lunes, 2 de diciembre de 2013

Volverán mis paseos por las alamedas

Mucho tiempo ha pasado desde la última entrada en este rincón donde no hace demasiado tiempo relataba de manera periódica mis andanzas, como modesto trail-runner la mayoría de las veces, o como transeúnte por esta aventura que algunos han dado en definir como vida. Han sido meses intensos y complicados con muchas novedades al final del periodo pero con pocas ganas de abrir mi alma en este espacio. Sin embargo, llevo ya un par de semanas tratando de encontrar el momento para reabrir mis alamedas al público y hoy, por fin, parece que ha llegado el momento. Espero que no sea una entrada puntual sino que se convierta en la primera de mil historias que vuelvan a fluir desde mis adentros pero eso es algo que solamente el tiempo nos lo aclarará. De momento me basta con reflejar aquí todo lo que hoy tengo por narrar y dejar que el tiempo decida cuál será la continuidad de este espacio...
Decía que han sido muchos los cambios que he vivido en estos meses; algunos de ellos llegué a contarlos aquí pero otros se quedaron en el tintero. Tampoco es cuestión de contarlos todo ahora, como una amalgama que se cuela en un breve escrito, así que me quedo con dos hechos que creo que son suficientemente aclaratorios de mi actual situación. El primero de esos cambios se llama CORREMON y es un proyecto ilusionante que, en compañía de uno de los protagonistas de varios de mis escritos, Rubén, emprendimos hará cosa de siete meses. Un proyecto que me ha ayudado mucho en una lucha abierta hace demasiado tiempo contra una creciente desmotivación en mi trabajo de casi toda la vida y que últimamente se convertía en serio problema. Un proyecto que de momento parece caminar firme hacia su consolidación en un camino lleno de obstáculos pero que vamos sorteando con cierta dignidad y con muchas ganas de hacernos con un nombre en este proceloso mundo de los negocios.
El segundo de esos cambios ha tenido lugar hace apenas un mes y ha sido, creo, una de las mejores decisiones que he podido tomar nunca. Dieciséis años de entrega a un proyecto de nombre Azulejos Mijares/Cerlat, un largo periodo que nunca podré olvidar a pesar de que a un larguísimo periodo de perfecta simbiosis le sucedían aproximadamente tres años de un deterioro progresivo en la relación que, desgraciadamente, iba paralelo a un deterioro similar en mi calidad de vida y que acabaron finalmente en una salida del mismo que, a día de hoy, puedo calificar como más que acertado.
Como veis mi vida ha dado un vuelco radical pero a fecha de hoy la ilusión es mucho más fuerte que la lógica incertidumbre ante ese cambio y hoy puedo decir que después de un largo periodo de sombras el sol vuelve a lucir en lo más alto y que mucho más temprano que tarde volveré a disfrutar de esas cosas que antes me daban fuerza, en especial de ese espectacular mundo del trail que hace demasiado tiempo dejó de motivarme y que en breve volverá a formar parte de ese núcleo de mi existencia.
En fin, acabo ya, no sin antes agradecer a todos aquellos (y no voy a dar nombres) que en este periodo me habéis ayudado a resistir. Y lo hago con un grito de esperanza que a muchos de vosotros os sonará de algo: Run4Fun!!!

domingo, 3 de febrero de 2013

V Cursa Muntanya Torreblanca; de nuevo con dorsal


Espero que este logo de mucho de
que hablar los próximos años
Mucho tiempo ha pasado desde la última entrada en el blog y eso suele ser mala señal, algo que en esta ocasión también se cumple. Cierto es que no puedo decir que haya pasado nada malo, casi al contrario; las noticias positivas superan al lado oscuro pero no lo es menos que durante este largo mes sin competir los entrenamientos no han sido todo lo buenos que deberían haber sido. La Navidad por medio ha colaborado a ello y un periodo de mucho trabajo también ha puesto su granito de arena. Unámosle a ello una dosis de cierta perrería (quizá no sea la palabra más adecuada pero no se me ocurre otra) y cierto problemillas físicos y tendremos el cóctel perfecto que define este periodo de final de 2012 y principio de 2013. Pero bueno, como todo en esta vida parece tener solución parece que las cosas empiezan a funcionar un poquito mejor y de momento llevo diez días bastante buenos en relación a entrenamientos y temas relacionados con las carreras. Y así llegó el reestreno en carreras de montaña el domingo por las sendas de Torreblanca. Pero antes de entrar en esa historia me permitiréis que os cuente algo diferente pero que en estos momentos es el factor principal que tira de mi carro de la motivación: Corremón.

