lunes, 31 de octubre de 2011

Para acabar Octubre, Subida al Pico del Remedio de Chelva

Imagen de la camiseta de la carrera
No suelo empezar estas crónicas con referencias a lo que ha sido la semana; sin embargo en esta ocasión debo decir que después de tres semanas que dejaban vislumbrar cierta regularidad en el entrenamiento, la semana siguiente al Benicadell ha sido la mejor con diferencia en mucho tiempo en todo lo relacionado con el planning de entrenamiento. Y cuando digo esto me refiero no tanto al hecho de cumplir con lo "impuesto" por Ezequiel, gracias de nuevo, sino porque esta semana la asimilación del mismo y, sobre todo, el modo con el que he lidiado con el sufrimiento han sido cercanos al óptimo. Y esto es algo que echaba ya a faltar porque este año está siendo difícil en cuanto al tema del entrenamiento por causas que están de sobra claras y que no voy a reproducir. Os preguntaréis el porqué de esta introducción pero la considero necesaria porque la carga de la semana ha sido decisiva en el resultado de la carrera ya que desde el primer momento he visto que las piernas no iban demasiado sueltas y que el cansancio me atacaba desde prácticamente el principio; sin embargo he seguido adelante y mentalmente ha sido una carrera perfecta que me ayuda mucho en ese proceso de recuperar la capacidad de sufrimiento que había perdido casi por completo y que poco a poco vuelve a mi cabeza. Y solamente por eso creo que la conclusión de esta IV Subida al Picodel Remedio, en Chelva, solamente puede ser positiva.
Y dicho esto, empezamos con la crónica de la carrera de ayer. Madrugada de cambio de horario, lo que en esta ocasión nos permite dormir una horita más, y a las siete había quedado en recoger a Ferrato para ir juntos al encuentro de ese temido Pico del Remedio, conocido desde el 2008 pero al que no había vuelto desde entonces. Después de un cómodo viaje por la CV35 nos plantamos en Chelva con mucha antelación para recoger los dorsales, calentar con Fernando y, llegado el momento colocarnos en la línea de salida para empezar con el sufrimiento de esta carrera. Evidentemente Fernando se coloca en primera línea (al final acabará en la posición doce de la general, enhorabuena chaval!) mientras que un servidor se ubica entre la marabunta para afrontar la carrera con muchísima calma y forzando lo justo. Todavía con tiempo de saludar a Ana, la Asgarradeta, finalmente llega la cuenta atrás y como siempre a correr como locos...
Imagen de la salida;
de amarillo y con gorra roja se me puede distinguir
Los primeros metros transcurren por las calles de Chelva en un revirado tramo que va trazando un atractivo circuito "urbano" con continuos giros y que en 500 metros nos devuelve a la plaza desde donde habíamos salido, plaza que abandonamos en sentido contrario al de la salida para seguir callejeando para finalmente dejar el asfalto y empezar por una senda cómoda que poco a poco empieza a picar hacia arriba dirección de lo que será la primera subida del día, la del Pico del Remedio. Primer kilómetro transitado en 4.45, con mucha calma y sin forzar en este callejeo. A partir de ahí empiezan los problemas; en cuanto la carrera empieza a empinarse ya veo que no va a ser un gran día. Primer cambio de ritmo y las piernas ya dejan el primer aviso de que no van frescas así que empiezo con el Plan B. Sin dejar de trotar pero bajando el ritmo intento que pase el tiempo a ver si entramos en calor pero lo cierto es que con el paso de los metros la mejora no llega. Tampoco ayuda a ello el hecho de que enseguida, a partir del kilómetro 3 la cosa se empieza a complicar con un par de kilómetros con desniveles medios del 8%, kilómetros que dan paso al quinto, con un 13%, que evidentemente ya transito andando aunque sin la alegría de otros días. Alcanzada la ermita todavía nos queda un último kilómetro que, guste o no, hay que pasar como buenamente se pueda, en ocasiones "a cuatro patas" y sufriendo como un perro con los gemelos pidiendo respiro que no estoy dispuesto a darles. Total, después de aproximadamente 6 kilómetros y 57 minutos, nos plantamos en lo alto de esta primera ascensión, con muchas dudas de lo que será el resto de la carrera y, no os voy a engañar, con la idea del abandono rondando mi cabeza. Pocos metros después está el primer avituallamiento en el que, contrariamente a lo habitual paro y procedo a "repostar" con la única intención de dar ese breve respiro a mis piernas.
