domingo, 14 de octubre de 2012

XVIII Gran Fons de Paterna... ¡subidón!


Cartel de esta edición
Después del mal día que pasé el martes por tierras de Meliana (a nivel resultado, claro) el resto de la semana ha venido marcada por las dudas. La sensación de que los entrenamientos no se estaban asimilando iba "in crescendo" y, con ello, las dudas de cara a la ya próxima Maratón de Valencia también iban incrementándose de manera significativa. Pese a ello durante la semana seguimos intentando cumplir al máximo la planificación prevista, si bien es cierto que en la sesión del jueves opté por limitarme a rodar en compañía de los RR a ritmos más que suaves con la única intención de soltar piernas, renunciando por ello a la cita en el río con el grupo de entrenamiento. Después de esa suave sesión del jueves decidí respetar el descanso del viernes y centrarme en las dos "citas" previstas para el fin de semana, el largo que esta vez pasaba al sábado y la carrera de Paterna del domingo. Así pues el viernes, ya en el pueblo para pasar el fin de semana aprovechando la festividad del viernes, fue de total y absoluto relax, algo que esperaba me sirviese para recobrar fuerzas en todos los sentidos. Pese a ello, tampoco la salida del sábado fue precisamente alentadora; pese a que físicamente no me encontré mal, la motivación fue escasa así que tampoco acabé cumpliendo las expectativas para ese día. Como veis la cosa no pintaba demasiado bien para el domingo y, con ello, seguía planteándome muchas, demasiadas quizá, cosas de cara a la MDP...


Para conocer los orígenes de la Vila de Paterna hay que trasladarse a los yacimientos que existen en La Vallesa y Despeñaperros, donde se encuentran restos arqueológicos pertenecientes al Neolítico y a la Edad de Bronce. Estos yacimientos evolucionaron alcanzando cierta relevancia en la época ibérica.
Con la llegada de los romanos se inicia un cambio en las formas de vida. Es durante este periodo, según las crónicas, cuando se configura la toponomía originaria de Paterna y que haría referencia a "paternus" o perteneciente al padre, referido al estatus social y jurídico que ocuparía el dirigente dentro de la comunidad.
En la época musulmana, Paterna adquiere cierto esplendor sobre todo a través de su cerámica y su actividad manufacturadora. También se observa un mayor desarrollo de la agricultura introduciendo cultivos desconocidos hasta el momento como el arroz, la morera y la caña de azucar.
Durante los siglos XIII al XV la población de Paterna tendrá a los Luna como señores feudales. Es una época en la que actividad ceramísta es muy importante figurando en distintos palacios y centros de poder europeo. Merecen especial atención los socarrats que son utilizados para decorar las casas y que conforman una señal de identidad paternera.
A inicios del siglo XX, Paterna estaba poblada por 3.500 habitantes, pero el número irá rápidamente en aumento hasta los 64.000 actuales. Durante los años 50 y 70 se produce una gran corriente de inmigración debido a la elevada demanda laboral que genera el Polígono Fuente del Jarro.
El municipio se convertirá en un importante núcleo industrial y de servicios a través de los diferentes polígonos industriales que culminará con la creación del Parque Tecnológico destinado a los últimos avances en tecnología. A todo esto hay que añadir la extraordinaria importancia que Paterna ha adquirido en el sector servicios gracias a su extenso término municipal que incluye nuevas y prominentes áreas residenciales que se han convertido en verdaderos núcleos de población como La Canyada, Terramelar, La Coma, La Creu de Gràcia i Mas del Rosari, Lloma LLarga y Valterna.


