domingo, 29 de enero de 2012

De relax por las calles de Valencia; XIV Trofeo Galápagos

Cartel del VII Circuito CrM
de Carreras Populares
de la Ciudad de Valencia
Después de un mes de enero muy cargado en cuanto a carreras disputadas y, sobre todo, intenso en la referido a las cargas de trabajo tocaba cerrar el mes de una manera más relajada y tratando de disfrutar en toda su dimensión de lo que en otras ocasiones he calificado de la fiesta del atletismo popular, el Circuito CrM de Carreras Populares de la Ciudad de Valencia. Diez carreras completan esta octava edición correspondiente al 2012 que abarca un periodo que se iniciaba en el día de hoy, con esta XIV edición del Trofeo Galápagos y que pondrá lo que seguro será un broche de hora en ese magnífico espectáculo con el que cada año nos obsequia la gente del "C.D. Es Posible" y su Vuelta a Pie Solidaria allá por el mes de diciembre.
Ayer había sido un día exigente por cuanto tocaba hacer un largo de cara a la cada vez más inminente Maratona di Roma; por ello había decidido que para el día de hoy lo que correspondía era acompañar a Rubén durante la carrera para hacerle un poquito de "liebre" y tratar de que la mejoría que seguro que va consiguiendo se reflejara en el tiempo obtenido hoy. Para ello, y a pesar de que el ritual de la recogida del dorsal no tenía cabida en esta carrera por estar inscritos al circuito y, por tanto, disponer de él para todas las carreras del mismo, con prácticamente una hora de antelación estábamos ya con el coche aparcado en las inmediaciones de la zona de salida. El día había amanecido fresquito y con mucho aire así que hemos estado haciéndonos el remolón durante un rato, dejando pasar el tiempo. Finalmente, con bastante pereza por mi parte, hemos decidido que era el momento para acabar de prepararnos y de acercarnos a vivir el ambiente precarrera y tratar de habituar el cuerpo a esa temperatura que teníamos en Valencia. A medida que nos íbamos acercando el ambiente iba in crescendo y, con él, mi estado de ánimo. Poco a poco, durante la casi media hora que quedaba para la salida la zona se ha ido llenando de verdaderos héroes populares dispuestos a dar buena cuenta de los algo más de siete kilómetros de que constaba el recorrido de hoy.
Este es el dorsal que acompañará
mi participación en el Circuito
A pesar de mi dorsal "preferente C", que se visualiza en el fondo verde que podéis observar en la imagen que acompaña a este texto, llegado el momento de entrar en la zona acotada para la salida nos hemos ubicado en el "cajón" de cola, zona que poco a poco se ha ido llenando con los que a mi juicio son los verdaderos protagonistas de este circuito, corredores populares sin más intención que la de pasar un rato agradable corriendo por las calles de Valencia y la de superar sus propios retos, cada uno el suyo sin ninguna otra pretensión. Así, en el momento de la salida nos hemos visto rodeados de una ingente cantidad de corredores que poco a poco iban ocupando su espacio en carrera y con los que, una vez más, he disfrutado como un niño con zapatos nuevos. Esa sensación de correr porque sí, con la suficiencia que da el ir muy sobrado, permite recrearse en una infinidad de pequeños detalles que hacen que uno no olvide la razón última por la que día tras día se machaca en esas carreteras y montañas de la zona: DISFRUTAR.
En cuanto a la carrera tampoco quiero ser demasiado extenso en su descripción. Llegados al arco de salida me he limitado a seguir el ritmo que marcaba el "Veí" y que, todo sea dicho, me ha sorprendido de manera agradable porque era bastante mejor del esperado antes de empezar. Después de despejarnos el camino entre toda esa gente que nos acompañaba poco a poco hemos ido cogiendo un ritmo adecuado, tratando en todo momento de no acelerarlo yo y de andar vigilante a las señales que pudiera mandar Rubén para tratar de controlar el ritmo en todo momento. De esa manera hemos transitado el primer kilómetro en 6.19, el segundo en 6.09, el tercero en 6.18 y el cuarto en unos prometedores 5.59. Hasta aquí la verdad es que todo iba muy bien; cada vez que el cacharro me marcaba el punto kilométrico aprovechaba para preguntar a Rubén por su estado y para tratar de mandarle alguna palabra de ánimo pero a decir verdad su aspecto era inmejorable así que poco se podía decir.
Sin embargo durante el quinto parcial han empezado los problemas, esta vez en forma de molestias estomacales de Rubén que al final nos han obligado a caminar durante algún tramo y han hecho que los últimos parciales se hayan disparado negativamente; así los kilómetros cinco, seis y siete los hemos transitado en 6.53, 7.03 y 6.32 respectivamente. En todos ellos nos ha tocado caminar durante un tramo, siempre pequeño pero que ha hecho que los parciales se incrementasen. Sin embargo debo decir que el final del séptimo kilómetro más los doscientos metros finales que superaban los siete kilómetros los hemos hecho a un ritmo aproximado de 5.30 con un Rubén al que pese a sus problemas he visto bastante cómodo en estos metros finales. Finalmente hemos llegado a meta con un tiempo real de 46.31, a un ritmo medio de 6.25 que, a buen seguro, se hubiera acercado significativamente a los seis minutos de no haber aparecido esos problemas de Rubén.
En fin, ¿qué más podemos pedir?. Una agradable mañana en la que a pesar del fresquito y del viento la meteorología era casi ideal para la práctica del running, más de cinco mil llegados a meta con dorsal, y tres cuartos de hora llenos de vivencias y detalles que he podido recoger con la siempre agradable compañía de Rubén... todo ello para poner fin a un prometedor mes de enero y abrir paso a un febrero donde el asfalto será el protagonista principal. La Mitja de la Vall de Sego el cinco de febrero, el 10k H2O de Castellón el doce de febrero y la Media de Benicàssim el diecinueve de febrero así lo atestiguan. Eso sí, acabaremos con la ya tradicional visita, por cuarta edición consecutiva, a la Maratón de Espadán que en esta ocasión será un rodaje más con vistas a ese objetivo de Roma que para ese momento será ya inminente. Pues eso, os dejo con los habituales enlaces y la semana que viene más y espero que mejor.


