lunes, 30 de abril de 2012

A falta de carreras....a entrenar!!!!

A entrenar!!!!

Después de la experiencia, no diré que mala pero sí algo más que decepcionante, de mi participación y retirada en la MaMova, la siguiente etapa en la preparación de la MiM debería haber sido mi participación en la Marató de Muntanya de Finestrat (MAMUFI) pero un simple principio de prudencia aconsejaba dejar de lado esa pequeña salvajada y darle al cuerpo y, sobre todo, a la rodilla un pequeño respiro. Cierto es que ese amago de molestia que me hizo abandonar en la MaMoVa no había vuelto a aparecer durante la semana pero la decisión estaba tomada y el plan pasaba por seguir haciendo kilómetros durante la semana y acabar con un par de salidas de duración mediana para el sábado y el domingo. La semana había ido bastante bien en cuanto a sensaciones y acumulación de kilómetros. El lunes tocaba probar la rodilla y en media horita de trote suave por Ribesalbes ya vi que en principio no daba señales de dolor así que decidí entrar al gym para hacer trabajo aeróbico y no perder el día.
Para el martes tocaba empezar a probar mi estado de manera más seria así que sin grandes pretensiones y con la idea de hacer un entrenamiento de poca calidad pero bastante cantidad empecé a trotar nuevamente por la zona de Ribesalbes, siempre en "llano". Al final, después de hora y cuarto de entrenamiento me salieron quince kilómetros clavados a un ritmo mejor del planificado, cinco minutos justos el kilómetro, con mucha suficiencia y sin rastro de molestias. Y así llegamos al miércoles donde tocaba la primera salida montañera de la semana. En compañia de Juanjo y de Jorge hicimos una buena y esperanzadora salida por la Sierra de Ribesalbes, con una primera mitad muy buena, de constante subida de esas de las que te piden correr pero que van cascando poco a poco y que conseguí superar con, diría yo, muy buena nota y mucho mejor de lo esperado. Se nota que la compañía está fuerte porque llevamos un ritmo más que decente y a pesar de ello hasta arriba del tirón y sin demasiado agobio. Llegados arriba tocaba bajar y, siempre a un ritmo cómodo transitamos por un bonito paraje, con continuos toboganes hasta desembocar en una pista que al final nos dejó en la zona del Calvario para completar doce kilómetros largos. Ahí decidí dejarlo por precaución aunque Juanjo y Jorge todavía se marcaron la subida y bajada de los pilones. Para mi había sido suficiente y con muy buenas piernas a pesar de la media de montaña en que se convirtió la MaMoVa para mi. Al final salieron algo más de doce kilómetros a una ritmo medio, con un D+ 337 m, de 6.02 el kilómetro.


La salida por la Sierra de Ribesalbes en Wikiloc

Jueves y viernes fueron de "descanso". El jueves me limité a hacer 60 minutos de trote suave por Ribesalbes a un ritmo cercano a los cinco minutos el kilómetro y el viernes sesión de gimnasio, después de un calentamiento de media hora por los alrededores del mismo, con buena carga de trabajo aeróbico. Para el sábado teníamos  la salida fuerte de la semana; otra vez en compañía de Juanjo y Jorge, junto con la de Pallarés que se unía en esta ocasión, salida de media montaña por la zona de Onda. Inicialmente estaba prevista una salida un poco más dura porque a lo que hicimos había que añadirle la subida y bajada al Montí desde Artesa pero finalmente unas molestias de Jorge fueron la excusa perfecta para no forzar más de lo necesario y finalmente nos saltamos el Montí y sus rampas. Pese a ello la salida volvió a ser alentadora. La primera mitad de continuado ascenso y la segunda de descenso con algún tramo exigente de repechos. Al final de la misma diecinueve kilómetros y medio de agradable "paseo" por la montaña con un D+ de 420 a un ritmo de 6.22 el kilómetro a pesar de que, sobre todo en las zonas de bajada no forzamos lo más mínimo. La primera parte, de subida, con buenas sensaciones y al trote aunque debo decir que al final se me hizo un poquito cuesta arriba mantener el trote. En cualquier caso, otra tirada que añadir al cuerpo y con buenas sensaciones nuevamente. A lamentar esas molestias de Jorge que ya le han hecho desistir de la Marató i Mitja.


Y ésta la de Onda


Y para acabar la semana el siempre agradable encuentro con los chicos del Rocafort Running y sus salidas de fin de semana. En esta ocasión en domingo y sin la compañia de la sección montañera del club que se encontraba este fin de semana en Ibiza, asaltando el IbizaUltraTeam, versión "corta" (enhorabuena a todos porque consiguieron acabar ese casi maratón de montaña, para todos ellos su debut en distancias de este tipo en montaña).
En cualquier caso, en muy buena compañía fuimos desgranando otros casi veinte kilómetros a ritmos en torno a los 5.30 por kilómetro, suave pero que el cuerpo asimiló muy bien y, seguro, agradeció de cara a lo que nos espera. Incluso al final de la rodada, los últimos cinco kilómetros "cayeron" a ritmos de cinco el kilómetro nuevamente de una manera muy cómoda y sin sensaciones raras ni el cansancio muscular que esperaba a estas alturas de semana. En cualquier caso, una salida muy provechosa porque en estos momentos de cara a la MiM me preocupa más ser capaz de mantener la cabeza en su sitio en el tramo de Castelló a Les Useres que lo que pueda pasar en la segunda mitad, para la que voy con más tranquilidad. Por ello rodadas de esta distancia a ritmos similares al que sostuvimos en la salida de ayer creo que me van a venir de maravilla para poder afrontar esos primeros treinta kilómetros largos que separan la salida de la MiM de les Useres. En fin, que otra mañana agradable disfrutando del placer de correr en buena compañía.