En pleno esfuerzo "costera amunt"
Entramos aquí en el segundo de los cuatro tramos en lo que he dividido la carrera. Este tramo todavía nos deja un primer kilómetro en el alternamos tramos de subida con otros de descenso, brevemente por pista pero enseguida volviendo a las sendas y en el que todavía se nota el esfuerzo de la subida anterior. Finalizado este séptimo kilómetro entramos en el tramo más bonito de la carrera, con una bajada bastante corredora entre árboles que hace muy agradable el esfuerzo. Tres kilómetros muy cómodos de correr dejan paso a un último kilómetro, el once, con una bajada más pronunciada y técnica que nos dejará cerca de la segunda de las tres subidas importantes del recorrido. Al final de este tramo, corrido con mucha prudencia y tratando de dar "tregua" a mis maltrechas piernas, el Garmin marca un parcial de unos 33 minutos con lo que me planto en la mitad de la carrera en hora y media aproximadamente.
Y sin solución de continuidad nos metemos de lleno en el tercero de los tramos en los que he dividido el relato, ese que nos dejará en el kilómetro dieciséis. El tramo empieza con una subida por senda, de la que desafortunadamente no recuerdo el nombre, pero que sigue dando guerra a mis pobres gemelos. A pesar de ello, y de su 10% de desnivel medio durante un largo kilómetro, creo que hago la subida de manera decente, adelantando a gente, y con mejores sensaciones de lo esperado. Finalizada esta subida nos esperan tres kilómetros de continuos toboganes y que en el último de ellos ya nos introduce en la última subida del día, la del Cantal, anunciada con un "curioso" te enamorará. Teniendo en cuenta la difusa frontera entre el amor y el odio, cabe la remota posibilidad de que lo sentíamos durante la subida fuera amor pero permitidme que lo dude. El caso es que la subida empezó muy mal, atrancado completamente pero, de pronto, sin explicación racional a ello, mis piernas empezaron a encontrarse mejor y, sin echar cohetes, las sensaciones mejoraron. Al final la subida del Cantal propiamente dicha se alarga durante cerca de dos kilómetros, con un desnivel superior al 10% medio; acabados estos dos kilómetros todavía quedan otros tantos de falso llano con pequeños repechos que sorprendentemente no se reflejan en el Garmin pero que siguen castigando el espíritu de los sufridos corredores.
En fin, todo lo que sube acaba bajando así que llegado el avituallamiento del Cantal, Kilómetro diecisiete y medio, toca ya volver a Chelva en una bajada bastante pronunciada, con tramos que recordaba del 2009 por una pista muy estropeada que complica el recorrido, bajada salpicada por algún otro repecho y que finalmente nos lleva a las calles del pueblo donde finalmente, con un tiempo oficial de 2.58.13 tras 22.170 metros de recorrido, me planto en meta, cansado pero con una cierta sensación de satisfacción por haber finalizado la carrera tan entero mentalmente a pesar del desarrollo de la misma y también por esa mejora del último tramo.
En fin, lo voy a dejar aquí. Simplemente queda el regreso a casa, en esta ocasión sin xarraeta postcarrera pero eso es poco interesante. Resumiendo; me gustó mucho la carrera a pesar de todo. Buen trato a los corredores, avituallamientos suficientes en número y dotación, marcaje sensacional y ambiente de fiesta tanto a la salida como en la llegada. Gracias a organizadores y voluntarios porque una vez más nos permiten disfrutar con esto que tanto nos gusta. A ver si para años venideros mi estado es mejor y doy un buen mordisco al crono. Aquí tenéis los habituales enlaces de todos los ladrillos.


