domingo, 20 de mayo de 2012

I Trail 7 Cimas Gandía; volver a empezar


Cartel de la carrera, tercera
etapa del CTV2012
El Mondúver (Montdúver en valenciano) es un macizo montañoso situado en el sureste de la provincia de Valencia (España), en la comarca de la Safor. Su cima tiene 841 metros de altura y se encuentra entre los términos municipales de Xeraco y Xeresa.
La sierra del Mondúver sigue una orientación noroeste-oeste, entre los valles de Barx y de la Valldigna. Se trata de un macizo cretácico donde destacan las potentes formas kársticas como los poljés de la Drova o de Barx o la cueva del Parpalló. También presenta gran cantidad de dolinas y profundas simas por donde se filtran las aguas que después brotarán en forma de surgencias a los pies del Mondúver, como la Fuente de Simat, donde nace el río Xeraco o río Vaca.
Si bien su cima pertenece al término municipal de Xeresa, buena parte de la montaña corresponde a los de Barx, Xeresa y Xeraco. Se puede subir a su cumbre mediante un camino asfaltado que parte del lugar conocido como La Drova. Desde arriba se extienden las magníficas playas mediterráneas de Xeraco y Gandía, y es posible disfrutar de unas vistas magníficas de todo el Golfo de Valencia, que incluyen el cabo de San Antonio, la ciudad de Valencia y, si el día presenta una buena visibilidad, la isla de Ibiza.


Bonita foto gracias a Kike. A la izquierda Rubén
Después de la decepción de la semana pasada en la que problemas físicos y, después del análisis, también de coco, me obligaban a abandonar la Marató i Mitja apenas transcurridos 25 kilómetros, para esta semana me había propuesto participar en la primera edición del Trail 7 Cimas de Gandía, que como su nombre indica NO supone la subida a siete picos sino que se reduce a la subida y bajada desde la localidad de Gandía a la emblemática cima del Montdúver. Un par de días de descanso, necesarios más desde un punto de vista psicológico que físico, dieron paso esta semana a un par de rodaetas, martes y jueves, la primera de ellas de doce kilómetros recuperando el trote culón (es decir, a poco menos de seis el kilómetro), para seguir con una segunda el jueves de quince kilómetros a ritmos más vivos, 5.10 en concreto. Entre medias más reposo y una sesión de gimnasio para tonificar el cuerpo. Y así, con demasiada tensión en el ámbito de lo laboral llegó el fin de semana con un objetivo claro: para el sábado una salida tranquila con la gente del Rocafort Running (que acabó convirtiéndose en quince kilómetros bastante duros aunque a ritmo suave) y para el domingo otra salida, esta con dorsal pero sin ningún objetivo que no fuera el de rodar tranquilo durante los 28 km de la carrera y poder subir al Montdúver en grata compañía. Alguno de vosotros pensará que es hora de ir pensando en descansar después de un inicio de año bastante exigente (Maratona di Roma + Marató i Mitja) pero la verdad es que aunque pretendo bajar una marcha no lo es en menor medida que se me hace necesario seguir con un plan de entrenamiento que permita olvidar otros aspectos del día a día. Además, durante esta semana ya he acabado de perfilar los objetivos de cara a lo que resta de año, objetivo que se traducirá si nada lo impide en la disputa de un nuevo Maratón de asfalto a finales de año (Valencia o Castellón, ¿quién sabe?) y tratar de iniciar y seguir un buen plan de alimentación que me permita acabar de afinar mi cuerpo (suena un poquito mal, ¿no?) para poder afrontar con mayores garantías éste y otros objetivos que tengo en mente aunque no desvelaré. Bueno, sí, uno de ellos es evidente: la Marató i Mitja 2013 será, seguro, de las elegidas y además con un objetivo que ya adelanto será más que ambicioso. Pero bueno, eso será objeto de muchas entradas en el blog más adelante...