Recorrido del XIV Trofeo Galápagos

martes, 24 de enero de 2012

V Cursa de Muntanya Tombatossals; un paréntesis en el asfalto

Cartel de la quinta
edición de esta carrera
"No assosegaré fins que no tinga remogut el terrer, les roques panxa al sol, oberts clots, acordellades les sequies per on correr  l´aigua d´aquell riu que a perdre´s va al mar..."

Josep Pasqual Tirado, Tombatossals

"Tombatossals" es el título de la novela del escritor castellonense Josep Pasqual Tirado que tiene como protagonista a un gigante mítico llamado Tombatossals. En torno a dicho personeje giran cierto número de leyendas, las cuales se han convertido en un referente popular de la mitología castellonense, hasta el punto que está presente en multitud de ocasiones durante sus Fiestas de la Magdalena e incluso tiene dedicada una escultura gigante en la Avenida de Lledó de la capital de la Plana.


Es Tombatossals un gigante bueno que con la ayuda de sus amigos hace posible la fundación de la ciudad de Castellón de la Plana. Nace fruto del amor entre la Penyeta Roja y el Tossal Gros durante una fuerte tempestad provocada por Bufanúvols a petición del segundo. En aquella tempestad todos los vientos, excepto la Tramuntana por alocada y peligrosa, fueron convocados y se arremolinaron en el cielo descargando una tempestad que arrastró una gran cantidad de piedras montaña abajo, hacia el valle que les separaba. Del montón de piedras se levanta, con los primeros rayos de sol, su querido hijo Tombatossals que, como su nombre indica, tenía la fuerza suficiente para levantar o tumbar las montañas.