Perfil de la carrera en Wikiloc

lunes, 24 de octubre de 2011

VII Volta pel Benicadell, sigue la mejora

Cartel de la carrera
Este fin de semana nos hemos desplazado toda la familia hasta la localidad de Quatretonda, en la Vall d'Albaida para pasar unos agradables días en compañía del veins, Rubén i Clara y sus "retacos" en casa de los padres de Rubén. Así, el viernes, después de una "agradable" reunión de vecinos casi a las once de la noche cogía el coche y me iba con Rubén al encuentro del resto de las respectivas familias que ya habían hecho el camino horas antes.
El sábado, todavía con las primeras luces de la mañana aprovechamos los dos para dar buena cuenta de una agradable ruta senderista por la Sierra de Quatretonda, a través de un recorrido inicialmente exigente pero con mucha tranquilidad dado que al día siguiente nos tocaba "tute". Aprovechamos el día para visitar Xàtiva y recorrer las calles de Quetretonda y prontito a dormir que al día siguiente, también prontito, Rubén y yo nos íbamos a Salem para participar en otra de las carreras del III Circuito de Carreras de la Vall d'Albaida, la VII Volta pel Benicadell. En esta ocasión el trayecto hasta Salem era corto así que muy pronto nos plantamos en la salida. El día había amanecido gris y al fondo se dejaba ver el Benicadell. Con todo el tiempo del mundo recogimos el dorsal y ante el desconocimiento del recorrido preguntamos a uno de los voluntarios por si nos podía indicar más o menos el recorrido ya que la subida se podía intuir desde dónde nos encontrábamos. ¿El resultado?, desalentador. Si lo que este hombre nos dijo hubiera sido verdad casi que lo mejor hubiera sido no salir porque la subida era "recta" hacia arriba, con "arxilagues" y piedra suelta por todos los lados. Encima el speaker no hacía más que repetir que muchísima precaución en la bajada porque "hasta allí no llegan las ambulancias y seguro que más de una caída habrá". Vamos, para echarse a temblar.
Pero bueno, al final, con algo de temor en el cuerpo, llegó el momento de la salida y, como siempre a correr como locos...
Aquí tenéis la cima del Benicadell, cortesía de la web
La montaña es mi reino

