domingo, 23 de diciembre de 2012

Un mal final de año que remontamos poco a poco... parte 2



Segunda edición de la SanSil
montañera de Sot de Ferrer
... decíamos ayer que el fin de semana había empezado con la San Silvestre de Riba-Roja el viernes noche y, sin solución de continuidad, el sábado con una salida "rodaoreta" con el amigo Tomás Moreno, Canh, por tierras de Paterna que había dejado las piernas de quien esto suscribe "listas" para la batalla del domingo por Sot de Ferrer y su espectacular subida a la Ermita de San Antonio, a través de su encalada subida que le da un toque especial. El término municipal de Sot de Ferrer tiene una extensión de 8'60km² siendo atravesado por el río Palancia. El término se encuentra en el valle del río, que aquí empieza su curso bajo, siendo la última localidad que aún ve pasar agua por el cauce en condiciones normales. El casco urbano se encuentra muy cercano al curso fluvial a una altitud de 230 metros.
Si bien durante el periodo musulmán existe documentación de al menos tres poblados en el término de la localidad, el origen de esta se debe a la reconquista por parte de Jaime I de Aragón en 1245 que la cede a don Hurtado de Lihori , familiar de los duques de Liria, en pago a sus buenos servicios durante la campaña, y éste les da el nombre de Soto. Unos años más tarde, don Hurtado edifica allí, en una superficie de 1300 metros cuadrados y como lugar de recreo para habitar con sus familiares, un magnífico palacio de estilo gótico primitivo con alardes ojivales en los ventanales de su fachada. Posteriormente alrededor de ese núcleo y debido a su cercanía con el Camino Real a Aragón fue surgiendo el actual pueblo.
Espectacular la primera subida de la carrera
Dícese por tradición que bajaron algunos de los habitantes en el Camino Real, tanto moros como cristianos (que serían muy pocos), a fundar el lugar invitados por el dueño del palacio, que sería el primer señor y poblador. En la Capilla de Santa Lucía se ven las imágenes de San Jaime y las barras de Aragón, que junto con el estilo gótico, dan lugar a inferir que el rey Jaime I haría fundar aquella iglesia para los cristianos que entre aquellas gentes debía haber.

Previa de la carrera en compañía del clan d'Alzira.
¿Con estos precedentes qué podíamos esperar?
En esta ocasión tocaba salir desde Castellón, desde donde me aguardaba un pequeño viaje de aproximadamente cuarenta minutos hasta llegar al parking habilitado en la salida de la autovía, a unos cuatrocientos metros de la entrada del pueblo donde dejé el coche y desde donde me dirigí al encuentro de David que me había adelantando y que había recogido los dorsales. En el trayecto hasta el pueblo ya se observaba la enorme cantidad de gente, en número cercano al millar, que se iba a dar cita en la carrera. A fuerza de dejarme a gente en el tintero, mucho conocido y amigo: Jorge Larive, Rafa Murcia, Adrian Murcia, Tomás y Alfonso, compañeros de fatigas por el Matahombres, Luciano, Pablo, Tere Isierte, Laia, Ezequiel, y así un sinfín de amigos que estaban ya esperando el momento de la salida. Todavía tuve tiempo en compañía de los individuos de la izquierda de volver al coche, acabar de prepararme y volver al casco urbano aprovechando para calentar un poquito. Este año la salida estaba ubicada en la parte alta del pueblo, algo que al final implicaba que la llegada iba a ser en subida, una subida corta pero empinada que seguramente se dejaría notar al acabar. Bien, poco a poco llegó el momento de la salida y nada más ponerse en marcha la prueba tocaba empezar a apretar en unos primeros metros de pronunciado descenso que nos dejaba en la plaza donde el año anterior se ubicaba la zona de salida y llegada. Breve callejeo por el pueblo y enseguida un fuerte repecho que nos deja al pie del Calvario que habrá que subir para empezar a entrar en calor. Y no por esperada la sorpresa fue desagradable; ya en los primeros compases de la subida las piernas empezaban a dar muestras de que la salida del día anterior se iba a dejar notar. Pese a ello intento apretar un poquito a ver cómo respondo pero viendo que no iba a ser un buen día y, además, con la realidad de que en la subida al Calvario ya tocaba parar de correr por alguna aglomeración, todo ello me da para replantearme la carrera y decidir que, hoy sí, tocaba disfrutar y olvidarse de tiempos. Y así acabé de dar cuenta de la subida al Calvario y me preparé para "sufrir" un primer descenso plagado de tapones aunque eso me importaba poco. Pese a ello, o quizá precisamente debido a la aglomeración, el compañero que iba delante tuvo una fea caída que afortunadamente acabó en nada. 
Así que, después de un kilómetro y medio de subida, de otro de bajada y de un par más en subida, siempre suave pero muy constante, nos plantábamos ya en el cinco, primer avituallamiento que me salté para continuar con mi ritmo cansino, alternando trote y paseo. 