Un momento de la carrera
Después de una buena semana en lo referente a los entrenamientos, con la mente muy puesta en el reto del mes de marzo y, por tanto, enfocando los mismos a mejorar el rendimiento en asfalto; después de un largo mes donde mis visitas a la montaña se reducían a la San Silvestre de Sot de Ferrer y al "paseo" por tierras de Espadán... al final del camino estaba esta quinta edición de la Tombatossals, carrera que poco a poco pero de manera firme se abre camino en el mundillo de las carreras de montaña de la provincia de Castellón. Y con el objetivo de volver a formar parte de esta carrera que, no debemos olvidar, se celebra en mi tierra, el domingo de buena mañana cogía el coche para recorrer un camino que, en gran parte, a fuerza de repetido se ha convertido en rutina diaria por culpa del trabajo pero que hoy, alargándose un poquito más hasta la zona de Penyeta Roja en Castellón me llevaría al comienzo de una nueva aventura por esas montañas que tanto me hechizan y que tanto empiezo a echar de menos en este largo y negro camino hacia la Maratón de Roma.
Con bastante tiempo me presento en las pistas de Penyeta para cumplir con el protocolo de recogida de dorsales y de los primeros cambios de impresiones con amigos y conocidos de este mundillo que por allí se han acercado dispuestos a dar buena cuenta de los veintiún kilómetros con los que nos obsequian los componentes del Running Castelló. En esta ocasión son muchos los que andan por aquí así que me temo que alguno me dejaría por lo que casi que dejaré de lado el nombrarlos con una única excepción: Takito y su nuevo bañador que, como ya le dije, "cantaba poco".
El caso es que, entre bromas y algo de calentamiento nos plantamos en el momento de la salida así que nos situamos en una zona intermedia de la multitud con el ánimo de disfrutar de una agradable mañana, ideal para practicar este deporte que tanto me gusta, de sufrir un rato entre ese disfrute con un recorrido que, un año más me sorprenderá con una dureza que nunca espero con tanta intensidad, y con un único objetivo marcado como es el de salir a ritmo medio, sin forzar demasiado y aprovechar el recorrido para hacer una buena rodada que me permita seguir afinando mi estado de forma de cara a retos que, aunque parecen lejanos, se acercan a pasos agigantados.
Y llegado el momento, en compañía de Albert y de Teo, arranca la prueba con una primera vuelta a las pistas de Penyeta para enseguida salir de ellas e iniciar un primer kilómetro que nos llevará en un continuado descenso hasta el puente de Penyeta donde nos desviamos a la derecha para acercarnos a la primera subida del día. Este primer kilómetro, como siempre, lo utilizo para buscar mi sitio en la carrera y empezar a coger sensaciones, de manera que al acabar el mismo (en 4.23) ya se puede decir que ambas cosas las he conseguido. A partir de este momento el recorrido paralelo a la autopista nos lleva a cruzar un barranco donde se forma un pequeño y único tapón para poco después girar nuevamente a la derecha e iniciar al principio por asfalto, para enseguida iniciar el recorrido por sendas y pistas, esa primera subida antes anunciada, al final de la cual se encuentra la meta volante. Al iniciar el ascenso, después de un segundo kilómetro que paso en 5.28 a pesar de ese ligero tapón, intento regular mi carrera al objeto de subir cómodo de pulsaciones así que bajo el ritmo e impongo una marcheta que intentaré alargar lo más posible. Sin embargo al final me toca desistir y comienzo a caminar durante ese tercer kilómetro que seguramente encierra lo más duro de este primer ascenso. Pasado lo más duro empiezo a alternar tramos de trote con otros de "andada" y, así, poco a poco y sin agobios llego al final de la subida, situada un poco más allá del kilómetro cuatro por donde transito en torno a los veintisiete minutos de carrera.
Se inicia aquí un largo tramo en su mayor parte de descenso que nos llevará hasta el kilómetro siete y medio y que realizo a un ritmo cómodo, en torno a 5.20 el kilómetro, regulando el esfuerzo y en compañía al principio del mismo del amigo Iban, del CxM, que siempre que coincidimos me trae a la mente esa maravillosa MiM del 2010. Alcanzado ya ese punto del siete y medio se inicia un segundo ascenso que aunque corto es muy intenso y que nuevamente me tomo con calma. Esta subida nos lleva hasta más allá del ocho iniciándose aquí una bajada que sin ser especialmente técnica sí que se me atraganta un poco, entre otras cosas porque el dichoso dedo del pié empieza a dejarse notar. Afortunadamente esta bajada deja paso a otro tramo mucho más sencillo y corredor que nos llevará a las puertas del kilómetro diez y, con ello, al inicio de la siguiente subida. En esta ocasión me la toma con bastante, quizá demasiada, calma y poco a poco voy dando cuenta de sus rampas. Lo cierto es que a estas alturas de carrera mis piernas ya han empezado a dar síntomas de cierto cansancio, producto seguramente del intenso tute que llevo estas semanas. Pese a ello sigo muy bien de ánimos y la cabeza me empuja a seguir hacia arriba. Al llegar arriba toca volver a ponerse las pilas y prepararse para afrontar un tramo de algo más de dos kilómetros donde toca correr así que me pongo a ello y con un breve descanso para hidratarme en el tercer control del día doy buena cuenta del tramo y, casi sin quererlo me planto en el kilómetro catorce y, con ello, en el inicio de la ascensión al Tossal Gros, ese coloso, padre de Tombatossals....

