Llevaba mucho tiempo sin visitar este rinconcito donde voy desgranando mis vivencias en el mundo del running, las más de las veces, y en otros ámbitos, las menos. Casi cuatro semanas separan el día de hoy de mi última entrada en el blog y eso no es muy habitual. Y no será que no han ocurrido cosas pero lo cierto es que entre cierto desánimo vital y pocas alegrías que contar no acaba de hallar el momento de entrar a este rincón que en este momento debería servirme de desahogo....

Entrábamos en la semana decisiva con las pilas cargadas y con muchas ganas de alcanzar el 18N. Una semana de tranquilidad, con la satisfacción del trabajo bien hecho y con ese objetivo ya conocido de bajar de las 3.30 me dejaban en la línea de salida de la MDP donde me aprestaba a dejarme la piel para conseguir ese objetivo. La crónica, desgraciadamente, será breve; trece kilómetros de muy buenas sensaciones, corriendo siempre en plan amarrategui, a ritmo de cinco el kilómetro, controlando en todo momento el mismo y sintiendo muy buenas piernas se fueron al traste en ese momento en el que un pinchazo en el abductor fue preludio de una breve pero desagradable "paseo" hasta el diecinueve, momento en el que, aprovechando la cercanía de casa y la presencia de la familia y amigos, puse "pie a tierra" y abandoné una aventura que me había costado sangre y sudor en abundancia aunque no lágrimas y que acababa de la peor manera posible. Fue una decisión dolorosa, y ello a pesar de que tuve veinte minutos para asimilarla desde el momento en que tuve claro la misma; sin embargo creo que fue la acertada. No hacerlo hubiera supuesto con mucha probabilidad agravar una dolencia que, al final parece quedar en un pequeño susto y que, después de cinco días de reposo, va quedando poco a poco atrás, lo que me permite seguir adelante. No obstante, pese a no ser finisher, sí que me considero legimitado para, siempre de manera constructiva, meterle caña a la organización, y no por esa salida nula producto de vete a saber qué extrañas circunstancias. Señores de Correcaminos, creo que están olvidando la importancia que para este evento, como para casi todos, tiene el corredor popular: al final de la corrida nos ha tocado pagar una cantidad importante en momentos como los actuales, complicados. Y a cambio recibimos una camiseta de mala calidad, una bolsa de plástico llena de papeles y un "Buff". Personalmente entiendo una parte imprtante del trabajo de marketing se fue al garete con el tema de la bolsa de plástico, mal llamada Bolsa del Corredor. La carrera fue un éxito, sí, pero no olviden nunca que si casi llegamos a juntarnos diez mil runners no es por esa pequeña parte, importante pero pequeña, de corredores de "élite". Creo que deberían reflexionar porque de lo contrario muchos de los que allí estuvimos nos plantearemos seriamente volver a formar parte de un evento que tiene un gran potencial pero que necesita algo más que una llegada espectacular para motivarnos.
Y después de la MDP, ¿qué?. Como ya he dicho, cinco días de reposo dieron paso al sábado en el que tuve la suerte de contar con dos amigos que se convirtieron en compañeros y aliados para poder completar una salida de algo más de dieciséis kilómetros que testaron mi pierna y mi cabeza con resultado positivo. Ese sábado, por tierras de Paterna, La Vallesa y La Canyada, y en compañía de Alfonso "Titonarman", y Tomás "Canh", volví a creer en que la MCS era posible, aunque siempre con un objetivo claro de terminar sin forzar. Después llegó Serra, este domingo, y su K25, donde pude disfrutar del mundo del trail desde la perspectiva del colaborador o voluntario, donde pude disfrutar del enorme placer de ver pasar, uno a uno, cada cual con sus circunstancias, a los más de trescientos corredores que, al paso del 22 dejaban un collage de sufrimiento, dolores, problemas físicos que pese a todo se resumía en una palabra, ILUSIÓN. Pocas veces he disfrutado tanto de las carreras como esa mañana y eso también me reforzaba en las ganas de seguir adelante, buscando nuevos retos y nuevas aventuras que vivir. Y así hasta hoy, con una semana en la que sin forzar más de la cuenta pero disfrutando como hace tiempo que no hacía del placer de correr sin más objetivo precisamente que disfrutar...

¿Lo demás?. Creo que lo único que importa es la familia y los amigos. Tengo el firme propósito de que los problemas en el trabajo dejen de serlo fuera de la jornada laboral. Es difícil, lo sé, y más siendo como este humilde narrador es, pero me siento maltratado por gente que, hasta ahora, más allá de jefes consideraba compañeros e, incluso, algo parecido a amigos, y que en los últimos tiempos me han maltratado dejándome en una cuneta, maltratado y, en cierta manera, despreciado. Pese a ello seguiremos adelante, tratando de desarrollar un trabajo adecuado que me permita sentirme orgulloso de mí mismo y poder presentarme con la cabeza bien alta delante de la gente que quiero y que, estos sí, me quieren. No me tumbarán; es más, de este periodo de "depresión" (no en el sentido literal de la palabra) acabará saliendo lo que estoy convencido que será el proyecto que marcará un antes y un después en mi vida.
En fin, parece que me he adelantado un mes porque esto bien podría ser una declaración de intenciones de cara al 2013 pero necesitaba hacerlo ahora, cuando las ganas me han permitido volver a entrar en este trozo de alma que voy desgranando entrada a entrada. Gracias a todos los que seguís este blog porque también vosotros, en cierta manera, formáis parte de este proyecto vital y me dais soporte y apoyo para seguir adelante.
Ah, y el domingo....¡¡¡¡montaña!!!!
4 comentarios:
Ánimo Tinyo, los problemas laborales al margen, tienes a la familia, los amigos y los compañeros de carreras.
Un abrazo.
Bueno, pues es una entrada "durilla", pero como digo yo siempre..."para atrás ni para coger impulso" así que a partir de ahora hacia delante.
Si ha servido de algo mi compañía y la de Tomás ese Sábado para animarte me alegro muchísimo!
Un saludo y nos vemos en la montaña!
Alfonso (Titonarman)
Muchísimo ánimo. Creo que pese a todo lo negativo que expones, se deja leer entre líneas una vitalidad y una fuerza arrolladora que te permitirá cumplir tus sueños. Todos nos vemos en ciertos momentos en una encrucijada en la que hay que elegir y tú pareces tener las cosas claras, así que no me cabe duda que todo irá bien. Suerte en la montaña! Un besazo
Ramón, muchas gracias por tus ánimos y por seguir el blog.
Alfonso, ya puedes dar por seguro que esa salida del sábado fue el inicio de una nueva etapa en la que, seguro, compartiremos algún reto.
Celina, muchas gracias, palabras como las tuyas ayudan más de lo que podemos llegar a pensar.
Un abrazo a todos
Publicar un comentario