Y la salida por la huerta valenciana, como siempre perfil engañoso en salidas de este tipo, sin D+
En fin, como dice el refrán "A falta de pan buenas son tortas"; quiero decir que a falta de carreras que echarse a la boca (y no porque no las hubiera, que sobraban: Lucena, Castellón, Finestrat, Torreblanca, Cortes) pues una buena semana de entrenes que al final son muy importantes. Y para esta semana un poco más: para mañana la previsión de tres horitas de carrera por el parque fluvial y para el fin de semana, si no pasa nada, a entrenar la Cursa Soc Rodeno de Nules el sábado y el domingo a correr con tranquilidad por el I Trail Sierra de Utiel.

martes, 24 de abril de 2012

Maratón de Montaña de Valencia; de lo que no pudo ser.

MaMoVa; empieza a convertirse en una obsesión
Una semana más que razonablemente buena en los entrenamientos me dejaba a punto para lo que tenía que ser la verdadera prueba de fuego de cara a la cada vez más cercana Marató i Mitja. Atrás iban a quedar todos los entrenamientos y todas las carreras del último mes (Vilamarxant, Carrícola y Titaguas) que en todos los casos me había tomado como un entrenamiento con dorsal a pesar de que ya se sabe que en estos casos siempre acabas forzando un poquito más que en un entrene normal. Llegaba el momento de la verdad de cara a testar mi verdadero estado de forma para empezar a consolidar (o no) el objetivo ya confesado en alguna ocasión de acercarme a las siete horas y media en la MiM. A pesar de todo; de que el precedente último en Titaguas me había dejado cargado de dudas, de que las piernas y sobre todo la cabeza empiezan a dar muestras de que pesa tan largo periodo "a tope" desde que empezase a preparar la Maratona di Roma. A pesar de ello durante la semana no había bajado el ritmo de entrenes, cumpliendo casi a rajatabla lo planificado por el jefe (nunca podré agradecerle lo suficiente lo que hace por todos nosotros) y, sobre todo, a pesar de todo llegaba el domingo y me notaba bastante fresco de piernas y muy entero mentalmente para afrontar una MaMoVa que amenazaba con ser mucho más dura que la edición del 2011, esa que al final no pudo ser....
Con todo ello llegaba el domingo y, a pesar de no tener que recoger el dorsal el mismo día, el desconocimiento de cómo iba a ser el camino me hacía madrugar un poco más de lo necesario y embarcar rumbo a La Pobleta donde se iniciaba esta aventura llamada MaMova, más de 43 kilómetros con casi 2300 metros de D+ dispuestos a ponernos en el sitio que merecíamos.
Perfil de la primera media maratón
Al final, después de un viaje mucho más corto y cómodo de lo que esperaba me plantaba en La Pobleta con una hora de antelación, suficiente para tomarme con calma el trámite de acabar de preparar los trastos, de echar un vistazo por la zona de salida para palpar un ambiente que ya entonces se intuía espectacular y de saludar a conocidos y amigos que en buen número se congregaban por allí. Mención especial para Fede Arnau, Ramón y Mónica con los que no coincidía hacía ya tiempo, Víctor con el que todavía hacía más tiempo que no tenía el placer de coincidir, y Toni, de "A les nou" con el que metro adelante, metro atrás compartí buena parte de lo que fue mi carrera. Sin olvidar, claro, al numeroso grupo de compañeros de club que se daba cita en esta ocasión. Y así, entre charraetas llegaba el momento de la verdad y tocaba colocarse en la línea de salida para hacer frente a una nueva aventura.
En el momento de la salida ya tenía clara la estrategia que iba a seguir. Como parece que la segunda mitad iba a resultar más exigente que la primera el planteamiento era claro: primera parte reservando en la medida de lo posible, algo que además me permitiría confirmar que las malas sensaciones de Titaguas ni dejaban de ser una anécdota (o no). Y con esa idea empecé la carrera; ya de principio, en la vuelta de dispersión que dábamos para volver a pasar por la línea de salida, en torno a dos kilómetros de perfil inicialmente ascendente, tocaba ponerse las pilas y empezar a sufrir. Pese a todo, y con ese ritmo reservón (amarrategui, vamos) que me había impuesto, conseguía ir adelantando posiciones al tiempo que no me asfixiaba más de la cuenta. Así, al paso por el pueblo ya iba cómodamente instalado en una posición y un grupo que sería el que iría acompañándome durante todo el tiempo de mi carrera.
Primeros momentos de la carrera
Las sensaciones hasta el kilómetro cinco fueron muy buenas; ni rastro de las molestias que me acompañaron durante toda la carrera de Titaguas y sobre la base de un ritmo sostenido y cómodo, a pesar de la cara de la foto, me encontraba muy cómodo. A pesar de ello, alcanzado el kilómetro cinco, curiosamente cuando el perfil parecía dar un respiro, empecé con ciertas dificultades para mantener un ritmo de carrera adecuado a mis intenciones. Claro está que a la vista de la experiencia de la semana anterior las cosas empezaron a torcerse y la confianza empezó a flaquear un poquito. Sin embargo, pasados un par de kilómetros, y coincidiendo con el inicio de la primera subida importante del día, las aguas habían vuelto a su cauce y me dispuse a dar buena cuenta de la misma, insisto, sin forzar demasiado y tratando de reservar fuerzas para la segunda mitad. Así, poco a poco las sensaciones empezaron a ser mejores y siempre tras la estela de Laura, que a la postre acabaría segunda senior y tercera absoluta, fui dando buena cuenta de una subida que con algún tramo corto de bajada que daba un respiro, se iba a alargar hasta el kilómetro trece. Con el paso de los kilómetros mis piernas parecían haber entrado en calor y poco a poco me iba encontrando más cómodo, hasta el punto de que yo mismo tenía que autoimponerme calma para no forzar más de lo que había previsto inicialmente. Y así, poco a poco, llegué al kilómetro trece donde empezaba un largo descenso que nos llevaría de vuelta a La Pobleta donde se alcanzaba la primera mitad de carrera. En esta parte de carrera, de descenso continuado, poco habría que contar porque en la misma línea de no forzar demasiado iba devorando kilómetros con mucha comodidad y al tiempo iba avanzando posiciones. En este tramo había conocido a otro de los foreros con los que hacía tiempo que íbamos coincidiendo en carreras sin conocernos (un placer, Titonarman, a pesar de que el momento no fue el mejor), había dado alcance a Ximo, Buscamurs, amigo y compañero de club, quien a pesar de sus molestias estomacales tuvo los arrestos de acabar la carrera, pero sobre todo había empezado a sentir ciertas molestias en la parte posterior de la rodilla derecha que inicialmente me dejaron preocupado y que, finalmente, me hicieron tomar una decisión dolorosa pero creo que acertada: al llegar a La Pobleta acababa mi aventura en esta edición de la MaMoVa. Y así fue, muy entero, con las piernas pidiendo seguir pero la cabeza muy firme en dejarlo allí, solamente faltó que en ese último momento de duda, con el chip todavía en la zapatilla, se me acercara un miembro de la organización a preguntar si seguía para decirle que no y entregarle el chip. Y así, apenas dos horas y media y 21 kilómetros largos después de la salida, acababa mi participación en la MaMoVa 2012. 
Lo demás es ciencia ficción... de nada vale especular con cuál hubiera sido mi resultado final aunque insisto en que llegué a la media muy sobrado de fuerzas y con la sensación de poder hacer algo, para mi, "grande". El caso es que ahí acabó la aventura. Después, llegado a casa, todavía con molestias tomaba la decisión definitiva de renunciar también a la MAMUFI y centrarme de manera exclusiva en la MiM. Y así será, de momento, mientras escribo esto todavía tengo la alegría en el cuerpo de haber hecho un gran entrene hace una horita, sin ningún tipo de molestia y con grandísimas sensaciones, para este fin de semana salida con Jorge y Pallarés por la zona de Onda, con el objetivo de seguir acumulando montaña y a partir de ahí a seguir el plan de entrene con la vista puesta de manera exclusiva en esa Marató i Mitja del 12 de mayo.

