sábado, 30 de junio de 2012

A disfrutar de nuestros montes; VIII Cursa de Muntanya Benassal



Tríptico de la prueba, encuadrada en la Lliga Castelló Nord
Después de la encerrona del domingo pasado por Almenara, la semana no había empezado del todo mal. Con la firme intención de que los problemas en el trabajo quedaran de puertas para adentro la primera mitad de la semana había sido bastante buena en cuanto a nivel de entrenamientos se refiere. Además el miércoles tuve la satisfacción de acabar de perfilar lo que será el recorrido de la I Carrera x Montaña de Albentosa que con tanta ilusión estamos preparando para el doce de agosto. El miércoles sí que se puede decir que la desconexión fue total y que durante las casi cinco horas que nos costó el reconocimiento, premarcaje y algo de acondicionamiento del recorrido en mi mente solamente rondaba la satisfacción de poder disfrutar de los montes de un pueblo que en poco tiempo se ha convertido ya en el mío. Sin embargo el final de la semana se iba a torcer de manera radical. Los problemas en el curro tuvieron un nuevo y esclarecedor episodio durante la mañana del viernes y, lo que es peor, los incendios, esa plaga de nuestro tiempo, se cebaron nuevamente en montes conocidos lo que añade intensidad a la tragedia y a los sentimientos que ella despierta en uno. Desgracidamente en estos momentos, domigo ya por la noche, los dos incendios que durante estos días asolan los montes del País Valencià siguen activos y arrasando todo cuanto encuentran a su paso. Tanto el iniciado en Cortes de Pallàs como el de Andilla han avanzado sin control y en estos momentos afectan a áreas que se hace difícil imaginar por su extensión. Y todo por la imprudencia de gente que, a pesar de las condiciones de estos días, siguen campando a sus anchas, haciendo lo que les viene en gana y todo ello con el "apoyo" de un sistema que al final permite que comportamientos como estos acaben en castigo que en el mejor de los casos no pasan de ser testimoniales. Parece que nunca acabaremos de concienciarnos de la importancia que tienen nuestros montes en nuestras vidas y de que ese legado que poco a poco vamos eliminando de aquello que dejaremos para futuras generaciones no podrá recuperarse nunca. No sé, aunque no arregle nada, vaya desde aquí un enérgico rapapolvos para todos aquellos que, intencionadamente o de manera consciente, están acabando con el mejor de los legados que podemos dejarles a los que estén por aquí cuando nosotros seamos historia. Y, sobre todo, quiero agradecer a todos esos valientes que día a día luchan contra esta plaga poniendo en juego sus vidas intentando que el daño que causan aquéllos sea el menor posible.

Benassal es un municipio de la provincia de Castellón, perteneciente a la comarca del Alto Maestrazgo. 
Villa de origen árabe, es reconquistada en 1234, cuando don Blasco de Alagón toma el Castillo de Culla con todas sus pertenencias, entre ellas Benasal, quien otorgó la primera carta puebla el 3 de enero de 1239, pasando entonces a manos de su hija Constanza y del marido de ésta, Guillem d'Anglesola. El hijo de ambos, en 1303, vendió todo el término a la Orden del Temple y, al ser disuelta ésta, se incorporó al señorío de la Orden de Montesa. Históricamente formó parte de la denominada Setena de Culla.
En la Guerra de Sucesión toma partido por Felipe V y por Don Carlos en las guerras carlistas y posteriormente su recuperación tras la guerra civil será lenta y costosa.

Entre los elementos urbanos que podemos encontrar destacamos el conjunto de "La Mola", núcleo primitivo de la población donde todavía podemos ver un lienzo de muralla y las torres de Garcés, Redona, de la Presó y un portal de acceso al recinto con un arco de tradición árabe. La Mola da paso al viejo casco urbano denominado "Els Carrerons" (los Carrerones), conformado por estrechas callejuelas con algunas de las más antiguas casas de la villa. Se conservan varias casonas nobiliarias del siglo XVIII, como las de Sánchez de Cotanda (la cual conserva dos portadas de estilo barroco del siglo XVIII), Matutano y Grau; el Forn de Dalt; y el llamado edificio de la Mola (siglo XIII), con un arco de las murallas primitivas.

