lunes, 6 de septiembre de 2010

Por Gúdar y l'Alcalaten (4 y 5 de septiembre de 2010)


La previa por Fuentes
Después de Mosqueruela estas dos semanas transcurridas tocaba ponerse las pilas, cargarse de paciencia y apretar los machos para cumplir con el planning marcado de entrenos. Y aunque no ha sido sencillo porque el calor ha apretado de lo lindo y eso me ha obligado a buscar horarios alternativos en algún día concreto, en general estoy satisfecho porque de momento la planificación se va cumpliendo casi en su totalidad. Y aunque está resultando durillo creo que de momento las cosas marchan según lo previsto.
En cualquier caso, después del breve respiro que me había tomado (aunque sin llegar a parar del todo), las piernas, y también la cabeza, están notando el nuevo régimen de entrenes y se nota que ambas, piernas y cabeza, andan faltas de frescura. Y precisamente para darle frescura a la cabeza me decidí a dejarme caer el sábado por la tarde por Fuentes de Rubielos, pequeño pueblo de la comarca de Gúdar-Javalambre, donde se organizaba la cuarta edición de su carrera popular. El objetivo, al margen de lo indicado, pasar una agradable tarde en compañía de la familia y hacer un rodadita por esos parajes. Dicho y hecho, a media tarde cogimos el coche y, en compañía de Mónica, Leyre y Vicente, el suegro, nos dirigimos hasta Fuentes en un agradable recorrido en coche por los parajes de Gúdar. Enseguida nos plantamos allí y nos dirigimos hacia la zona de salida donde estuvimos un rato compartiendo espacio con la gente de Los Lastres (Catequice, Pacheconte y Virgilio), con Duplas, con los ya habituales por este circuito de carreras populares hombres y mujeres de negro del Running Castelló, y con algunos integrantes del Cota 2000, entre ellos Pilar con quien compartí buena parte de la carrera de Mosqueruela y a la que finalmente no pude aguantar el ritmo por aquellos parajes. Entre carreras para los niños, un ligero calentamiento, con cierta incertidumbre al respecto de la hora de salida y, sobre todo, con la sorpresa de que lo en principio podían ser once kilómetros de carrera se iban a quedar en siete, fue transcurriendo el tiempo hasta la salida. Llegado el momento, con bastante tranquilidad y relajación me dispuse a dar buena cuenta del recorrido con el único objetivo de disfrutar de un ratito por los alrededores de Fuentes.
La salida a todo tren
Pero lo que pretendía ser una salida tranquila se convirtió en una estampida en la que me vi envuelto (a pesar de que eramos poquita gente) y una vez dentro de la misma pues hubo que ponerse a correr más de lo inicialmente previsto. El recorrido era un ocho que incluía un primer paso por meta a los cuatro kilómetros. Apunto este detalle porque la primera parte del ocho, hasta el paso por meta, era bastante asequible y corredora pero respecto a la segunda parte, en parte debido al esfuerzo de la primera parte pero también porque el recorrido se endurecía, se hizo bastante complicada.
Dejábamos la carrera en la salida y en un inicio rápido de la misma. En resumen podemos hablar de una pequeña cuesta abajo en el inicio seguida de un repecho que te ponía en tu lugar y te dejaba en la senda que nos iba a acompañar casi hasta el primer paso por meta. Como ha quedado dicho esta primera parte era razonablemente suave, si bien salpicada por algún que otro repecho que te obligaba a un esfuerzo adicional. En cualquier caso, enseguida nos plantamos en la meta dispuestos a afrontar la segunda parte. El ritmo por kilómetro 4:49, 5:01, 4:30, 5:25. Hasta aquí todo dentro de previsto (casi) y con un bonito tramo entre pinares por el que daba gusto correr.
Llegando a meta.... para seguir corriendo
Llegados a meta tocaba afrontar la segunda parte, de unos tres kilómetros, que se iniciaba con la misma bajada y subida. Sin embargo, un poco antes de donde habíamos subido en el inicio hacíamos un giro a la derecha donde una nueva subida y un pequeño tramo de callejeo nos volvía a dejar en una senda, inicialmente cómoda pero que entre los kilómetros seis y siete se convierte en una subida de algo menos de un kilómetro y con una pendiente media próxima al ocho por ciento, pendiente que se endurece si tenemos en cuenta un pequeño descansillo a mitad subida. Por ello, al final tocó "poner pie a tierra" que dirían los ciclistas y andar un poco. Finalizada la subida nos plantamos nuevamente en el pueblo y una nueva subida, esta vez suave y por senda de hormigón, nos lleva a las inmediaciones de meta. Aún así, cuando apenas quedan quince metros para la misma, nuevo desvío que nos obliga a subir ligeramente y nos deja en la recta de meta, en bajada.
Leyre al encuentro del "papi"
Al final, después de este breve periplo, a falta de datos oficiales, un tiempo de 36.12, a una media de 5.13. En líneas generales contento con las prestaciones ofrecidas aunque quizá me faltó un poquito de mentalización para haber hecho todo el recorrido corriendo. Al fin y al cabo se trataba de correr un rato y el objetivo se había cumplido. Después de esto, lo mejor de la tarde, baño en la piscina, reposo en la misma tomando un apetitoso helado y, después de la entrega de trofeos, "vino español" con el que nos agasajó el pueblo a corredores y acompañantes. Ya digo, agradable tarde en compañía de la familia y de foreros y conocidos varios... y a casa a descansar para el día siguiente








Aquí tenéis los habituales enlaces que dejo en cada carrera.