Y éste es el de la primera edición,
allá por el año 1995 nada menos
Organizado, entre otros, por el C.A. Cárnicas Serrano, uno de los clubs de referencia del atletismo en el País Valencià, el domingo se disputaba la decimoctava edición del Gran Fons Vila de Paterna. Lejos ha quedado ya 1995, año de inicio de esta tradicional prueba dentro del calendario de carreras populares de la zona y cuyo cartel dejo a modo de curiosidad en esta entrada. Es una prueba de esas a las que desde mi inicio en el mundillo del running, y más aún desde que empezaron mis internadas por el asfalto, "tenía ganas". Por ello este año no me lo pensé más y decidí ser de la partida. Así pues el domingo tocaba madrugar porque había que bajar del pueblo y llegar con tiempo suficiente para recoger a Rubén, quien finalmente, y a pesar de acudir a la carrera, no fue de la partida, y encontrar plaza de aparcamiento, algo que se me antojaba complicado por el elevado número de inscritos a la carrera. El caso es que llegamos con tiempo a Paterna, pudimos aparcar sin demasiadas dificultades y ello hizo que tuviésemos tiempo de sobra para el "tallaet" de rigor, para saludar a algún conocido y para palpar el ambiente y, de paso, hacer un reconocimiento somero de parte del inicio del recorrido. ¿Calentar?, pues en esta ocasión me salté el trámite ya que el objetivo de la mañana pasaba por hacer la rodada tranquila que inicialmente tocaba el sábado. A pesar de que las banderas de la zona avisaban de la presencia de un viento que podría ser molesto lo cierto es que a nivel de asfalto no parecía tanto. De hecho puedo anticipar que las condiciones meteorológicas fueron durante la mañana de ayer casi perfectas para correr, con una temperatura más que agradable donde el calor no llegaba a molestar lo más mínimo.

El caso es que así, sin presiones de ningún tipo y disfrutando del ambiente y de la gente, me planté en la zona de salida donde coincidí con el amigo Canh, a quien ya había podido saludar en la zona de entrega de dorsales y con quien iba a "compartir" los momentos previos y, posteriormente, la parte inicial de la carrera. Como ha quedado dicho hoy tocaba disfrutar sin objetivo ninguno más allá de intentar, si ello era posible, reencontrar mis buenas sensaciones, desaparecidas hace algún tiempo, y seguir adaptándome a ese asfalto que tanto me cuesta. Quizá por ello tuve, tuvimos, que volver a sufrir en la salida a esa gente que siempre se coloca fuera de sitio, y que acaba estorbando claramente por ubicarse fuera de su lugar en las salidas. Iniciada la marcha, la carrera empezaba por dar una pequeña vuelta de un par de kilómetros por las calles de Paterna para volver a la línea de salida donde ya enfilaríamos rumbo a la Cañada. A pesar de lo dicho siempre es complicado encontrar el ritmo deseado en estos primeros momentos donde la masa hace que te aceleras más de la cuenta. Por ello, y ayudado por un perfil favorable durante los primeros metros, transité los dos primeros kilómetros a un ritmo aproximado de 4.50, haciendo la goma con Cahn quien poco después se adelantaría ligeramente pasando a ser compañero en la distancia, y ello a pesar de que a partir de los quinientos metros, más o menos, empezamos a sufrir lo que iba a ser una primera mitad de carrera de las duras. Casi al final de esta primera vuelta pude saludar a la amiga Laura, que tampoco se pierde una, y que con muy buen criterio sigue sin entender qué hago preparando una maratón (en fin, son cosas que pasan). Por cierto, aprovecho ahora para saludar desde aquí al amigo Manuel Tarín a quien la propia Laura tuvo el detalle de presentarme al acabar la carrera.
Pero sigamos con la carrera; poco después del paso por meta tras dar buena cuenta de ese circuito pequeño, llegábamos al kilómetro dos en pleno descenso que iba a ser preludio de un par de kilómetros de continuos toboganes que nos dejarían allá por el cuatro al pie de una subida que durante cuatro kilómetros iba a ser compañera casi constante de todos nosotros. A lo largo de estos dos kilómetros que nos llevaban al cuatro (y que posteriormente recorreríamos en sentido contrario para llegar a meta) continué marcándome un ritmo superior al inicialmente previsto pero en el que me encontraba cómodo, algo inferior al listón de los cinco minutos por kilómetro, 4.59 y 4.45 fueron los dos parciales de este tramo. Buenas sensaciones pese a que las piernas no iban frescas, como ya imaginaba, me acompañaban para afrontar, ahora sí, la parte más dura del recorrido, cuatro kilómetros hasta La Cañada que nos llevarían desde los 41 metros, cota mínima de la carrera, en los que empezaba hasta la cota máxima de 118 metros un poquito más allá del ocho. Sabedor de lo que venía aunque sin conocer el recorrido, y dado que las cosas parecían rodar medio bien, me planteé un nuevo objetivo para este tramo, el de rodar cerca de ese ritmo de cinco el kilómetro hasta arriba. Y casi lo consigo; de hecho los tres siguientes parciales a 5.03, 5.07 y 5.04 dan buena fe de ello. Más difícil fue el ocho; las piernas daban muestras de flaqueza así que decidí bajar un poquito el ritmo para tratar de llegar arriba sin quemar todas las naves. Durante este kilómetro me alcanza Jorge, compañero de club pero que en esta ocasión iba de incógnito y, me temo, que con un dorsal de otro por cuanto no aparece en la clasificación final, quien intentó que me uniese a su ritmo, no demasiado superior al que llevaba yo, aunque acabé por descartar la propuesta ya que preferí seguir a mi ritmo y escuchando los mensajes de mis piernas y mi cabeza. También en este tramo recibo el apoyo de un atleta del C.A. Puçol a quien no reconocí pero que se declaró seguidor del foro (si lees esto espero que te identifiques). Bueno, el caso es que al final conseguí llegar arriba, con un parcial en este kilómetro de 5.34 pero con las piernas en condiciones, creía yo, para seguir adelante.