Por detrás de Eva en la cima de Tombatossals
Al inicio de este tramo me alcanza Eva con quien pudimos compartir muy buenos y emotivos momentos en la Course de Fiances allá por el mes de agosto y con ella como referencia afrontaré las rampas del Tossal Gros. La verdad es que esta subida se me hace bastante menos pesada de lo esperado y casi sin darme cuenta me encuentro arriba del todo con la misma sensación de cansancio muscular descrita antes pero con buen ánimo para afrontar lo que resta de carrera.
Y lo que queda siempre acaba por engañarme, y más en esta edición en la que ha cambiado el acceso al depósito que ya dará paso a la bajada final. Esta vez nos espera una subida adicional, después una breve bajada, subida cortita pero que se hace notar a estas alturas de carrera. Al acabar la misma nos plantamos en el kilómetro diecisiete y es aquí donde retomamos la subida al depósito, suave pero que también pica después de dos horas de esfuerzo. En este punto nuevamente los recuerdos me asaltan... el año pasado por esta zona se encontraba la inolvidable Irene, siguiendo la carrera después de su hazaña del GR10, y regalando su sonrisa y sus ánimos a todos los que por allí pasamos. La verdad es que al alcanzar el punto donde se encontraba la emoción volvía a hacer acto de aparición y las lágrimas estuvieron a punto de hacer aparición pero desgraciadamente la vida sigue y también la carrera así que con ese recuerdo permanente me dispuse a afrontar el último tramo de la carrera. La bajada empieza siendo complicada (aún recuerdo el esguince de Julia el año pasado en este punto) pero enseguida desemboca en una pista y, más tarde, en la senda que nos llevará de vuelta a Penyeta, este año sin la temida vuelta final ya que alcanzadas las pistas se entra directamente en ellas y a dar la dichosa vuelta final que siempre se hace durilla. Este año me encuentro con la sorpresa de encontrar en mitad de la misma al amigo Fernando García y a Kinetads (gracias por los ánimos chicos). Bueno, al final entrada en meta en un tiempo de 2.30.35. La verdad es que inicialmente me hubiera gustado bajar un poquito ese tiempo pero después de todo, a la vista del recorrido, y teniendo en cuenta que es me mejor marca en tres participaciones, tampoco está tan mal. Además las sensaciones siguen siendo positivas y la carga de trabajo tampoco permite demasiadas alegrías en estos momentos (llegarán tiempos mejores).
El bonito detalle del regalo de la bolsa en sustitución de la consabida camiseta ponía el broche de oro, junto con ese pedazo de bocadillo, a una magnífica organización de los chicos del Running Castelló, algo que a fuerza de repetirse parece que se da por sabido pero, bueno, el empeño de esta gente merece mi pequeño homenaje. Lástima que tampoco tuviera demasiado tiempo para compartir con la gente y para disfrutar del radiante sol que brillaba en Castellón. En fin, una nueva experiencia por montaña y ahora a volver a centrarse en el asfalto: las próximas citas serán la Galápagos del CrM de Valencia, la Mitja de la Vall de Sego, el 10k H2O y, como verdadera prueba de fuego, la Media de Benicàssim donde espero poder salir a ver mi estado de forma para ese momento como verdadero test de cara a Roma.
Pero todo eso serán otras historias; de momento os dejo con los habituales enlaces a los tracks.


El perfil de un recorrido rompepiernas y más exigente de lo que parece

lunes, 16 de enero de 2012

Media Maratón de Sagunto, el inicio de un camino con final en Roma


Cartel de la prueba
Las primeras huellas del pasado de Sagunto aparecen en los yacimientos del Pic dels Corbs, Aixeve, Picaio y l'Albardeta, pertenecientes a la Edad del Bronce. En el siglo V a.C., en época ibérica, los pobladores construyeron murallas para protegerse de los peligros, absorben los antiguos poblados y pasan a denominarse Arse. Se produce un gran desarrollo cultural y económico avalado por la acuñación de moneda y las relaciones comerciales con griegos y fenicios.
Este importante crecimiento se ve truncado por la violenta acción del ejercito cartaginés bajo la dirección de Aníbal, que en el año 219 a.C. destruye la ciudad tras 8 meses de asedio y una heroica resistencia de los saguntinos frente al invasor. Este hecho originó la segunda guerra púnica y después de la victoria romana se inició un nuevo proceso de expansión y gran desarrollo, pasando a llamarse Saguntum.

