lunes, 9 de enero de 2012

10K Divina Pastora 2012; asfalto para empezar un año con buenas perspectivas

Algo más de cuatro largos años han pasado desde el día en el que podemos "ubicar" mi debut en este mundillo del running. Es cierto que allá por el 2005 hice mis pinitos en alguna marcha de montaña en plena preparación para ese mágico Camino de Santiago que completé en el verano de ese año, pero no fue hasta finales de 2007 cuando empecé a participar de manera habitual en carreras, al principio únicamente de montaña y después también por la Senda Negra. Todavía recuerdo el frío que hacía ese día de noviembre de 2007 en Benicassim y la larga travesía por las montañas del Desert de les Palmes hasta completar la Marxa de Benicàssim, después de hollar las cimas de La Balaguera y del Bartolo (¡qué bien ha quedado esto, leches!). Muchas, muchísimas han sido las vivencias relacionadas con este mundillo que me ha tocado vivir desde entonces; alguna de ellas mala, afortunadamente la inmensa mayoría muy buenas. Y desde entonces aquí seguimos tratando de dar el callo y de mejorar día a día dentro de las limitadas posibilidades de este, como ya me he definido en otras ocasiones, "modesto runner". Pues bien, después de este ya largo periodo metido en el mundillo de las carreras populares hoy tocaba empezar un nuevo año y lo hacía, como en los dos anteriores con el objetivo de completar el 10K Divina Pastora de Valencia, en mi "odiada" senda negra. Algo que ya se ha convertido casi en tradición después de tres años para empezar el año y que espero poder seguir haciendo durante mucho tiempo.
La jornada empezaba ayer, después de un largo periodo navideño que al final siempre acaba dejando huella, con la recogida del dorsal en el Complejo Municipal de la Petxina. Aprovechando que había que cumplir el trámite, me calcé las zapatillas y realicé una última rodada antes de la carrera por la zona del cauce del Turia, rodada que pese a las buenas sensaciones generales ya me dejaba alguna pista de lo que iba a ocurrir en la mañana de hoy. Finalizado el rodaje a las puertas de la Petxina recogí los dorsales, el mío y el de Rubén, disfruté brevemente del ambiente que se respiraba por allí y, después de una breve charraeta con Fede, de vuelta a casa a prepararse para la mañana siguiente...