Hace ya bastante tiempo que en compañía de Rubén, "el veí", llevábamos dándole vueltas a la idea de desarrollar un proyecto relacionado con el mundo de las carreras, en especial con las de montaña. Pasaba el tiempo, hablábamos mucho de ello, parecíamos decididos a tirarlo adelante pero a la hora de la verdad no acababa de cuajar. Pero ahora ya es una realidad; bueno, será una realidad en cuanto acabemos de adecuar el local y podamos inaugurar, espero que en algo más de un mes. Corremón es, en esencia, una tienda de running especializada en la montaña; sin embargo, desde el primer momento, aquel en el que nos planteamos la posibilidad de abrir algo, tuvimos claro que no podía quedarse ahí. Y por eso creo que puedo decir que con Corremón pretendemos desarrollar un nuevo concepto de tienda especializada en trail. No voy a desvelar nada todavía porque queremos hacerlo cuando esté todo un poquito más avanzado (mantendremos la incógnita de momento), pero ya anticipo que pretendemos dar un servicio integral a corredores y clubs, ofreciendo un espacio diferente en el que se puedan desarrollar actividades en un espacio preparado para ello. Nosotros le llamamos el "Aula de Corremón" pero hasta aquí voy a leer.. En fin, pasamos por momentos difícil en los que parece una locura embarcarse en proyectos empresariales pero la ilusión mueve montañas (nunca mejor dicho) y con el aval de la ilusión y del conocimiento que tenemos del mundillo estamos seguros de poder ofrecer un proyecto diferente y alternativo a lo ya existente. Pretendemos ocupar un espacio que ya tiene dueños pero desde la base de llenar otros espacios que en estos momentos están huérfanos y que pueden ayudar a conseguir un enfoque más integral del servicio a la ingente cantidad de hombres y mujeres que día a día convierten el running en general y el trail en particular en una válvula de escape de todos los problemas que día a día nos acechan en estos tiempos convulsos.

Este dorsal debe marcar el inicio de un nuevo periodo
Y dicho esto, volvamos a Torreblanca. Después de un largo periplo de malas experiencias en el ámbito del running, de renunciar a alguna San Silvestre (eso sí, con la satisfacción del éxito organizativo y de participación de la San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre que montamos en Albentosa), de renunciar también al tradicional comienzo de temporada en el 10k Divina Pastora de Valencia, a cambio, eso sí, de un satisfactorio entrenamiento en los dominios del Tossal Gros que creo que marcó un punto de inflexión, los últimos diez días han venido marcados por el regreso de las buenas sensaciones en los entrenamientos que, si bien no han sido muy intensos, sí que comienzan a tener cierta carga de intensidad que poco a poco seguro que van dando resultado. Llegaba el fin de semana y tocaba meter un poquito de carga de trabajo; la idea era acumular dos sesiones de quince-dieciséis kilómetros, la primera de ellas por el circuito matahombres (tal y como empezamos a conocer al recorrido que empezamos a tener trillado por la zona de Paterna-La Vallesa) se desarrollaba el sábado en compañía de Tomás (Alfonso, el otro habitual del mismo nos dejaba abandonados al estar recuperándose de un inoportuno esguince en pleno GR10 Extrem) que como suele ser habitual acabábamos completando a ritmos superiores a los que habíamos planeado, y superiores a los que imponía la prudencia. Lo que en un principio se planteaba a ritmos cercanos a los seis minutos por kilómetro acababa en un resultado que se refleja en este enlace al Garmin Connect. Y con ese esfuerzo en las piernas, después de siete días de intenso entrenamiento que en cualquier momento podía pasar factura llegaba el domingo en el que tocaba volver a ponerse un dorsal. Lejos, muy lejos, estaba el lugar elegido; menos mal que en este caso iba acompañado, nuevamente por Tomás, así que en un ratito nos plantábamos en Torreblanca dispuestos a recoger el dorsal y hacer tiempo hasta el momento de la salida. Una enorme alegría el volver a ver tantas caras conocidas con las que hacía tiempo que no coincidía: el maestro Rafa Murcia que no se pierde una, acompañado por Adrián al que espero ver pronto delante de la cámara fotográfica, Zapa, otro grande como Ritxi al que vi mejor de lo que esperaba, Kineta a la que apenas pude "saludar" en su entrada en meta, y así podría estar citando a muchos....