Una vez "superado" el reto del 10K de Valencia, con muchas mejores sensaciones que en años precedentes, me quedaba pendiente un paso adelante antes de "abandonar" la Senda Negra y centrarme en la montaña. Como no había podido correr una Media en condiciones mínimamente normales, después de estudiar el calendario la decisión estaba clara: sin ningún tipo de objetivo de tiempos y con la única intención de comprobar la presunta fortaleza mental para disputar esta distancia sin demasiados agobios cerraría la "temporada" de asfalto con la Media de Sagunto.
La semana había sido bastante buena a nivel de entrenamiento, mucha carga de kilómetros, una sesión de cuestas y empezando a introducir ya un poquito más de calidad, y una última sesión el mismo sábado en el que aprovechando la estancia en Albentosa para disfrutar un poco del aire puro de aquella zona y, por qué no, de las Fiestas de San Antón, había salido a rodar con David por la vía verde en plan trote cochinero y disfrutador. Buen rato el pasado con David donde pusimos nombre a varios de los objetivos para este año que, a decir verdad, pinta bien aunque eso serán otras historias....
Llegado el domingo, en el momento de sonar el despertador primer sobresalto del día en forma de algo más que ligera descomposición estomacal y primera visita al WC. A punto estuve de dejarlo para otra ocasión y quedarme en cama pero al final las ganas pudieron con la incertidumbre de mi estado físico y me embarqué rumbo a la segunda carrera del año. Así, tras un cómodo viaje me planté en Sagunto sin tener idea siquiera de dónde se ubicaba la salida así que aparqué en la estación y desde ahí preguntando hasta la línea de salida. Como tampoco llegaba con mucho tiempo aproveché el trayecto para calentar y en este punto segundo altercado del día en forma de flojera generalizada. La verdad es que en este punto las dudas me asaltaban por todos lados pero una vez allí no iba a abandonar sin intentarlo así que como objetivo final previo a la salida uno tan sencillo como el de acabar a cinco minutos el kilómetro. Ya metido de lleno en la zona de salida me encontré con Vicente Olucha , Bilbobolsoi, con quien hacía tiempo que no coincidía y con quien también compartí objetivos a corto plazo. Con todo ello fue pasando el tiempo hasta que la organización nos avisaba de que era el momento de ubicarnos ya bajo el arco de salida. Una vez allí, antes de mezclarme con la gente pude ver a Ayacucho pero, absorto como estaba, no me vio así que este relato y alguna foto deberán ser la prueba irrefutable ante el gran boss del foro de mi presencia por Sagunto (que luego me pone falta...).
Instantánea de los primeros momentos de la carrera;
en mitad de la muchedumbre
se vislumbra una camiseta amarilla
Ubicado ya en la salida vi en primera línea al práctico de 1.45 (que luego creo que fue el único) así que de repente vi como en mi intento de rodar a cinco minutos iba a ir acompañado, algo que siempre puede ser de ayuda. "Pistoletazo" de salida y poco a poco a intentar buscar una buena ubicación y, sobre todo, encontrar el ritmo deseado. Después de unos primeros metros, dentro de la primera "vuelta" que nos devolvería a las inmediaciones de la salida, que eran muy cómodos, enseguida nos encontramos con los primeros tramos de subida, suavecita pero subida al fin y al cabo, que nos llevarán hasta prácticamente el kilómetro dos. Para ese momento ya tenía al grupo de 1.45 apenas quince o veinte metros por delante y la sensación, como ya esperaba, de cierta comodidad. Estos dos kilómetros iniciales los supero en ritmos de 4.49 y 4.41, con cierta holgura sobre lo previsto pero también con buenas sensaciones iniciales frente a lo que suele ser común en mí. Llegados a este punto, en pleno callejeo por Sagunto ya estaba integrado en el grupete antes nombrado donde el buen rollete era palpable y donde me instalé con la idea de llegar con ellos hasta el final; transcurren los kilómetros tres y cuatro en 4.42 y 4.49, así como el cinco en 4.51. Ello nos lleva a un primer 5000 en 23.52, en torno a un minuto mejor de lo inicialmente previsto. Tengamos en cuenta que el tramo del 12 al 15 nos espera con sus cuestas y ello hace que los guías vayan algo más rápido de lo que sería necesario.
En este punto empezamos a abandonar el casco urbano y nos empezamos a dirigir hacia la zona de la autovía. Los tres primeros kilómetros de este segundo tramo son prácticamente llanos pese a lo cual el ritmo no se incrementa en ningún momento y ello acaba por "provocar" que muy poco a poco me adelante al grupo, eso sí sin intención de hacerlo y simplemente por inercia. Transcurridos estos tres primeros kilómetros (4.53, 4.49 y 4.46) durante el noveno kilómetro de carrera entramos ya en una zona donde se suceden los toboganes en un tramo que discurre ya paralelo al de la autovía. Las sensaciones siguen siendo muy buenas y ruedo con mucha comodidad en todos los aspectos. Así llegamos al kilómetro diez con dos parciales de 4.55 y 5.01 que demuestran que ya el terreno empezaba a picar hacia arriba. Pero bueno, alcanzamos el 10000 con un segundo parcial de 24.24, acumulando más ventaja sobre esos cinco minutos/kilómetro, y el primer diez mil en 48.26.