lunes, 16 de abril de 2012

II CxM Las Fuentes de Titaguas; pese a todo seguimos adelante

Cartel anunciador de la prueba
Los días siguen pasando y poco a poco se aproxima ese objetivo marcado en el calendario desde hace prácticamente un año y que se llama Marató i Mitja. Afortunadamente se puede decir que la ilusión por el mismo me motiva a seguir adelante con todas las fuerzas de que uno es capaz. Y digo esto porque no son buenos tiempos para poder centrarse en las cosas: demasiada tensión en el trabajo, poca motivación en el mismo, lleva a que la situación general de la gente, y yo no iba a ser una excepción, sea más difícil de lo que sería deseable. Y claro, aunque no se quiera esto lleva a que los problemas se vayan trasladando poco a poco al resto de aspectos de tu vida. Y así, sucesivamente, en un viaje indeseable de ida y vuelta que va acumulando tensiones y malos rollos. Naturalmente estos problemas se trasladan también al ámbito "correril" y aunque de momento las sesiones de entrenamiento no bajan en intensidad sí que es cierto que progresivamente la sensación que queda es que esas preocupaciones hacen que tampoco esas sesiones se asimilen de igual manera que hace poco tiempo y con ello la preocupación también va en aumento. Añadamos a ello cierto nivel de cansancio, lógico por otro lado, y al final el resultado es una montaña rusa de sensaciones contrapuestas que un día me llevan a lo más alto para, con demasiada frecuencia, pasar al día siguiente a una situación de desencanto con lo realizado. En fin, imagino que es lo que toca y con ello habrá que apechugar.
Acabado el apartado de lloros, esta semana tenía prevista una doble participación en el mundo de las carreras; el domingo me hubiera gustado poder estar presente en la primera edición del Gran Fons Vistes d'Algimia d'Alfara pero finalmente tuve que dejarlo de lado por una serie de motivos que o vienen al caso. Lo que sí viene al caso es el inicio en Titaguas de la Liga CxM Serranía. En esta edición de la Liga, que tuvo su primera edición en el 2010 si no mal recuerdo, está prevista la celebración de cinco pruebas, a saber: II CxM Las Fuentes de Titaguas (14/04), VI Media Maratón de Montaña Montes de Tuéjar (03/06), II SotExtrem (15/09), II Trail de Alpuente (30/09) y V Subida al Pico de Chelva (28/10). Una liga que a priori, con el conocimiento de que dispongo de las distintas pruebas, se presenta como una sucesión de carreras de dificultad media y con bonitos recorridos en los que disfrutar de esta pasión por el trail.