El sábado tocaba madrugar porque la carrera empezaba prontito y, a pesar de estar en Benicàssim, la distancia a Benassal todavía era considerable así que todavía de noche sonó el despertador y después de acabar de preparar la ropa de faena cogía el coche para dirigirme hacias las tierras del norte de Castellón. Después de una agradable viaje por lugares ya de sobra conocidos me presenté en la zona de salida con tiempo suficiente para poder departir con amigos y conocidos que por allí se encontraban para formar parte de la misma aventura a la que me disponía a hacer frente yo. Como siempre, se hace difícil nombrar a todos porque siempre corres el riesgo de dejar a gente en el tintero pero aún a sabiendas de ello, y sabiendo también que cuento con el perdón de quien se quede sin nombrar, por allí andaban, entre otros muchos, Jordi y la gente de El Turmell, Virgilio, en representación de Los Lastres, Sonieta, que sigue muy fuerte a pesar de todo, Cristóbal, del At-zenet, José Vicente, con quien compartí momentos inolvidables hace ahora casi un año en tierras francesas, Alicia Chaveli (todo un placer conocerte en persona y poder hablar después de hacerlo muchas veces a través de las redes sociales), los hermanos GUinot, JAvier y Vicente, y muchos otros que, insisto, quedan en el tintero... Poco a poco se iba acercando la hora de la salida y en esta ocasión, pese a que el objetivo no era en absoluto ambicioso, sí que me animé a hacer un calentamiento decente y las sensaciones desde ese mismo momento fueron buenas a pesar de los malos ratos de días anteriores. Finalizado éste me dirigí a la línea de salida para aprestarme a aguardar la señal de salida, espectacular en esta carrera, para iniciar así el recorrido de esta clásica del calendario y que iba a completar por segunda vez en mi historia como corredor popular. El objetivo era nuevamente, y es que las fuerzas y los ánimos no dan para mucho más, sencillo; se trataba de disfrutar al máximo de la carrera, imponiéndome un ritmo más o menos cómodo que me permitiese evadirme de los problemas por un rato y, al tiempo, no forzar más de la cuenta teniendo siempre presente que por la tarde tenía previsto, si las cosas no se torcían, tomar parte en la Carrera Popular de Godella para lo que sería necesario dejar algo de gasolina en el motor.