Entrada en meta (Cortesía de Rubén, "el veí")
Empezaba en este punto una nueva carrera donde tocaba bajar lo subido. Pese a ello preferí ser cauto, un poco por desconocimiento del perfil real y un mucho por precaución no fuera a ser que mis piernas acabaran por dejarme tirado, y no incrementar demasiado la marcha. Así, el noveno kilómetro, claramente descendente lo pasé en 4.46, muy cómodo, y el siguiente, también en ligero descenso, en 4.48. En este punto todavía me encontraba sorprendentemente entero y con buen ánimo; incluso las piernas seguían funcionando decentemente así que seguí a la misma marcha durante el once, 4.49. El siguiente kilómetro ya era menos favorable y, ante la perspectiva de que todavía quedaba un tramo, que anteriormente hicimos en bajada, de "considerable" subida, bajé un poquito el ritmo para clavar el doce en 5.01, y el trece ligeramente más favorable, coincidiendo en parte con el tramo de subida que afrontábamos en el cuatro pero en sentido contrario, en 4.51. Llegados a este punto tocaba apretar los dientes y afrontar los dos últimos kilómetros que iban a ser complicados, especialmente el catorce por cuanto teníamos que dar cuenta de un corto pero intenso repecho que nos dejaría ya en la zona de toboganes que nos llevaría a meta. Transitado este kilómetro catorce en 5.13 me armé de valor para intentar apretar un poco de cara al último kilómetro y, así, pese a que el repecho final se hizo durillo, pude acabar el último kilómetro en 4.42, el mejor parcial de la carrera, algo que creo que confirma la sensación que tenía en aquel momento de haber acabado la carrera sorprendentemente entero, sin llegar a poder decir que sobrado pero sí con fuerzas en la recámara. Al final, un tiempo en mi cacharro de 1.14.47 para 15080 metros a un ritmo ligeramente inferior a 5.00, mucho mejor de lo previsto y esperado.

Como epílogo, y a modo de conclusión, comentar que después de unas horas desde que acabé la carrera creo que el hecho de rodar a ritmos tan cercanos a los que tengo previsto en la maratón, y ello a pesar de la dureza del recorrido, y de hacerlo con esa relativa suficiencia me da mucha moral de cara a lo que está por venir. Quedan cinco semanas para la gran cita y en medio un par de pruebas en forma de medias (Valencia y Alzira) pero espero que el fin de semana que viene pueda confirmar con una táctica similar a la de ayer esa cierta suficiencia con la que ayer lo hice a pesar de los inconvenientes que planteaba la carga de trabajo acumulada. Espero que esa prueba de fuego del domingo por las calles de Valencia salga bien y refuerce un poquito más esas buenas sensaciones de ayer por Paterna. Sé que mi "velocidad" no está en su mejor momento pero poder rodar como ayer a ritmos cercanos al objetivo fue importante. En fin, ya os contaré cómo va esa prueba del domingo pero eso será otro día. Os dejo con los enlaces de siempre. 


Perfil en Wikiloc; engañoso como siempre
en asfalto pero significativo

1 comentario:

Trapatroles dijo...

La he corrido muchas veces y es durilla aunque bella en el tramo de La Canyada. Buen registro disfrutando y excelente crónica