La comarca de la Serranía (o de los Serranos) limita al este con la comarca del Campo de Turia, al sur con las comarcas de Plana de Utiel-Requena y la Hoya de Buñol, al oeste con la provincia de Cuenca, y al norte con la comarcas del Alto Palancia y la Gúdar-Javalambre, ya en la provincia de Teruel. Los Serranos es una unidad geográfica limitada por las montañas antilicinales de orientación ibérica (NO-SE) de Javalambre por el norte y Sierra del Negrete por el sur. Entre éstas se encuentra la cuenca del río Turia, que se encuentra encajado entre espectaculares gargantas de paredes de hasta 200 metros de altura, como los de Santa Cruz de Moya, de Puente Alta en Calles y el de Chulilla. La unidad se caracteriza por los sistemas montañosos como las sierras del Remedio, la Talaya, Santa María, Sierra de los Bosques, etc. También se encuentran muelas calcáreas como las de Alpuente, Aras de los Olmos, etc. El Turia ha construido pequeñas vegas como las de Benagéber, Domeño, Tuéjar, Chelva y Loriguilla, de geología de tipo keuper, terreno muy propicio para la construcción de embalses. En esta comarca hay dos embalses, el de Benagéber y el de Loriguilla, que abastecen al área metropolitana de Valencia.
Bueno, el caso es que el sábado, a una hora poco habitual, las 16.30, daba inicio esta edición de la Liga con la celebración en Titaguas de la segunda edición de su CxM Las Fuentes de Titaguas. Aprovechando que por las fechas iba a estar en Albentosa decidí inscribirme para repetir experiencia después de la primera edición que tuvo lugar en el año 2010. En principio la carrera la recordaba como un circuito fácil, con un inicio explosivo, poco dado a mis características, pero que una vez se superaba la subida inicial permitía hacer una buena rodada sin exigirse demasiado. Por ello, a pesar de que el nivel de satisfacción durante la semana no se puede decir que fuera espectacular, sí que cayeron kilómetros, incluyendo una salidita el viernes, a priori día de descanso, en el que cayeron quince mil metros del ala, me planteaba la carrera como una nueva oportunidad de rodar por perfiles montañeros y seguir acumulando kilómetros para afrontar la MaMova de la semana que viene siempre con la vista puesta en la MiM. Añadamos a ello la salida del viernes santo que nos llevó a completar con la agradabilísima compañía de Jorge, Pallarés y Fede Arnau la primera mitad de la MiM, Castelló-Les Useres y creo que ello podrá explicar parte de la "desfeta" en Titaguas.
Titaguas es un pueblo accidentado por los contrafuertes meridionales de las sierras de Losilla y el Sabinar, que forma parte del conjunto de la sierra de Javalambre y drenado por el río Turia. Circundan a Titaguas los cerros de La Lámpara, Hontanar del Herrero, el Alto del Manzano, Muela Modorra y Castillo de la Cabrera, entre otros, todos ellos de las sierras de Losilla y del Sabinar.El terreno, arenisco y calizo, está regado por numerosas fuentes, como es la fuente del Oro, la del Hontanar (que suministra agua a la población) la del Rebollo, la de la Zarza... Algunas de ellas vienen definidas popularmente por ser saludables y con propiedades curativas. La mayor parte del término (un 70%) corresponden a montes de utilidad pública de titularidad municipal. Alrededor de 4.500 Ha. están cubiertas por bosques, mayoritariamente de pinos, encinas y sabinas. El clima es continental, de inviernos fríos y largos y veranos cortos y calurosos. Las precipitaciones de lluvia son frecuentes en primavera, siendo tormentosas en verano y de nieve en algún momento del invierno.
Bien, a lo que íbamos... acompañado en esta ocasión por David que también se encontraba por el pueblo, después de comer bastante antes de lo habitual, cogimos coche y embarcamos rumbo a la nueva aventura. El tiempo amenazaba con ponerse feo, de hecho a la altura de Arcos de las Salinas, escenario de la conocida Carrera de Alta Montaña, allá por el mes de noviembre, incluso nos encontramos con un poquito de aguanieve. Pese a ello, sin mayores contratiempos nos plantamos en la plaza del pueblo, escenario de la salida y llegada de la carrera y después de recoger el dorsal (en esta ocasión ni más ni menos que el dos) y de saludar a conocidos varios entre los que destaco al ya conocido Torko (nuevo carrerón el tuyo), fuimos haciendo tiempo hasta el momento de la salida. Llegado este instante nos ubicamos en una posición intermedia que nos garantizaba una salida cómoda para afrontar de manera inmediata la subida más dura del recorrido. Hay que tener en cuenta que en la salida eramos ciento setenta corredores, cantidad poco elevada para lo que se lleva por otros lares, pero que permite correr sin demasiados agobios. Llegado el momento de la salida y tras unos pocos metros de "respiro" aunque picando hacia arriba, se iniciaba la temida y anunciada subida inicial. Al principio por terreno hormigonado para poco después girar a la derecha y tomar una senda que entre árboles al inicio y en plena solana después (aunque poco sol había en ese momento) nos llevaba hasta arriba del todo. Salimos sin demasiada prisa pero tampoco chafando huevos con la intención de ir cogiendo ritmo pero la verdad es que estos inicios, al menos a mí, no me permiten coger ese ritmo de carrera ni de respiración que uno quisiera. Pero bueno, el caso es que empezamos la subida trotando con cierto buen ritmo aunque al final tocó parar y ponerse a caminar porque, ya digo, no me encontraba cómodo y encima alguno de los tramos tenía una pendiente espectacular. Para colmo, casi