Sobrepasado el kilómetro diez seguimos con la ruta paralela a la autovía para enseguida afrontar la subida del puente sobre la misma en cuyo punto más alto se ubica el kilómetro 11. Recordemos que llevamos desde el ocho y medio con un perfil en subida pero será a partir de aquí cuando empiece el tramo más complicado y el que me hacía dudar a pesar de lo bien que habían ido hasta ese momento las cosas. En 4.56 transito por el once y en 4.53 por el doce, punto en el que ya ha empezado a empinarse más la carretera. A partir de este momento intento olvidarme un poco de ritmos y me centro en analizar mis sensaciones y mi respiración, que no pulsaciones porque el pulsómetro me había fallado antes de empezar e iba sin él. Estos tres kilómetros que nos llevarán al quince son de continuo ascenso, pronunciado en un primer tramo de unos ochocientos metros a pesar de contar con algún brevísimo descansillo, algo menos exigente en un segundo tramo, y especialmente durillo en la parte final donde dos buenos repechos nos pondrán a cada uno en su sitio. Insisto en que me olvido de ritmos y busco encontrarme cómodo y así cae el kilómetro trece en 5.17 y el catorce en 5.09. En este punto ya siento el aliento del grupo de 1.45 que poco a poco va recortándome distancia algo que no me preocupa porque tengo claro no estoy echando el resto ni mucho menos. Al final, a poco del final de la subida acaban por echarme el guante y aprovecho para reintegrarme en el mismo, pasando el kilómetro quince en 5.21. Es decir, tercer 5000 en 25.36, parcial que ya hubiera firmado al empezar sin duda.
Iniciamos en este punto la parte final del circuito y mis sensaciones son inmejorables. Si el objetivo era llegar aquí con fuerzas en este momento voy muy cómodo y con muy buena cabeza así que me empiezo a plantear forzar algo la máquina para probarme un poquito. Se trata de un último tramo que deja entrever que si llegas con fuerza se puede "volar" así que después de quinientos metros integrado en el grupo del práctico decido dar una pequeña vuelta de tuerca y tirar hacia delante a ver cómo se da la cosa. Estamos ante un tramo donde quitando ochocientos metros entre el dieciséis y el diecisiete son de claro descenso así que sin darlo todo sí que el ritmo se aligera y como muestra los parciales del 16 al 18: 4.48, 4.38 y 4.29. Transitamos ya por Petrés con la suerte de hacerlo en compañía de gente del pueblo lo que se nota en los ánimos de la gente. Al salir del pueblo acaba la bajada pronunciada y la verdad es que inicialmente lo noto en las piernas y me cuesta mantener el ritmo. Además a mitad del kilómetro diecinueve afrontamos el puente de la autovía y esa subidita también me hace bajar algo el ritmo. Como consecuencia de ello los parciales del 19 y el 20 los clavo en 4.44. Y todo ello nos lleva a un parcial para este cuarto cinco mil de 23.23 y un segundo diez mil en 48.59, muy poco por encima del primero.
Desde este momento la cercanía de la meta hace el resto; parece que la cabeza flaquea un poco pero no es más que una falsa alarma y consigo reconducir la situación y pegar un último apretón para tratar de ganarle unos segundos al crono. Además volver a entrar en zona urbana, con gente en las aceras, siempre ayuda y con todos esos estímulos consigo un último parcial a 4.29 que me llena de satisfacción. Finalmente la entrada en meta da un resultado oficial de 1.41.59 que en realidad se traduce en 1.41.43 (prácticamente tres minutos por delante del grupo de 1.45) y unas muy buenas sensaciones. Tengamos en cuenta que sin ser demasiado dura sí que ese tramo intermedio se puede considerar como exigente y castigador y a pesar de ello en el momento de la llegada me encuentro con fuerzas suficientes para más.
En fin, poco más que contar porque tenía que salir pitando de regreso al pueblo para acabar el fin de semana por allí así que al acabar no vi a nadie. En resumen, esto parece funcionar mejor incluso de lo previsto. No quiero acabar sin felicitar a la organización porque en estos momentos no se me viene a la cabeza nada serio que reprochar y sí muchas cosas buenas.
Os dejo los habituales enlaces al Garmin y al Wikiloc y os cito para la semana que viene donde, si todo va bien, haré mi debut en 2012 por la montaña: Tombatossals y las montañas de Castellón me aguardan...