A la derecha el dorsal,
a la izquierda el diploma
Y esta mañana a las 07.15 sonaba el despertador y con mucha pereza encima me ponía manos a la obra para preparar las cosas y empezar la peregrinación, esta vez en taxi, hacía el Paseo de la Alameda donde se ubicaban la salida y la meta de esta carrera. Para la ocasión teníamos cita con los amigos del Rocafort Running y su carpa VIP que amablemente habían puesto a nuestra disposición así que al llegar lo primero que tocaba era localizar a Fede y de ahí a la carpa a empezar a vivir el ambiente "precarrera". Gran ambiente el que se respiraba en la carpa, compartida con la gente de "A les Nou" de Godella, preludio de lo que iba a ser una nueva mañana de magia por las calles de Valencia. Debo aclarar que en esta ocasión, y que el gran boss me lo perdone, había decidido correr con los colores azules del Rocafort Running gracias al regalo de la camiseta que me hacía Fede, y como muestra de agradecimiento por todos los detalles que tienen con este humilde corredor cada vez que compartimos un rato, ya sea corriendo o de cháchara por esas carreteras y sendas del mundo. En fin, el caso es que entre risas y anécdotas se hacía la hora de empezar a calentar así que manos a la obra y a tratar de afinar el cuerpo y, sobre todo, las piernas para intentar completar una buena carrera. Después del calentamiento que me dejaba confiado en mis posibilidades a ubicarme ya en la línea de salida, esta vez en el box de las pulseras negras, el del Sub50. Y me permitiréis aquí que vuelva a criticar algo que para mí no tiene sentido; ¿por qué hay tanta gente que se coloca en la salida tan por delante de sus posibilidades reales?. Al final toda esta gente no hace más que molestar a otra gente que no tiene más remedio que convertir sus primeros instantes de carrera en un verdadero zig-zag al tener que rebasar a estos corredores que en un ejercicio de poca responsabilidad han ocupado posiciones en la salida demasiado adelantadas para sus posibilidades, convirtiendo estos primeros compases de carrera, ya de por sí complicados, en una verdadera trampa llena de riesgos y en un tremendo problema al tener que frenar y volver a arrancar en demasiadas ocasiones. Y también debo reconocer que en mi caso suele ser al revés y que quizá hoy debería haber ocupado el cajón de Sub45 pero la situación que denuncio empieza a hacerse un poco agobiante.
Y dicho esto, como quien no quiere la cosa se da la salida, algo que noto al ver al gentío moverse. Transcurren unos setenta segundos hasta que piso la alfombra que activa el chip y al tiempo activo el Garmin y, como ya he dicho a correr y, durante demasiados metros, a esquivar gente. En esta ocasión la vuelta por Alameda, Viveros, Blasco Ibáñez y Avenida de Aragón cambiaba de sentido así que al llegar a la rotonda de la Avenida de AragónManu Zafra, alma mater de los Rocafort Running quien, después de un tramo siguiéndome los pasos, daba un paso adelante y se convertía en mi referencia durante un buen tramo, hasta allá el kilómetro siete más o menos. Como podéis ver todo parecía ir según lo previsto; sin embargo una sombra se cernía sobre este espectacular paisaje. Y es que mis piernas, en especial, la derecha, que ya ayer habían avisado empezaban a dar muestras de cansancio (o carga) de manera preocupante...
A pesar de ello, sobrepasado el kilómetro seis a un ritmo de 4.32, y después de tomarme el breve tramo de descenso que desembocaba en el otro lado del cauce ya de vuelta hacia la zona de meta, a partir de ese punto, siguiendo la estrategia ya descrita intentaba dar una vuelta de tuerca y forzar el ritmo. Y digo intentaba porque esa punta adicional de velocidad no aparecía por ningún lado y a la vista de ello me tocaba, haciendo caso a los avisos de mis gemelos, bajar ligeramente el ritmo a la espera de tiempos mejores. De esta manera transcurren los tres kilómetros siguientes, del siete al nueve con ritmo de 4.35, 4.42 y 4.38. Malas noticias claro porque se esfumaba en este tramo la posibilidad de bajar de 45 minutos. Pero para ser positivo me quedo con que mentalmente he controlado en todo momento la situación y en todo momento he sido consciente de lo que iba ocurriendo de manera que ese menor ritmo no pasa de ser una respuesta a un mal momento en carrera.
Llegado al kilómetro nueve volvía a intentar un cambio de ritmo de cara a la recta final pero tampoco en este momento salían esos segundos extra así que controlando en todo momento el tiempo de carrera y con el objetivo de bajar al menos de los 46 minutos fui devorando los últimos metros de carrera y completé el kilómetro diez en 4.31. Los noventa metros extra que me marca el Garmin los dejaremos en el capítulo de las anécdotas...
Al final entrada en meta con un tiempo real de 45.51 que teniendo en cuenta esos metros de más suponen un ritmo medio de 4.33. La valoración que hago de ello es que a pesar de que esperaba un resultado un poco mejor me quedo con las buenas sensaciones de cabeza y con una cierta comodidad que solamente las molestias de la segunda mitad de carrera han quebrado. Y además me quedo con esa sensación de haber mantenido en todo momento el control sobre lo que estaba pasando y de haber respondido de una manera adecuada a esas circunstancias de carrera.
Al margen de todo ello, capítulo de agradecimientos para toda la organización que ha rozado, a mi juicio, el sobresaliente aunque con aspectos a mejorar como el del tallaje de las camisetas y la falta de XL que ha molestado a bastante gente y quizá un mejor ambiente en la salida (aunque creo que eso se ha debido a fallos en el sistema de megafonía), para los voluntarios que siempre están ahí contribuyendo a que disfrutemos de estos momentos mágicos, a los miles de compañeros que me han dejado compartir las calles de Valencia con ellos, disfrutando de esta pasión, a la gente del Rocafort Running (insisto en que sois la leche chic@s), a Rubén por seguir compartiendo afición (ahora, pasadas las Navidades, toca apretar), y muchísima más gente que me dejo por ahí. Acabo este primer ladrillo del año mostrando de nuevo mi orgullo por ser parte de este maravilloso mundo del running y con los habituales enlaces de siempre.... la semana que viene igual nos vemos por Sagunto y su Media. 



Perfil de la carrera: Ojo, son solamente 39 m de D+

2 comentarios:

Rubén (El veí) dijo...

Sí míster, anem a apretar que enguany hem de fer moltes coses!

Anónimo dijo...

Estupenda crónica personal donde detallas con exactitud una experiencia con tu nuevo club de asfalto a partir de ahora el Rocafort Running. Me alegro que hayas disfrutado y compartido con nosotros un detalle de la organización de la 10k con esa carpa team village junto a la línea de salida que ha sido el lugar de concentración y de reencuentros, esperando coincidir en otras tantas carreras donde compartir buenos ratos. Que te recuperes pronto porque tu fuerza ya se que son las etapas de montaña.Un abrazo campeón y sigue......paseando por las alamedas que te acompañaremos en alguna de ellas. Manu Zafra