desde el principio de la senda empecé a notar como los gemelos iban a estar dando por saco durante todo el recorrido. Poco después del kilómetro y setecientos metros acababa la parte dura de la ascensión de manera que tocaba correr. Sin embargo, como ya he dicho, ni las sensaciones ni los gemelos iban finos así que incluso en este tramo más corredor me tocó caminar más de lo que hubiese querido a la espera de tiempos mejores. Aproximadamente en el kilómetro dos y medio estaba ya el primer avituallamiento y la tentación resultó fuerte y casi opto por el abandono pero al final decidí continuar al menos hasta el siguiente avituallamiento, a pesar de que llegó seguramente en el peor momento, físico y psicológico; por ello al final ni siquiera paré al objeto de evitar tentaciones mayores. Así, poco a poco, alcancé el kilómetro tres, con David ya por delante a pesar de que todavía podía verlo, y con un promedio desalentador de 7.43 minutos el kilómetro.
Llegados a este punto llegaba un perfil engañoso, con continuos toboganes que no recordaba y que a pesar de marcar una tendencia hacia abajo tampoco permitía coger un ritmo constante que me sirviese para ir dejando atrás las malas sensaciones. Al menos, a medida que iban pasando los metros, iba recuperando la respiración, aún sin forzar demasiado, y las piernas parecían ir entrando en calor así que el ánimo también iba subiendo poco a poco. El perfil descrito iba a mantenerse hasta poco antes del kilómetro siete y medio, inicio de la segunda ascensión reseñable del día. Antes de eso llegaba el segundo parcial, kilómetro seis, con un segundo tresmil en un ritmo medio de 5.10, mejor del que indicaban mis sensaciones...
Con las piernas más relajadas iniciaba el ascenso antes señalado que nos llevaría por senda hasta el punto más elevado de la carrera, por encima de los 1.100 metros de altitud. En esta ocasión intentaba de manera periódica trotar la subida pero cada vez que lo hacía, más pronto que tarde, llegaba el aviso de los gemelos y me tocaba parar. Pese a ello, la subida fue bastante mejor que la primera a pesar de que al final en un tramo de un kilómetro, entre el ocho y el nueve, se marcaba una pendiente media superior al 11%, mayor de lo que pensaba. Justo arriba de esta subida llegaba el tercer parcial del día, en esta ocasión a 6.38 el kilómetro.
Desde este momento, y hasta el kilómetro quince el perfil volvía a ser mayoritariamente descendente aunque seguía salpicado de pequeñas tachuelas que, inexorablemente, ponían a prueba mis piernas y, cómo no, mi cabeza. Dos kilómetros de bajada muy bonita por una senda que me parecía más complicada de lo que marcaba mi ritmo (probablemente fue el tramo más satisfactorio de la tarde), dejaban paso a una nueva tachuela y a un segundo tramo de descenso algo más complicado y menos corredor. El paso por el kilómetro doce (cuarto parcial a un ritmo de 5.31) nos llevaba a un quinto parcial con un kilómetro de descenso poco pronunciado, otro kilómetro y medio de falso llano por pista que al final picaba hacia arriba más de lo que parecía, y otro medio kilómetro de descenso hasta llegar al quince en un quinto parcial a 5.39. Alcanzado el quince tocaba volver a remar con un terreno complicado de ascenso no demasiado pronunciado que en otras circunstancias hubiera sido hasta trotador pero en el que mis piernas seguían negándose a correr.
Y así hasta el dieciséis y medio, momento en el que ya habíamos abandonado el recorrido del año 2010, y donde se iniciaba un largo descenso hasta el pueblo y así hasta completar los 18200 metros del recorrido, casi kilómetro y medio más que en la anterior edición, con un último parcial algo superior a los seis minutos por kilómetro, para hacer la entrada en meta, anunciada por el speaker como la de "un clásico de las carreras", algo que agradezco de corazón (uno, al final, tiene ese orgullo bien entendido y en este caso me enorgullece poder ser medianamente conocido en el mundillo aunque no sea por mis logros), en un tiempo oficial de 1.51.28, a una media de 6.08 el kilómetro, algo superior a lo previsto pero bastante mejor de lo que mis piernas daban a entender durante todo el recorrido. Y me quedo con el tiempo, que no es del todo malo a pesar de las circunstancias, tratando de olvidar lo demás.
Original detalle de finisher
Al llegar a meta, bonito detalle de la organización, con "medalla de tronco" de finisher para todos, avituallamiento final más que correcto, con horchata y todo y muy buen ambiente en la plaza del pueblo. David al final entraba tres minutos antes que yo y Torko, como ya he dicho bastante antes. En cuanto a la organización poco que reprochar. Buen marcaje, avituallamientos, incluido el de meta más que correctos y, como casi siempre, trato exquisito al corredor. El circuito bastante mejorado con los cambios respecto al año 2010 y la bolsa del corredor más que correcta. En fin chicos, gracias a todos, organizadores, voluntarios y al pueblo de Titaguas en general por permitirnos disfrutar un día más de esta pasión por correr. A partir de aquí, entramos en la parte decisiva de la preparación para la MiM, con la MaMoVa la semana que viene, la MAMUFI (esta simplemente para completar la salida programada pero sin forzar para el día 29) y una última salida que me debe llevar a completar a ritmo de entrenamiento la segunda mitad de la MiM diez días antes de la gran cita. Pero, como siempre, esto serán otras historias que contaré en su momento. De momento los habituales enlaces de todas las entradas...