Al igual que la semana pasada en l'Olleria salgo de muy atrás y ello me obliga, casi sin quererlo a adelantar a un buen grupo de gente en los primeros metros de la carrera. Según el perfil los primeros cinco kilómetros eran los más asequibles de la primera mitad que nos debía llevar al punto más alto del recorrido así que sin querer forzar más de lo necesario sí que el ritmo inicial volvía a ser rapidillo. Sin embargo, a diferencia de la semana pasada, en esta ocasión iba muy cómodo en este ritmo. Dentro de este tramo teníamos un primer momento, más o menos kilómetro y medio, que picaba para abajo, otro kilómetro y medio que picaba bastante para arriba (unos 130 metros de D+), un tercer tramo de kilómetro y medio que también picaba para abajo y que nos dejaba a los pies de la subida verdadera hacia el Benicadell. Cinco kilómetros que alcanzamos treinta minutos justos y bastante entero para afrontar la parte dura de la prueba, aquella que teóricamente tenía que ser algo parecido al infierno.
A partir de este punto, y a la espera de la parte complicada, la carrera discurre por una senda muy bien arreglada (en algún tramo recientemente) y que permitía un buen pisar. Los dos siguientes kilómetros eran los realmente exigentes de la carrera, con desniveles medios del 14 y del 12 por cien. Viendo que la subida era exigente (y temeroso de lo que teóricamente debía venir) y que el propósito del día era seguir acumulando kilómetros y competición, mi planteamiento fue el de hacerla caminando. Cierto es que algún tramo lo hubiera corrido pero finalmente, una vez alcanzado un buen ritmo de subida que me permitía sobrepasar a muchos compañeros, prefería mantener el ritmo de crucero y no forzar demasiado. Sobrepasados estos dos kilómetros todavía quedaba el octavo parcial, también de ascensión pero con muchos tramos de falsos llanos, que tenía un desnivel cercano al 5% y en el que sí que me animé a forzar un poquito la marchar y correrlo en parte. Del infierno ni rastro así que al final llegué arriba mucho más entero, incluso, de lo que hubiera deseado. Segundo "parcial"  de tres kilómetros completado en 27 minutos y aquí empezaba el tercer tramo de la carrera..... a bajar!!!!
Tampoco en este tramo las cosas eran tan feas como las habían pintado. La bajada no era nada técnica y se prestaba a correr con alegría. Al poco de iniciar la bajada pasamos por, creo, la caseta del guarda donde, sin parar, aproveché para hidratarme un poquito que aquí ya empezaba a picar un poquito el calor, y a seguir con la bajada. Más allá de los tiempos de paso lo importante para mí es que hacía tiempo que no me encontraba tan a gusto ni tan cómodo bajando. Con la misma política de no forzar más de lo necesario pero con muy buenas sensaciones fui completando el descenso que me debía de llevar hasta el kilómetro 14. Dos kilómetros, el nueve y el diez, de descenso bastante pronunciado por una senda muy bonita y que en este tramo tenía las zonas más técnicas, para un parcial de 10.07, seguidos por otros dos mucho menos pronunciados y con más toboganes, transitados en 9.41, y los dos últimos de bajada, hasta el catorce, por pista buena parte de ellos aunque con un tramo de senda al principio algo más complicado y que completo en 9.52.
Llegados aquí quedaba volver al pueblo por dónde habíamos salido así que en este caso tocaba volver a subir. Y debo reconocer que en este punto me dejé llevar del todo porque las piernas daban para más pero viendo que el 1.30 se me iba a escapar por poco bajé el pistón y me limité a acabar la carrera sin más. Último tramo a 6.24 de ritmo medio y entrada en meta en 1.32.42 (siete segundos más según el tiempo oficial). En esta ocasión no pude entrar en meta con Leyre porque llegaron tarde así que solamente quedaba ducharse y volver a esperar a Rubén que en su cuarta carrera desde que debutó en Vilafranca acababa en algo más de dos horas.... bien!!!!
Resumiendo; estamos ante una carrera que personalmente me sorprendió gratamente tanto por el nivel organizativo como por su recorrido. Quince kilómetros que permiten "volar" a los velociraptors pero que también son una buena ocasión para ir iniciándose en esto del trail. Gracias al pueblo de Salem por el trato recibido y ésta queda apuntada para ediciones futuras siempre que el calendario nos dé un respiro por estas fechas, que no siempre es así. Aquí tenéis los habituales enlaces a los tracks y si alguien tiene ocasión de trotar por la zona que no lo dude, estamos ante un buen entrenamiento.



domingo, 16 de octubre de 2011

XII Volta a Peu l'Olleria... contacto con el asfalto

Cartel de la
XII Volta a Peu a l'Olleria
En estos momentos yo no debería estar delante del ordenador escribiendo esta entrada; la previsión inicial me tendría en la llegada de la II Rodeno Cursa de Nules. Sin embargo, y como consecuencia de la pequeña aventura de ayer por tierras de la Vall d'Albaida, he pasado una noche horrible con malestar general y gran cantidad de mocos que por momentos me dificultaban la respiración y, claro, no era la mejor situación para afrontar una media maratón de montaña como la de Nules... en fin, parece que ahora que la regularidad en los entrenamientos empieza a parecerse a lo que sería mi ideal, llegan los fines de semana y cuando no es hache es por bé pero siempre tengo alguna tecla que impide alcanzar los objetivos planteados.
Pero bueno, por lo menos ayer pude disfrutar de una agradable tarde en l'Olleria donde nos desplazamos toda la familia, esta vez muy bien acompañados por Rubén y Clara y los pequeños Biel y Oriol, els veins, para pasar la tarde y, de paso, disputar la décimosegunda edición de la Volta a Peu de l'Olleria. Encuadrada en el III Circuito de Carreras de la Vall d'Albaida, esta Volta a Peu tiene un recorrido de nueve kilómetros que, a priori, y a la vista del perfil, pondrían a prueba mi estado de forma y sobre todo, mi coco que últimamente está algo rebelde.
"Men in Black", caras de circunstancias