Bonito grupo, sí señor
El día se presentaba complicado por el fuerte viento que soplaba y que me recordó que pese a lo que parece seguimos estando en pleno invierno; la sensación térmica era al principio de frío aunque en realidad la temperatura era superior a la que parecía. Pero el problema era el viento; qué poco me gusta cuando sopla y el domingo lo hacía con fuerza así que íbamos a tener que lidiar con él. En fin, el caso es que un breve calentamiento dio paso a una sesión de fotos, de la que dejo una nuestra en muy buena compañía. Y así llegó el momento de la salida. El objetivo estaba claro; salir tranquilo y llegar también tranquilo, siempre pendiente de las sensaciones y tratando de disfrutar al máximo esta nueva experiencia por montaña. Mi intención era hacer la carrera completa con Tomás pero a la vista del perfil de salida éste ya se había autoconvencido de que al principio iba a quedarse así que decidí salir a la mía con el convencimiento de que finalmente Tomás me alcanzaría. Y así fue; en el momento de darse la salida, tras un brevísimo callejeo por el pueblo de inmediato giramos a la derecha en dirección a la carretera nacional que cruzamos por debajo y en ese momento se iniciaba un tramo que iba picando hacia arriba de manera suave y que, como suele ser norma al inicio de las salidas, se le atragantó a Tomás. En ese momento abandoné su compañía y seguí con una marcheta tranquila que se quebró allá por el kilómetro 1,3 momento en el que se formó un tapón de cierta importancia. Me permitiréis que aproveche esta circunstancia para reprender a todos aquellos que aprovechan estas situaciones para hacer gala de su enorme capacidad para el recorte. Al margen de una falta de respeto para el resto de los que sufrimos el tapón creo que deberían pensar en que no es de recibo transitar por zonas distintas a las marcadas por la organización, dejando con ello su huella en terreno que nunca se sabe qué puede contener. Y ya de paso nuevo toque de atención a los cochinos que dejan impronta de su paso por las carreras en forma de envoltorios de geles abandonados en las sendas (en esta ocasión pude comprobar allá por el doce, poco después del último avituallamiento y coincidiendo con el inicio de la última subida, cómo tres restos de geles se amontonaban en apenas cincuenta metros)...
Volviendo a la carrera, en el momento del tapón pude hacerme una idea clara de dónde iba Tomás así que superado éste afronté el primer tramo de subida, que nos llevaría hasta prácticamente el kilómetro tres, con la tranquilidad prevista y siempre pensando en que Tomás me pillase y poder hacer la carrera en compañía. Llegamos arriba y seguía sin noticias de éste así que decidí olvidarme de él con la certeza de que antes o después acabaría alcanzándome. De momento las cosas iban bien; esta primera subida, aún sin forzar, la había superado con bastante alegría y sin problemas físicos derivados de estos días pasados, catarro incluido. Se iniciaba aquí un descenso prolongado de algo más de kilómetro y medio que también me tomé con calma, siempre siguiendo la estela de la gente que me precedía pero sin intención de forzar ningún adelantamiento a pesar de que ahora sí, iba bastante cómodo, quizá algo más de lo deseable. Y así, finalizado el descenso enseguida llegó el primer avituallamiento y el kilómetro cinco, que transité en 37.40 y muy bien de piernas.
Otro momento de la carrera