Perfil de la carrera en Wikiloc

lunes, 2 de abril de 2012

II Mitja Marató de Muntanya Carrícola; un salto cualitativo adelante

Cartel de una espectacular carrera
Entramos en el mes de abril; aunque parece que el año empezó ayer las cosas se desarrollan de manera vertiginosa y ya nos hemos chupado un tercio del 2012. Y llegados a este punto parece que se aproximan días complejos a nivel laboral, algo que evidentemente puede acabar por afectar a todos los aspectos de la vida. Pero a pesar de ello creo que debemos intentar ser positivos y ver las cosas  con un halo de optimismo y tratar de que esas dificultades no se trasladen demasiado al día a día. Es evidente que junto a la familia y a los amigos es muy importante encontrar alguna vía de escape que nos permita evadirnos aunque sea un ratito de los problemas cotidianos y aquí es donde aparece este mundillo de las carreras. El año pasado, aunque de manera diferente, a estas alturas también estaba resultando complicado el día a día en el trabajo. Mi mayor error entonces fue dejarme arrastrar por la vorágine que imponía el día a día y dejar que esa vorágine afectase a esos otros aspectos de mi vida; este año estoy plenamente decidido a que eso no vuelva a ocurrir y, más importante aún, estoy convencido de que así será y que la familia y la montaña, el running, serán mis vías de escape para hacer frente a esas dificultades que inexorablemente se acercan paso a paso y van dejando un ligero poso de decepción en la cabecita de quien esto escribe. Poco a poco esa ilusión en que se convirtió la Maratona di Roma quedó atrás y empieza a verse como un inolvidable recuerdo y como un hito en mi historia como corredor popular. Pero ahora toca seguir adelante y marcarse nuevos retos. Y a estas alturas el reto es claro; tal y como ya indiqué en la entrada anterior la Marató i Mitja asoma por ahí, cercana, muy cercana, y con ello la ilusión cambia de nombre y de territorio, volviendo a mis queridas sendas y con muchas ganas de saldar varias cuentas pendientes con la carrera. Y en este entorno debemos ubicar la carrera de ayer, la Mitja Marató de Muntanya Carrícola-Compaq.
El recorrido de la prueba sobre un plano del término
Situado en la vertiente norte de la Sierra del Benicadell, la superficie de Carrícola es montañosa, especialmente en las estribaciones de la sierra, donde alcanza los 812 metros de altitud en el alto de la Fontfreda. El clima es templado, con inviernos fríos; los vientos dominantes son los del oeste y este. Drenan el término los barrancos del Castellet y del Pleit: el término municipal de Carrícola, ubicado en la Vall d'Albaida, limita con las siguientes localidades: Atzeneta d'Albaida, Bélgida, Búfali y Palomar.
La localidad tiene su origen en una alquería musulmana que el Rey Jaume I cedió junto con la Torre del Castellet, que hoy se encuentra en el término de Palomar, a Berenguela Alonso en 1270. En 1273 pasa, también por donación del Conqueridor, al Obispo de valencia. La Baronía de Carrícola fue vinculada, en 1477, por el Cardenal Lluís Joan del Milà i Borja y recaló posteriormente en los Orense y los Tamarit. Fue lugar de moriscos y contaba antes de la expulsión con 56 casas.
Basada tradicionalmente en la agricultura, la casi totalidad de los cultivos de Carrícola, que en la actualidad cuenta con 79 censados (2011), son de secano (almandros, algarrobos y olivos). Carrícola ha sido pionera en la introducción de la agricultura ecológica como iniciativa de desarrollo sostenible. A través de ella se han podido generar beneficios económicos y en forma de oferta de productos que hacen factible iniciativas de turismo rural. Así Carrícola se convierte en excelenta lugar para el inicio de rutas dentro de los parajes naturales que envuelven el municipio, enclavado en la Sierra del Benicadell.