Para el domingo tocaba la rodada larga de la semana. Sin embargo ante la deserción del grupo del pueblo por diferentes motivos, decidí que la mejor manera de hacerla era aprovechando la Cursa Ibérica de Figueroles de l'Alcalaten. Y después de una inscripción de última hora, el domingo sonaba el despertador a las cinco y media y para allá que me fui. Largo viaje, que no incómodo, y con cierta holgura me planté en Figueroles donde recogí el dorsal (para mi sorpresa personalizado a pesar de haber hecho la inscripción fuera del plazo marcado por la organización para ello, así que hoy en carrera iba a ser "Rober"). Presencia habitual de foreros por las calles de Figueroles; Teo, Takito, Berto y Ayacucho, JoseCarreras, etc. y nuevamente un breve calentamiento porque el objetivo, ya apuntado, era el de hacer un entrenamiento en numerosa compañía. Cerca de ochocientos valientes nos juntamos en la salida así que para evitar demasiado tapón me puse prudentemente delante y llegado el momento salida y a correr.
Las escaleras de la salida (PepotePalote)
Conociendo el recorrido del año pasado, el objetivo inicial era salir a un ritmo razonable y pasar el primer (y cabroncete) repecho de hormigón y así plantarme en la primera subida, la corta, donde me tomaría un breve respiro. Y más o menos así fue; con la referencia visual de Takito algo por delante fuimos dando buena cuenta de estos primeros kilómetros que nos vuelven a llevar hasta el pueblo y más o menos en el kilómetro cuatro nos plantamos en esa primera y corta subida. Hasta este punto ritmos siempre algo por encima de los minutos por kilómetro y cierta sensación de comodidad. Pese a ello mantengo el objetivo inicial y la subida la hago a ritmo de caracol para recuperar bien y afrontar el segundo tramo en el que había dividido la prueba y que me debía llevar hasta el final de la subida importante. Por ello, con Takito ya perdido, doy buena cuenta de los kilómetros seis y siete a ritmos cercanos al 5.30 y cuando la carrera se empina e iniciamos la subida del día las piernas están en buena sintonía. Aquí pretendo apretar un poco y tratar de rodar lo más posible durante la subida. Sin embargo demasiado pronto soy consciente de que iba a ser imposible porque la fila de corredores que se ve por delante me anuncia que va a ser muy difícil adelantar con la necesaria facilidad como para mantener esa intención de correr hacia arriba. Por ello me limito a trotar los trozos que permiten adelantar, pocos por cierto, a forzar mínimamente la marcha "andarina" cuando se puede y a dejar pasar la subida con tranquilidad, aprovechando para hidratarme porque el calor empieza a apretar.
Otra foto cortesía de Pepote
Enseguida alcanzamos el control de tiempos donde transito ligeramente por debajo de la hora. A partir de aquí el objetivo es claro, ir con mucho cuidado en la bajada para evitar disgustos que pongan en peligro la carrera del sábado que viene en Catí. Por eso los tres kilómetros de bajada caen a ritmos de cinco y pico, ritmo que mantendré, más o menos, hasta meta, siempre tratando de no forzar más de la cuenta. Llegado el último avituallamiento vuelvo a hidratarme y desde este momento manteniendo ritmos todavía más suaves, cercanos a los seis minutos el kilómetro, afronto el tramo final, con continuos toboganes y algún repecho reseñable. Poco después llegamos al pueblo y, una vez alcanzada su parte baja, donde me rebasa la cuarta mujer, doy buena cuenta del repechón último que se me atraganta ligeramente y desde ahí hasta meta sintiendo el apoyo y el cariño de un pueblo volcado con su carrera. Finalmente la marca, que era lo de menos pero sí que importa es de 1.48.30. Creo que es una marca acorde con el objetivo de la salida y estoy seguro de que en mis piernas había una mejora reseñable de la misma (aunque nunca se sabe que hubiera pasado forzando). De todas formas, con todo, supone una mejora de 25 minutos respecto a mi marca personal en esta carrera (2.12) del año 2008 y que todavía fue un par de minutos peor en 2009.
Punto y final (Pepote)
En este punto, tras recoger el kit "camiseta, toalla y mochila" que nos dan, pues nos fuimos a reponer fuerzas y dar buena cuenta del magnífico refrigerio que nos había preparado la organización. Poco después, ante lo que quedaba hasta llegar a casa, di por finalizada un espléndida mañana de montaña con el objetivo cumplido y con la mente puesta en una nueva semana de duro entreno, diferente a las anteriores porque el sábado toca correr "de verdad" en Catí.



Acabo como siempre, colgando los datos del Garmin y del Wikiloc

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