la cabeza y decidí continuar.
Un detalle de Adrian, Roadrunner,
en uno de los momentos más difíciles de la prueba
Conociendo el circuito sabía que en los primeros kilómetros de esta segunda vuelta debía hacer un esfuerzo y tratar de recuperar ritmos más elevados. Ya en este momento tenía claro que mentalmente no iba fino y que iba a ser complicado, llegada la parte final, mantener un buen ritmo. Así, aunque a un ritmo inferior al del inicio y siempre con el handicap de esas molestias antes relatadas, transcurrió el tramo entre el once y el quince en un ritmo medio de 4.40. En el quince, al paso por el último avituallamiento, ya me había tomado un pequeño respiro llamado 5.00 el kilómetro al que siguió un último esfuerzo en el dieciséis a 4.35. Y hasta  ahí llegó lo que se daba; un viento más intenso que en la primera vuelta y siempre de cara, un pequeño hundimiento mental y los cuatro kilómetros duros con parciales bastante por encima de los cinco minutos. que dejaron paso, eso sí, a un último kilómetro en 4.33 ayudado por esa cuesta abajo que daba paso a la recta final de carrera. Después de todo, una segunda vuelta en 51.12 para completar la media en 1.40.12.
Conclusión: al principio de la carrera hubiera dicho que la marca me dejaba satisfecho (a secas) pero es cierto que las sensaciones dejan ciertas dudas frente a una preparación que hasta ahora marchaba según los ritmos previstos. Las molestias está remitiendo y parece que se quedarán en eso pero también hay que reconocer que la fortaleza mental no fue la óptima para afrontar lo que se viene encima en los próximos meses... y no hablo solamente de Roma; los objetivos para antes de verano son exigentes y hacen necesario trabajar ese aspecto del coco. Pero esto sigue adelante y las fuerzas y los ánimos a tope. Seguimos adelante!!!
Bueno, hasta aquí lo que se daba. Felicitar muy sinceramente a los organizadores de la prueba. Poco o nada que objetar a una buen y exigente circuito y a una buena organización en líneas generales. Y todo sin coste ninguno para el corredor algo que en estos días difíciles siempre es de agradecer. La semana que viene me daré un pequeño respiro y me adentraré en el mundo de la "velocidad"; el 10k H2O me espera y eso sí que será correr al lado de casa. Hasta entonces os dejo con los habituales enlaces.


Perfil de la carrera en Wikiloc