A esta parte del mundo me llevaba la aventura del fin de semana. Ya el año pasado estuve a punto de ser parte de la primera edición de esta carrera de montaña pero mi mal estado de forma y poco motivación por aquel entonces me alejaron de ella. Este año, sin embargo, desde el momento en que supe de su celebración pasó a formar parte de mis carreras marcadas, ansioso por conocer la zona y de volver a disfrutar de la compañía del Benicadell. No hace demasiados meses ya tuve ocasión de correr por la zona, en la Volta pel Benicadell con salida en Salem; en esta ocasión la carrera nos llevaba a recorrer en toda su extensión la zona de la Ombría del Benicadell. Como ocurrió en la carrera de Salem, pasé la noche en Quatretonda, invitado por Rubén, lo que nos permitió, especialmente a mi, evitar un madrugón de esos que hacen historia. De esta manera tras un corto viaje en coche nos plantábamos con tiempo de sobra en Carrícola donde, a pesar de que todavía quedaba un rato largo para el inicio de la carrera, ya se vivía ambiente de carrera y de fiesta. Da gusto llegar a sitios donde, como ocurrió ayer, un pueblo se vuelca en un acontecimiento con el cariño y la entrega con el que lo hace Carrícola (por algo es el único pueblo que yo conozca que dedica un monumento al corredor); con la noticia de la renuncia definitiva de Rubén, todavía con molestias resultado de la Maratona di Roma y de Les Rodanes de Vilamarxant, y con un creciente estado de excitación que trasladaba el espectacular ambiente que se respiraba en la plaza de Carrícola fuimos viviendo los momentos previos al inicio de la carrera hasta que, casi sin darme cuenta, me encontraba ya en la línea de salida a la espera del cohete que daría inicio a la misma. Antes una agradable sorpresa cual fue la presencia de Torko en la línea de salida (enhorabuena por el retorno, campeón) y en la misma línea de salida la no menos agradable presencia de Ana, la Asgarradeta que también pululaba por allí con problemas con el Garmin. El objetivo era todavía impreciso; no tenía claro cómo afrontar la carrera aunque es cierto que un tiempo en torno a las dos horas y quince minutos fue lo que le predije a Rubén.