Así pues en el momento de la salida me concentré en encontrar ese ritmo que pretendía mantener a lo largo de la carrera, si bien es cierto que en el inicio de la carrera se hace difícil hacerlo por cuanto después de un breve tramo para entrar en calor, enseguida, todavía dentro del casco urbano, el recorrido empieza a picar para arriba y hace difícil encontrar ese ritmo. Sin embargo, la propia suavidad del ritmo e imagino también que haber calentado convenientemente, hicieron que desde el primer momento las sensaciones fueran mejor de lo esperado y que la pulsaciones se mantuvieran dentro de parámetros más que razonables. A poco de salir del pueblo, y dentro de un tramo de subida, nos encontramos con el inevitable tapón que se forma al inicio de la senda, tapón que siempre es recibido con sensaciones contradictorias; el alivio de poder recuperar un poquito la respiración frente al desagrado derivado de la pérdida de ritmo que provoca. En esta ocasión no se trata de un tramo largo así que tampoco me planteé adelantar porque creo que no hubiera    mejorado en nada. Acabado el tramo de subida "dura" se inicia una segunda parte que nos llevará hasta el kilómetro cuatro y que se inicia con una ligera pendiente positiva que se deja correr que acabará dejando paso a un cómodo descenso que nos llevará, allá por el kilómetro cuatro, al inicio de un nuevo repecho. En este momento ya tenía un primer parcial, al paso por el km tres, que me marcaba una media de 6.22, dentro de las previsiones que me había marcado. El repecho al que antes aludía, de apenas cuatrocientos metros, daba paso a un nuevo escenario de un par de kilómetros de descenso, mucho más pronunciado al principio y que, después de sobrepasar el primer avituallamiento en el que no me detuve, nos llevaba hasta el kilómetro seis, con un segundo parcial de 6.20 el kilómetro, donde se iniciaba una nueva subida, de distancia y desnivel similar a la anteriormente citada, que requería de un nuevo esfuerzo para cambiar el ritmo y volver a tirar de riñones para afrontarla. Superada ésta volvía un terreno que permitía rodar con cierta comodidad, con un terreno en la mayor parte del tiempo muy cómodo de pisar, salvo algún tramo algo más complicadillo que exigía de un plus de concentración, y que nos iba a dejar en el kilómetro diez en un recorrido que convertía esta primera mitad de carrera en la más cómoda de las dos. En medio de este tramo un segundo control que aproveché para hidratarme porque el calor empezaba a dejarse sentir aunque, a decir verdad, éste no apretó tanto como se esperaba, y también en este tramo el paso por el tercer parcial, marcado en 6.44 en gran parte debido a la parada en el avituallamiento.

En la cima del Moncatil,
dispuesto a dar buena cuenta del avituallamiento
Llegados a este punto comienza la parte más dura de la carrera, esa que nos llevará desde una altitud de 753 metros al paso por el kilómetro diez hasta los 1111 metros de altitud máxima al paso por el kilómetro 16,7. Se trata de una subida constante, jalonada por breves tramos de descenso, los menos, subida en la que intentaba mantener el trote aunque fuer a ritmos bajos, pero en la que en ciertos tramos no fui capaz de hacerlo. Y así, manteniendo un ritmo más o menos tranquilo y pensando siempre en que lo más duro estaba por venir y en que por la tarde me esperaba un duro paseo por tierras de Godella, me planté en el kilómetro quince donde se inicia la subida más dura del recorrido, aunque seguramente no encontremos en ella las mayores pendientes. Antes de llegar a este punto llegó el cuarto parcial, 6.53, y en este momento el quinto, 6.45. Alcanzado el kilómetro quince, después de un agradable ascenso por escaleras, que siempre acaban por agobiar, donde sobrepaso a Vicente Guinot, y después de hidratarme nuevamente, llenar el botellín y refrescarme en las improvisadas duchas allí instaladas, afronté el inicio de la subida larga de la carrera, aquella que nos llavaría hasta la Ermita de San Cristóbal, situada en la cima del Moncatil, a 1111 metros de altitud, y que fue construida en el siglo XIII y reformada en el XVIII, de la que destacan los enormes contrafuertes que la sostienen. La subida la hago, como en todo momento, tratando de regular mucho pese a lo cual el calor empieza a dejarse notar y el cansancio empieza a dar muestras de querer aparecer.
Sin embargo al llegar arriba me encuentro razonablemente cómodo así que después de un último avituallamiento me apresto a dar buena cuenta de lo que se anuncia desde el control como una última bajada hasta el pueblo. Así es durante algo más de un kilómetro pero transcurrido éste nos llega un último repecho de importancia que nos llevará hasta el Balneario de Fuente en Segures, subida que debo reconocer que sí se me atragantó en alguno de sus tramos porque en ciertos momentos puntuales los desniveles se muestran importantes. No obstante ello, poco después de marcar el sexto parcial en 8.25, dejándose notar aquí la subida al Moncatil y este importante repecho) acaba la subida y se inicia la parte final del recorrido.