Y aquí en pleno esfuerzo en la parte final de la prueba
Debo reconocer que recordaba el recorrido menos exigente; no es que sea un recorrido duro pero tampoco deja demasiado respiro por sus continuados toboganes. Cierto es que en otras condiciones la cosa seguramente la vería diferente pero... El caso es que en este primer avituallamiento ya me había sobrepasado gente como Tomás, Alfonso o el maestro Rafael Murcia pero tampoco me preocupaba lo más mínimo. Allá iba yo con mis trenzas, disfrutando mucho, como hacía tiempo que no hacía, tragando metros. Pasado el primer avituallamiento nos esperaban tres kilómetros con tendencia a bajar, algo que me vino bien para recuperar un poquito las piernas pero la verdad es que éstas no tiraban ni cara al aire así que cuando el recorrido volvió a tirar hacia arriba volví a la tónica anterior de caminar las subidas y trotar en el resto del recorrido. Y así fui dando cuenta de los catorce kilómetros de recorrido, sin prisas, sin agobios y con la idea de llegar en torno a la hora y media. Como veréis en la foto de abajo al final el tiempo fue de 1.31 pero también podréis observar mi cara de felicidad, muestra evidente de que lo pasé bien. Y eso a pesar del último repecho que, como ya adelantaba al inicio del relato, nos esperaba traicioneramente en los últimos metros del recorrido. 

Llegada a meta; obviemos el tiempo que no tiene importancia.
La sonrisa en la cara es lo mejor de todo
En fin, dicho queda; lo de menos el tiempo porque no se trataba de ello en esta ocasión. Tiempo y carreras tendremos, espero, para sufrir y buscar marcas. En esta lo importante fue acabar un buen fin de semana de salidas y carreras y hacerlo habiendo recuperado la alegría de correr. Las sensaciones volverán más adelante, seguro. ¿Ahora qué?. Pues de momento el primer objetivo serio de cara al año 2013 será la Maratón de Espadán, a final de febrero, donde espero estar ya en un estado bueno que me permita encarar un periodo hasta final de mayo en el que hay objetivos importantes y duros, aunque eso ya llegará e iré desvelándolos a su debido tiempo. De momento os dejo los enlaces habituales de mis relatos y os emplazo a que nos visitéis el sábado 29 de diciembre en la I San Silvestre Comarca Gúdar-Javalambre; la gente de Albentosa está impaciente por demostrar una vez más su hospitalidad. Tenéis toda la información en http://cxmalbentosa. blogspot.com.es


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2 comentarios:

Jose dijo...

Perfecto Tinyo, que este próximo año puedas seguir este tirón de carreras semana tras semana.

Feliz Año Nuevo 2013

Un saludo
Jose
TROTASENDES BENICALAP

Trapatroles dijo...

Vaya San Silvestre más dura conociendo la ermita de Sot de Ferrer.
Feliz año nuevo, Tinyo