Kilómetro tres
Llegado el momento de la salida, ubicado en una zona intermedia del pelotón salimos, como no podía ser de otra manera a tota canya. El inicio de la prueba se desarrolla por los alrededores del pueblo, con la intención, imagino, de deshacer el pelotón y evitar los típicos atascos. Sin embargo, transcurrido el primer kilómetro la carrera empieza ya a picar hacia arriba y nos dirige directamente hacia el Castillo. Cierto es que la pendiente no es exagerada pero hasta el kilómetro cuatro, sobrepasada ya la torre no deja de picar hacia arriba, dejando además lo más duro para los doscientos metros finales de ascensión. A pesar de ello el inicio de la carrera fue bastante bueno, con buenas piernas aunque siempre reservando bastante para evitar sustos que uno todavía no las tiene todas consigo en la montaña. En este tramo de subida llegaba el primer parcial en el Garmin, el de los tres kilómetros que transito a una media de 5.13 el kilómetro (¿demasiado rápido?).
Superado el castillo nos esperaba un kilómetro de fácil descenso que, sin embargo, se convirtió en el tramo más difícil del día. no sé si sería el calor que empezaba a apretar o un mal momento sin motivo aparente pero lo cierto es que en el momento de tener que empezar a correr más rápido las piernas no acabaron de mandarme buenas señales. A la vista de ello me tomé las cosas con mucha calma a la espera de que llegasen mejores momentos y así, poco a poco, me planté en el kilómetro seis, con un segundo parcial de 7.45 el kilómetro. A partir del cinco había empezado una subida que, sin ser muy dura, nos llevaría finalmente hasta el kilómetro doce, donde se ubicaba la cota más alta de la carrera. Ya en el seis parece que las malas sensaciones habían desaparecido y las piernas mostraban de nuevo cierta frescura. A pesar de ello seguí siendo prudente y me marqué un ritmo de subida que podía mantener con bastante facilidad. Así, a la altura del kilómetro ocho y medio nos esperaba un pequeño descanso en forma de fácil descenso que nos llevaría, ochocientos metros más adelante, a encarar la parte final de la subida. Al final esta primera parte de la subida nos lleva a pendientes medias cercanas al ocho por ciento. 
Poco después del tercer parcial, 7.27 de media, se iniciaba esa segunda fase de la subida. A pesar de que en este punto ya me encontraba plenamente recuperado de esos "problemillas" del inicio, afronté el inicio de la subida encuadrado en un grupete bastante apañado que llevaba un ritmo que me permitía subir con bastante comodidad. Quizá en este momento me faltó algo de determinación para irme hacia delante ya que el ritmo que llevaba el grupo era más que cómodo para mí pero ahora de nada vale decir que hubiera hecho otra cosa; lo cierto es que con esa relativa facilidad fui apurando los tres kilómetros que nos llevaban hasta la parte más alta de la carrera. Así, unos metros antes del kilómetro doce alcanzábamos ese punto y enseguida a prepararse para un cambio en el perfil. A priori se iniciaba un tramo complicado de descenso así que después de comprobar como el cuarto parcial me marcaba un "excesivo" 8.27 el kilómetro, me dispuse a dar buena cuenta de lo que quedaba de carrera, mayoritariamente en descenso de vuelta a Carrícola. Destacar que la vista del Benicadell que teníamos en ese punto era espectacular....
Iniciamos el descenso más o menos en compañía del mismo grupo de la parte final del ascenso. Seguía yendo muy cómodo pero al mismo tiempo seguía sin decidirme a adelantar posiciones y avivar el ritmo. En este momento era más la pereza de tener que adelantar en una estrecha senda a todo el grupo de corredores que otra cosa. Así alcanzamos el trece y poco después la chica que iba por delante del grupo, cuatro o cinco posiciones por delante sufre un accidente y rueda por los suelos. A pesar de lo aparatoso del mismo y de que sus muestras de dolor eran evidentes acabará por finalizar la carrera. Como ya se quedaba con ella algún corredor decidí seguir la marcha, ahora con el camino despejado, algo que me permitirá acelerar el ritmo. Poco después, al final de la senda, doy aviso a la Cruz Roja del accidente y continúo la marcha. Estamos ya en el catorce y se inicia aquí un largo tramo, con preponderancia de pista que nos llevará hasta más allá del dieciséis y que se convierte en una sucesión de cortas subidas y bajadas que no permiten coger un ritmo constante en ningún momento. En este momento ya tengo en la cabeza el objetivo de acabar por delante de la cuarta chica, que me había pasado en la anterior bajada pero a la que llevo siempre en mi campo de visión. En este tramo de pista alcanzamos el kilómetro quince, con un parcial de 5.58 el  kilómetro. 
Dos kilómetros y medio de toboganes van haciendo mella en las piernas, todavía muy frescas y en el ritmo pero mentiría si no dijese que estaba disfrutando muchísimo del recorrido y de las buenas señales que se intercambiaban las piernas y la cabeza, excepcionalmente enteras en estos momentos de la carrera. Sobrepasado el dieciséis tocaba volver a bajar por sendas en un nuevo tramo de algo más de dos mil quinientos metros, jalonados con algún repecho, pero que permitían bajar con buen ritmo y sin demasiadas dificultades. Casi al final del descenso llevaba el aviso del kilómetro dieciocho, con un último parcial de 5.27 el kilómetro.

Momento de la llegada.
Posición 193
Poco después finalizaba este tramo de descenso; nos esperaba algo más de un kilómetro en el que nuevamente el recorrido picaba hacia arriba con más repechos que descensos y que acababa con una última dificultad de medio kilómetro a un ocho por cien que a estas alturas se notaban, vaya si se notaban. A pesar de ello el ritmo seguía siendo adecuado y pronto me encontré al inicio del último descenso de la carrera, kilómetro veinte (si mal no recuerdo en la Font Freda), al inicio del cual pude dar caza y sobrepasar a la cuarta chica, del Aper Alcoi, cumpliendo así mi objetivo antes indicado. Este último descenso tampoco era demasiado técnico pero sí que estaba jalonado continuamente de giros que te impedían sostener el ritmo y que allá por el veintiuno desembocaba en una pista asfaltada que poco después nos dejaba en una espectacular línea de llegada, abarrotada de gente. Un último esfuerzo después del último parcial a 5.25 me permitía alcanzar la meta con un tiempo de 2.17.41 que colmaba mis aspiraciones, sobre todo porque llegué muy sobrado de fuerzas y con la "certeza" de tener en mis piernas unos cuantos minutos de rebaja en caso de haber apurado mis posibilidades.
A partir de este momento, el "reencuentro" con Torko que llegaba un poco antes y con Anita que lo hacía unos minutos después, la recogida de una completísima bolsa del corredor y a comer algo y, sobre todo, beber porque el calor empezaba a ser significativo. Muy bueno el balance de la carrera, tanto a título personal con la satisfacción de haber pasado una más que agradable mañana por una zona desconocida para mi hasta ayer y de haberlo hecho con muy buenas sensaciones y con un refuerzo importante de moral de cara a lo que está por venir, como a nivel organización ya que no puedo poner ningún pero a la misma. Agradecer sobre todo el cariño con el que se nos trató por parte de la gente del lugar y ya preparando la próxima aventura. De momento el fin de semana que viene toca reconocimiento de la MiM así que haremos algún tramo y para el siguiente nos veremos las caras por Titaguas. Hasta entonces, los habituales enlaces.


Perfil en Wikiloc