En fin, el caso es que después de un corto trayecto desde Valencia nos plantamos en la salida y, una vez recogidos los dorsales, casi sin tiempo para pensarlo, llegó el momento de la salida y allí que nos vimos envueltos en la marabunta de unos ochocientos corredores. Salimos desde muy atrás y ello me obliga a ir adelantando a muchísimos corredores intentando conseguir mi situación idónea en carrera. La sensación en esta primera fase de la carrera es la de llevar un ritmo más que cómodo y al completar el primer parcial el cacharro me marca un 4.48 que inicialmente es un poquito alto para lo planeado. "Afortunadamente" el recorrido no tarda en ponernos a todos en nuestro sitio y empiezan un par de kilómetros que pican intermitentemente hacia arriba y que sin ningún tipo de descenso nos llevan a un ascenso de 72 metros que, sin grandes pendientes, es muy continuado y se hace pesado. El resultado es que estos dos kilómetros los transito en una media de 5.45 el kilómetro pero llegando arriba bastante entero.
Leyre y Biel entrando en meta;
en medio un espontáneo

El cuarto kilómetro, que empieza ya a dejar entrever el descenso que nos espera hasta llegar a la zona de salida, allá por el kilómetro cinco y medio, me lo tomo con calma, tratando de recuperar un poco el esfuerzo de la subida y tomar poco a poco mayor velocidad; de esta manera, este cuarto kilómetro lo completo un poquito por encima de los cinco minutos y ya aquí estamos en la zona de descenso continuado que antes indicaba y que continuará hasta el siete, si bien es cierto que lo más empinado está en este quinto kilómetro. Así, tratando de mantener un ritmo cardíaco constante, en torno a las 160 pulsaciones, completo estos tres kilómetros en 4.36, 5.17 y 5.04 minutos. En este punto estamos en la parte más baja del circuito, en el barranco y nos esperan los dos últimos kilómetros, que pican para arriba, y que a estas alturas pesarán más de lo que el perfil pudiera indicar. Así, con continuas subidas y bajadas, más cortas y menos pronunciadas las segundas, nos plantamos en la línea de meta, habiendo completado los dos últimos parciales en 5.42 y 5.17 de ritmo medio. Un último esfuerzo para completar la recta de llegada, en subida, y la recompensa de la llegada a meta en compañía de Leyre y de Biel con un tiempo de 47.19 (47.50 oficiales por aquello de la lectura del código de barras) y la satisfacción de haber completado un buen recorrido en mi vuelta, circunstancial eso sí, al asfalto.
Resaltar que Rubén acabó un poquito por encima de la hora en una más que meritoria carrera. Poco más que añadir, dar la enhorabuena a la organización a pesar del detalle de quedarse sin camisetas porque al margen de este detalle la carrera está muy bien organizada.
Os dejo los habituales enlaces a los tracks...


Perfil de la prueba en Wikiloc

Y la semana que viene de parranda a Quatretonda con els veins y, de paso, daremos buena cuenta de la VII Volta pel Benicadell. Ya os contaré.