Perfil de la carrera que sí que da una idea de la dureza del tramo entre el 12 y el 15

Año 2012; en esta histórica ciudad que en un pasado lejano estuvo en manos del Imperio Romano se inicia el camino para la conquista de la antigua capital del Imperio Romano. El dieciocho de marzo está previsto que debute en esa distancia siempre mítica del Maratón en esta Senda Negra que tanto he "odiado" pero a la que poco a poco voy cogiendo cariño. Tiempo queda para entonces pero cuando aquello esté superado todas y cada una de las carreras que en adelante haga formarán parte de esa pequeña gran historia y no deja de ser curioso que mi conquista de Roma empiece en Sagunto.

lunes, 9 de enero de 2012

10K Divina Pastora 2012; asfalto para empezar un año con buenas perspectivas

Algo más de cuatro largos años han pasado desde el día en el que podemos "ubicar" mi debut en este mundillo del running. Es cierto que allá por el 2005 hice mis pinitos en alguna marcha de montaña en plena preparación para ese mágico Camino de Santiago que completé en el verano de ese año, pero no fue hasta finales de 2007 cuando empecé a participar de manera habitual en carreras, al principio únicamente de montaña y después también por la Senda Negra. Todavía recuerdo el frío que hacía ese día de noviembre de 2007 en Benicassim y la larga travesía por las montañas del Desert de les Palmes hasta completar la Marxa de Benicàssim, después de hollar las cimas de La Balaguera y del Bartolo (¡qué bien ha quedado esto, leches!). Muchas, muchísimas han sido las vivencias relacionadas con este mundillo que me ha tocado vivir desde entonces; alguna de ellas mala, afortunadamente la inmensa mayoría muy buenas. Y desde entonces aquí seguimos tratando de dar el callo y de mejorar día a día dentro de las limitadas posibilidades de este, como ya me he definido en otras ocasiones, "modesto runner". Pues bien, después de este ya largo periodo metido en el mundillo de las carreras populares hoy tocaba empezar un nuevo año y lo hacía, como en los dos anteriores con el objetivo de completar el 10K Divina Pastora de Valencia, en mi "odiada" senda negra. Algo que ya se ha convertido casi en tradición después de tres años para empezar el año y que espero poder seguir haciendo durante mucho tiempo.
La jornada empezaba ayer, después de un largo periodo navideño que al final siempre acaba dejando huella, con la recogida del dorsal en el Complejo Municipal de la Petxina. Aprovechando que había que cumplir el trámite, me calcé las zapatillas y realicé una última rodada antes de la carrera por la zona del cauce del Turia, rodada que pese a las buenas sensaciones generales ya me dejaba alguna pista de lo que iba a ocurrir en la mañana de hoy. Finalizado el rodaje a las puertas de la Petxina recogí los dorsales, el mío y el de Rubén, disfruté brevemente del ambiente que se respiraba por allí y, después de una breve charraeta con Fede, de vuelta a casa a prepararse para la mañana siguiente...