Se abría aquí un largo tramo de prácticamente ocho kilómetros bastante corredor, mayoritariamente por buenas sendas y agradable de correr, con la excepción de una tachuela de aproximadamente un kilómetro allá por el siete. Un tramo de los que me gustan y que va "toboganeando" de manera continua y que se hace ameno al tener que ir cambiando de ritmo de manera continuada. Y así, sin noticias de Tomás fui dando cuenta del mismo, a ritmos que siempre estaban cercanos a los seis minutos por kilómetro y con cierta sensación de suficiencia que se completaba con la ausencia de molestias de entidad. Y en esas estaba cuando superé el kilómetro diez, marcando en el segundo cinco mil un tiempo de 32.18. Convencido de que Tomás no podía estar demasiado detrás seguía con paso decidido hacia delante y poco después ya pude observar a éste bastante cerquita por detrás. Coincidiendo con el segundo avituallamiento, en pleno "repecho" llegó el primer aviso muscular de cierto cansancio así que decidí tomarme un respiro hasta que me diese caza Tomás (algo que igual iba a suceder) para poder recuperar y pegarme a él cuando esto ocurriese. Y efectivamente enseguida, superado el kilómetro once se produjo el encuentro. A partir de ahí sabía que, quitando el tramo de subida en el que seguro que me iba a dejar marcar el ritmo, la carrera se iba a convertir en una persecución al compañero así que me dispuse a ello... 
Poco después de cruzar la carretera,
momento de ritmos vivos pero sin perder la sonrisa.
Foto de Adrián Murcia
Llegábamos al momento de inicio de la última subida del día y la verdad es que ese breve tramo en compañía de Tomás me había servido para recuperar las sensaciones y abandonar esas molestias que habían amagado con aparecer breves momentos antes. La subida era complicadilla y constaba de tres tramos de ascenso. Un primer tramo de apenas cuatrocientos metros al trece por cien, con un brevísimo descanso de apenas cien metros que nos dejaba a los pies de otro repecho de apenas doscientos cincuenta metros al dieciocho por ciento, para acabar con un último esfuerzo después de cuatrocientos metros de "recuperación", esfuerzo más suave que nos dejaba al final de la subida después de una cuesta de esas "rectas" pero no demasiado dura al final de la cual nos detuvimos brevísimamente para hidratar un poquito el cuerpo y afrontar, ahora sí, la parte final. Lo que quedaba hasta meta era un descenso de aproximadamente 2200 metros, inicialmente algo más técnico aunque mucho menos de lo anunciado y que nos dejaba a la altura de la autovía, que cruzamos por un paso subterráneo. En estos momentos el amigo Tomás ya había tomado el mando de las operaciones y empezaba a imponer un ritmo alto que por momentos me costaba seguir. Y así llegamos al quince, donde el terreno ya se suavizaba y se dejaba querer; y claro, a meterle caña al cuerpo, de manera que este kilómetro lo superamos en 4.29. Y hasta aquí, en el momento del giro para entrar en la recta de meta solamente quería una cosa, disfrutar del momento así que baje el pistón para cubrir esos últimos ciento cincuenta metros "escuchando" a mi cuerpo y disfrutando del momento de completar esta carrera que por todo lo dicho espero sea un punto de inflexión y preludio de buenos momentos. Al final entraba en 1.52.25, por debajo de siete minutos el kilómetro que era un poco el listón marcado y que fue guiando mis pasos desde prácticamente el inicio. Así, con la satisfacción del deber cumplido y con la de comprobar que muscularmente estaba muy entero, dimos cuenta de manera rápida pero intensa del buen avituallamiento de meta y al poco tiempo, después de comprobar la entrada en meta de Rafa y de Kineta (a la que achuchamos un poquito, la verdad) emprendimos camino de vuelta a casa pensando en nuevas metas. Y es que el 24 de febrero está ahí, a la vuelta de la esquina, con Espadán esperando amenazante. Tiempo habrá de contarlo... de momento los habituales enlaces a mis datos en carrera.


Perfil de la carrera en Wikiloc