lunes, 10 de octubre de 2011

De ruta por Albentosa.... en un año por aquí transcurrirá una carrera

Perfil del recorrido provisional de la I CxM Albentosa
Este fin de semana tocaba subir al pueblo debido a un evento familiar de esos a los que, ahora que no me oye nadie, nunca apetece ir pero a los que toca acudir y en los que, curiosamente, acabas por pasarlo bien. El caso es que aprovechando la coyuntura me junté con el amigo Pepe (estás que te sales machote) y nos fuimos con el Garmin a trotar y grabar lo que será, a grandes rasgos, el recorrido de la I CxM de Albentosa, proyecto para el verano del 2012 y que pretendemos que forme parte del Circuito de Gúdar-Javalambre que sé que algunos de los que me leéis sois asiduos al mismo. Por eso el sábado, muy de mañana, nos citamos en el punto de encuentro y nos fuimos a entrenar un ratito. El día se presentaba desapacible, con fuerte aire y, con él, algo más que fresquito así que algo más abrigados de lo habitual empezamos a correr (es cierto que al final salió una mañana casi perfecta para practicar deporte).
Salida desde la plaza del pueblo dirección Vía Verde y en ella hasta el kilómetro dos camino de los Mases, momento en el que salimos de la misma para cruzar la vía del tren y seguir dirección los Mases. Sin llegar allí cambiamos de dirección para volver hacia Albentosa, cruzar el río por el Molino de Abajo, volver a subir hacia la vía verde y, casi llegando al pueblo volver a la Vía Verde para cruzar el tunel y dirigirnos hacia la Fuente de Piedra. A partir de aquí, donde se ubicará seguramente el segundo avituallamiento, iniciamos un largo aunque sostenido ascenso que nos llevará, allá por el kilómetro 12,5 hasta La Sazadilla donde se ubicará un nuevo avituallamiento.
Una vez avituallados en el manantial de La Sazadilla, continuamos nuestro camino en dirección bajada a los Pepitos y, casi sin solución de continuidad hasta el Mas Blanco, afrontando la subida con más desnivel hasta el momento. Y desde aquí, descenso para volar durante un kilómetro que nos lleva hasta el río Albentosa que cruzamos haciendo equilibrios y nuevamente de vuelta hacia el pueblo en un tramo siguiendo el curso del río de más de cuatro kilómetros para volar.
Parece que ya estamos en el pueblo pero en vez de afrontar la subida por la carretera nos desviamos por la Casa Rural y, campo a través, en una subida cortita pero exigente por los kilómetros acumulados, por el terreno y, para qué negarlo, porque su 15% de desnivel medio, nos plantamos en el Camino del Calvario para descender hasta la Plaza donde se ubicará la meta.
En fin, bonito y cómodo recorrido que, a buen seguro gustará a la gente de este mundillo; eso sí, aviso que para años venideros seguro que Pepe se saca de la manga algún costerón que endurece el asunto.

En fin, aquí os paso los habituales enlaces:





domingo, 2 de octubre de 2011

I Trail de Alpuente.... seguimos con las rodaditas

Cartel de la prueba

Empieza octubre y este año no se me ocurre mejor manera de hacerlo que desplazarme hasta la para mi desconocida Alpuente donde se celebraba por primera vez el Trail de Alpuente. La verdad es que era algo que inicialmente no estaba previsto porque el gran objetivo para esta semana era competir en la Fons de la Tardor, en mi querida Vall d'Uixó, pero ya sabéis que me hace falta poquito para embarcarme en estas historias así que las ganas de conocer aquella zona y un último empujón de l'amic Rubén, recién aterrizado en este mundo de la montaña, me hizo decidirme y coger el coche para afrontar esta nueva prueba con la única intención de hacer una rodada tranquila en un terreno que inicialmente parecía propicio y no demasiado duro. Con estas premisas, y sin la necesidad de tener que madrugar más de la cuenta porque la prueba empezaba a  las 10.00 horas, salimos de Valencia y tras un trayecto tranquilo nos plantamos en la salida dispuestos a cumplir con los habituales rituales de preparar los trastos, recoger el dorsal, ¿calentar?, y darle a la sinhueso con esos amigos que siempre acabas por encontrarte en estas pruebas, por lejanas que estén. En esta ocasión tengo el placer de compartir los momentos previos a la salida, que además esta vez llega con algo de retraso por problemas logísticos con la Benemérita, con el gran Ayacucho en un gran momento de forma, Torko, mi compañero de equipo en la VTF Xpress y con Iban, hermano por cierto de Joxe, que hace las veces de speaker oficial de la prueba. De todo lo comentado solamente remarcar un comentario, que resultó profético, de Cucho quien se mostraba convencido de que la prueba iba a ser igual a la de la Ruta de los Molinos de Llucena, algo que como veréis más adelante era absolutamente cierto.