A la derecha el dorsal,
a la izquierda el diploma
Y esta mañana a las 07.15 sonaba el despertador y con mucha pereza encima me ponía manos a la obra para preparar las cosas y empezar la peregrinación, esta vez en taxi, hacía el Paseo de la Alameda donde se ubicaban la salida y la meta de esta carrera. Para la ocasión teníamos cita con los amigos del Rocafort Running y su carpa VIP que amablemente habían puesto a nuestra disposición así que al llegar lo primero que tocaba era localizar a Fede y de ahí a la carpa a empezar a vivir el ambiente "precarrera". Gran ambiente el que se respiraba en la carpa, compartida con la gente de "A les Nou" de Godella, preludio de lo que iba a ser una nueva mañana de magia por las calles de Valencia. Debo aclarar que en esta ocasión, y que el gran boss me lo perdone, había decidido correr con los colores azules del Rocafort Running gracias al regalo de la camiseta que me hacía Fede, y como muestra de agradecimiento por todos los detalles que tienen con este humilde corredor cada vez que compartimos un rato, ya sea corriendo o de cháchara por esas carreteras y sendas del mundo. En fin, el caso es que entre risas y anécdotas se hacía la hora de empezar a calentar así que manos a la obra y a tratar de afinar el cuerpo y, sobre todo, las piernas para intentar completar una buena carrera. Después del calentamiento que me dejaba confiado en mis posibilidades a ubicarme ya en la línea de salida, esta vez en el box de las pulseras negras, el del Sub50. Y me permitiréis aquí que vuelva a criticar algo que para mí no tiene sentido; ¿por qué hay tanta gente que se coloca en la salida tan por delante de sus posibilidades reales?. Al final toda esta gente no hace más que molestar a otra gente que no tiene más remedio que convertir sus primeros instantes de carrera en un verdadero zig-zag al tener que rebasar a estos corredores que en un ejercicio de poca responsabilidad han ocupado posiciones en la salida demasiado adelantadas para sus posibilidades, convirtiendo estos primeros compases de carrera, ya de por sí complicados, en una verdadera trampa llena de riesgos y en un tremendo problema al tener que frenar y volver a arrancar en demasiadas ocasiones. Y también debo reconocer que en mi caso suele ser al revés y que quizá hoy debería haber ocupado el cajón de Sub45 pero la situación que denuncio empieza a hacerse un poco agobiante.
Y dicho esto, como quien no quiere la cosa se da la salida, algo que noto al ver al gentío moverse. Transcurren unos setenta segundos hasta que piso la alfombra que activa el chip y al tiempo activo el Garmin y, como ya he dicho a correr y, durante demasiados metros, a esquivar gente. En esta ocasión la vuelta por Alameda, Viveros, Blasco Ibáñez y Avenida de Aragón cambiaba de sentido así que al llegar a la rotonda de la Avenida de AragónManu Zafra, alma mater de los Rocafort Running quien, después de un tramo siguiéndome los pasos, daba un paso adelante y se convertía en mi referencia durante un buen tramo, hasta allá el kilómetro siete más o menos. Como podéis ver todo parecía ir según lo previsto; sin embargo una sombra se cernía sobre este espectacular paisaje. Y es que mis piernas, en especial, la derecha, que ya ayer habían avisado empezaban a dar muestras de cansancio (o carga) de manera preocupante...
A pesar de ello, sobrepasado el kilómetro seis a un ritmo de 4.32, y después de tomarme el breve tramo de descenso que desembocaba en el otro lado del cauce ya de vuelta hacia la zona de meta, a partir de ese punto, siguiendo la estrategia ya descrita intentaba dar una vuelta de tuerca y forzar el ritmo. Y digo intentaba porque esa punta adicional de velocidad no aparecía por ningún lado y a la vista de ello me tocaba, haciendo caso a los avisos de mis gemelos, bajar ligeramente el ritmo a la espera de tiempos mejores. De esta manera transcurren los tres kilómetros siguientes, del siete al nueve con ritmo de 4.35, 4.42 y 4.38. Malas noticias claro porque se esfumaba en este tramo la posibilidad de bajar de 45 minutos. Pero para ser positivo me quedo con que mentalmente he controlado en todo momento la situación y en todo momento he sido consciente de lo que iba ocurriendo de manera que ese menor ritmo no pasa de ser una respuesta a un mal momento en carrera.
Llegado al kilómetro nueve volvía a intentar un cambio de ritmo de cara a la recta final pero tampoco en este momento salían esos segundos extra así que controlando en todo momento el tiempo de carrera y con el objetivo de bajar al menos de los 46 minutos fui devorando los últimos metros de carrera y completé el kilómetro diez en 4.31. Los noventa metros extra que me marca el Garmin los dejaremos en el capítulo de las anécdotas...
Al final entrada en meta con un tiempo real de 45.51 que teniendo en cuenta esos metros de más suponen un ritmo medio de 4.33. La valoración que hago de ello es que a pesar de que esperaba un resultado un poco mejor me quedo con las buenas sensaciones de cabeza y con una cierta comodidad que solamente las molestias de la segunda mitad de carrera han quebrado. Y además me quedo con esa sensación de haber mantenido en todo momento el control sobre lo que estaba pasando y de haber respondido de una manera adecuada a esas circunstancias de carrera.
Al margen de todo ello, capítulo de agradecimientos para toda la organización que ha rozado, a mi juicio, el sobresaliente aunque con aspectos a mejorar como el del tallaje de las camisetas y la falta de XL que ha molestado a bastante gente y quizá un mejor ambiente en la salida (aunque creo que eso se ha debido a fallos en el sistema de megafonía), para los voluntarios que siempre están ahí contribuyendo a que disfrutemos de estos momentos mágicos, a los miles de compañeros que me han dejado compartir las calles de Valencia con ellos, disfrutando de esta pasión, a la gente del Rocafort Running (insisto en que sois la leche chic@s), a Rubén por seguir compartiendo afición (ahora, pasadas las Navidades, toca apretar), y muchísima más gente que me dejo por ahí. Acabo este primer ladrillo del año mostrando de nuevo mi orgullo por ser parte de este maravilloso mundo del running y con los habituales enlaces de siempre.... la semana que viene igual nos vemos por Sagunto y su Media. 



Perfil de la carrera: Ojo, son solamente 39 m de D+