Si hay algo que caracteriza a Benassal por encima de todo es el agua y la conocida Fuente de En Segures. Esta se sitúa en un casco urbano de igual nombre separado en dos kilómetros del pueblo. Conocodas las aguas desde el Siglo XVI, con la mejora de las comunicaciones de final del siglo XIX, pasó a ser claro referente del turismo de descanso y de salud. Fundamentalmente era visitado por la burguesía comercial y terrateniente del País Valenciano. La mayoría de los visitantes, desde el siglo XIX, provenían de Valencia y también de la llanura. En buena parte venían por las propiedades mineromedicinales del agua de la fuente, muy apreciada por aliviar enfermedades, especialmente las renales.
El alto y específico prestigio del agua del manantial de Fuente En Segures, juntamente con las características climáticas y paisajísticas del término, motivaron y motivan la fama y la consiguiente afluencia de visitantes. Esto ha generado la proliferación de hoteles, apartamentos, pabellones y casas, configurando un espacio urbano diferenciado del núcleo de Benassal. Aparte de la calidad del agua debemos destacar ciertas construcciones, como la conocida "Fuente de los Xorros", construcción hecha al acabar la Guerra Civil con bloques de piedra picotazo culminada con una impresionante cúpula de forma triangular.

A partir de este momento sí que se puede decir que lo que quedaba era un descenso hasta el pueblo, en general bastante cómodo, aunque salpicado con algún tramo de toboganes que te dificultaba mantener un ritmo. Incluso en este último tramo me tomé las cosas con calma, aprovechando para comentar con los compañeros de carrera aspectos de la misma y para bromear con hachazos de última hora y demás comentarios tan habituales entre nosotros. Y así, bastante entero, me presenté en las calles del pueblo que nos recibieron con un trayecto predominantemente ascendente y que desembocaba en la recta final que, al contrario de la salida, entonces descendente, nos exigía un último esfuerzo para dar buena cuenta de estos últimos metros de subida. Y poco más, entrada en meta con un tiempo de 2.28.34 que ya sé que a alguno le pareció resultado de un paseo por los montes de Benassal (que tampoco le falta parte de razón pero tampoco fue para tanto). Buena organización, como suele ser habitual en esta carrera así que aprovecho para felicitar a la misma y agradecer, como siempre a los voluntarios su empeño en hacernos el esfuerzo más llevadero.

Y poco más que contar; me gustaría acabar este relato volviendo al inicio del mismo. Con nuestros montes quemándose en estos momentos al final acabaremos por echar en falta los mismos (o eso espero porque igual cuando no los tengamos tampoco los añoraremos). Insisto en que nunca será suficiente el agradecimiento a aquellos que dejan sus fuerzas y arriesgan sus vidas para tratar de minimizar el daño que otros inconscientes provocan en nuestros montes. Y aunque a menor escala, y con resultados directos mucho menos impactantes, debo incluir en estos a aquellos que en el transcurso de las carreras se dedican a ensuciar los montes con botellines, geles y demás accesorios que todos conocemos. Para todos ellos un cero absoluto y mi más absoluta repulsa. Estas actitudes son poco diferentes a las que han provocado la catástrofe de este fin de semana y creo que merecen una profunda reflexión de todos nosotros, los que se supone que hacemos esto como una muestra de amor y respeto a las montañas. En fin, acabo ya, ahora sí. Os dejo los habituales enlaces a los datos de la carrera. En breve colgaré también una reseña de la aventura de la tarde del sábado por tierras de Godella.


Perfil de la carrera en Wikiloc




2 comentarios:

Jordi Tena dijo...

M´encanten les teues croniques Tinyo, espere que el dia que fem la cursa a Xert no me falles i ens pugues fer una bona narració propagandistica jeje. Com ja et vaig dir en persona, doblar despres de fer Benassal em pareixia imposible, enhorabona crack. Ens viem a la Serra !!!!

Tinyo dijo...

Jordi, gracies per la visita i pels comentaris. Per suposat que estaré a Xert; a més tinc ganes de tornar que fa molt de temps que no he anat. I lo de doblar tot es questió de cap.
Per Serra ens veiem.