Imagen de la salida
En fin, el caso es que entre tanto llegó la Benemérita, o eso imagino, porque de pronto nos vimos metidos en plena cuenta atrás y al voz de cero, hala, todos a correr como locos. Como ya he dicho al inicio de esta entrada la intención era la de disfrutar un rato por esta zona y hacer una tranquila rodadita pero, claro, al final siempre te encuentras metido en un enorme grupo de gente, en esta ocasión cifrado en unos doscientos osados, que empieza las carreras como si les persiguiese un banco para ejecutar un desahucio y el ritmo de inicio fue mayor del que me había planteado. Menos mal que la salida picaba más hacia abajo que hacia arriba y tampoco fue un tramo demasiado exigente. Así, a ritmos en torno a los 4.30 me comí los dos primeros kilómetros y con ello di comienzo al primer tramo de subida de la carrera. Hablo de unos tres kilómetros con ciertos descansos de vez en cuando que no es que fueran demasiado duros pero que me tomé, ahora sí, con la tranquilidad planificada, a ritmos cercanos a los seis minutos. Y así, sin demasiados agobios me planté en el primer avituallamiento, allá por el kilómetro cinco, que dio paso a cuatro kilómetros voladores; el primer kilómetro y medio de falso llano, con toboganes, transitado a ritmos de 5.30 y a partir de ahí, hasta el nueve, de claro y cómodo descenso que afronté sin forzar en ritmos de 4.40 (la verdad es que daba para mucho más).
Paso por meta al final
de la primera vuelta
Bien, hasta aquí lo cómodo de la carrera. Primera mitad muy corredora y agradecida. Pero en este momento, como ya se podía intuir a la vista del recorrido y de lo "alto" que se veía el pueblo desde aquí, empezó la subida hasta el mismo para completar la primera vuelta, la más larga de las dos. Primer kilómetro muy suave, con pendiente media del 4% y el resto de la subida, otro kilómetro y medio que se estiraba hasta pendientes superiores al 9% de media. Aquí sí que ya me planteé que era momento de "descansar" con la mente pensando en la carrera del día siguiente así que me tomé el final de la subida con mucha calma. Finalizada ésta, paso por meta/salida y a empezar la segunda vuelta. A partir de este momento el inicio de la segunda vuelta era igual al de la primera, cerca de dos kilómetros cómodos (algo menos) que ya afronté a un ritmo mucho más sosegado y nuevamente donde empezaba la primera subida en el paso anterior, aquí se iniciaba otra subida. Pero esta era otra historia que en nada se parecía a la de la primera vuelta. El giro a la derecha de la primera vuelta era ahora a la izquierda y en este punto, estratégicamente colocado, un lugareño ya avisaba con un lapidario "vaya cuesta que tenéis ahora". Lo malo es que tenía toda la razón del mundo; no se me ocurre mejor definición que la colgada por Ayacucho en foro de Carreres de Muntanya: "subida matahombres, vaya manera de subir, aquello no tenía final, menos que era pista porque llega a ser senda y aún estoy subiendo". Pues eso, completamente de acuerdo; un par de kilómetros de subida de esas que parece que se acaban enseguida pero que al final siempre, después de una curva o de un repecho, encuentras más subida. Y su desde el principio enseñaba su dureza, el último kilómetro nos dejaba más de un 13% de pendiente media. En fin, planteamiento conservador, entretenido con los comentarios, alguno de ellos poco correcto de Laura, la "chica Serrano", en compañía de Alicia Chaveli y una neófita María José, y en esas al final alcanzaba el final de la subida.

Momento de la entrada en meta
Desde aquí definir la carrera es muy sencillo. Un par de kilómetros de bajada, más técnica que las anteriores, tramo muy bonito que nos llevó hasta el barranco y que ya dejaba entrever la subida final y, llegados abajo, casi un kilómetro de subida hasta el pueblo donde ya definitivamente me dejé llevar para no forzar demasiado (ya sabéis, la Vall al día siguiente...). En fin, con todo, casi sin darnos cuenta (jeje) llegamos a meta con un tiempo de 02.02.44 y buenas sensaciones en general. En resumen, primera vuelta muy satisfactoria porque sobre todo las sensaciones (y las pulsaciones) fueron las adecuadas, y una segunda vuelta donde no quise forzar más de la cuenta para evitarme un sufrimiento innecesario el domingo.
En fin, que otra más a la saca. Gracias a todos los que hicieron posible la carrera: organizadores, voluntarios, logística, .... Pocos peros que poner... de notable alto. Os dejo los habituales enlaces a los tracks.



Pd.- Desgraciadamente la aventura de la Fons de la Tardor se esfumó.... al levantarme el domingo para emprender el vuelo un dedo del pie izquierdo inflamado y un dolor muy intenso me hicieron desistir de la intención. Una lástima....