Volviendo a Gandía en esta ocasión el viaje lo realizaba acompañado por Rubén, en su retorno a las carreras, y por Jesús que después de su bautismo en Utiel hoy se aprestaba a confirmar su entrada en el mundo del trail. Después de un pequeño madrugón nos presentábamos con tiempo de sobra en la zona de salida y allí me encontraba con David y con el grupo de Alzira (un placer chicos haber podido conoceros y compartir la carrera). En un primer momento nos sorprendía cierta falta de ambiente en la zona de meta y que parecía que los trabajos de acondicionamiento de la misma llevaban cierto retraso. En cualquier caso poco a poco se fue acercando la hora oficial de la salida y nos dirigimos a la misma para empezar la aventura. Nueva sorpresa; problemas de última hora retrasaban la misma hasta las nueve y cuarto y hacían que se diese de manera conjunta con los participantes en la modalidad de iniciación (por cierto, en mi modesta opinión creo que la salida conjunta es mejor opción, siempre que sea posible, que salir por separado). Finalmente, con quince minutos de retraso, se daba la salida a la carrera y allá que nos íbamos a dar buena cuenta de esos veintiocho kilómetros inicialmente previstos y a merendarnos esa subida al Montdúver que tanta ilusión me hacía. 
Altimetría de la subida al Montdúver desde Gandía
Desde el momento de la salida me había propuesto no olvidar en ningún momento que el planteamiento era el que era, es decir, salir a rodar durante un largo rato y poder disfrutar de lo que preveía una espectacular ascensión hasta el Montdúver. Con ese planteamiento, durante esos primeros kilómetros que nos conducían por asfalto en un recorrido suave aunque ligeramente ascendente, fui intentando coger un ritmo cómodo que paulatinamente iba incrementando pero siempre con bastante comodidad. Integrado en el grupeto de Gandía alcanzamos el kilómetro tres a un ritmo de 5.07 el kilómetro y enseguida empezamos con un tramo de barranco bastante incómodo por el terreno y que seguía con esa ligera tendencia ascendente. Alrededor del kilómetro cinco se ubicaba el primero de los avituallamientos que a la vista de que seguía cómodo y de que alrededor del nueve estaba previsto un segundo control decido saltarme para no perder el ritmo. Ello hace que temporalmente pierda el contacto con la gente de Alzira aunque imagino que no deben andar demasiado retrasados. La carrera seguía empinada hacia arriba aunque se dejaba trotar y así casi sin darme cuenta alcanzaba el segundo tres mil a una media de 5.51.
Un kilómetro más de perfil suave nos dejaba ya a las puertas de las primeras dificultades importantes del día. Poco a poco los tramos de subida se iban haciendo duros y en este momento ya empezaba a alternar los tramos de trote con otros en los que me limitaba a caminar, a buen ritmo sí, pero intentando guardar fuerzas para la subida importante del día. Durante todo el recorrido el Montdúver se alzaba imponente al fondo, cada vez más cercano, y ello ayudaba a no perder de vista la necesidad de mantener un ritmo sostenido pero no demasiado exigente. El recuerdo todavía presente de los problemas en la MiM también ayudaban a ello. Además en este momento el calor empezaba a apretar y ello también hacía que intentase seguir tranquilo (afortunadamente el tema del calor acabó por no ser un problemas más que puntual y las condiciones meteorológicas acompañaron en esta aventura en la mayor parte del trayecto. Bien, el caso es que aproximadamente a partir del kilómetro siete y medio (y aprovecho aquí para comentar que el marcaje de los puntos kilométricos es uno de los aspectos a mejorar en la carrera; de hecho solamente vi puntos hasta el dieciocho si mal no recuerdo y en ese momento mi GPS marcaba apenas dieciséis) la carrera empezaba a endurecerse de manera clara así que me preparé para lo que tenía claro que iba a ser un largo tramo de subida hasta la cima del Montdúver dispuesto a sufrir lo que fuera necesario en este tramo. El kilómetro nueve ya marcaba un parcial de 8.52 el kilómetro pero a partir de ahí, quizá un poquito más adelante empezaba la verdadera subida.
En pleno esfuerzo llegando a la cima del Montdúver
Un primer kilómetro menos duro que nos dejaba en el diez, y con ciertos problemas porque el avituallamiento se encontraba prácticamente en el kilómetro once y no en el nueve como se había indicado, dio paso a los primeros tramos verdaderamente difíciles de la subida. En este punto David ya me había alcanzado y durante toda la subida hasta la cima fue siempre ligeramente por delante, convirtiéndose en mi principal referencia a la hora de marcarme un ritmo. No voy a extenderme demasiado en la subida; al final se trataba de marcarse un ritmo lo más vivo posible en ese caminar que me imponía y de disfrutar en la medida de lo posible de una subida exigente, de esas en las que a base de sufrir se pasa bien y, sobre todo, de disfrutar también de unas maravillosas vistas desde las alturas. Dejaré un dato relevante de la subida; desde el kilómetro 9,6 (268 metros de altitud) hasta el 12,76 (841 metros de altitud) tenemos algo más de tres kilómetros con un desnivel medio del 18% algo que es fácil de comprender que acaba de agarrarse en las piernas. Pero bueno, al final como casi siempre acabamos por alcanzar la cima y en el avituallamiento de arriba estaba David esperándome así que después de hidratarme convenientemente nos dispusimos a dar buena cuenta de la segunda parte de la carrera, que a partir de ahora cambiaba radicalmente y se convertía en un descenso continuado hacia Gandía. Antes de ello comentar que el cuarto parcial, al paso del 12 lo había cubierto a una media de 11.56 el kilómetro cifra que habla a las claras de la dureza de la subida.
Tal y como he comentado se inicia ahora un largo y continuado descenso hacia el mar. Un breve tramo por una pista hormigonada con una buena pendiente nos deja a las puertas del inicio de una senda bastante técnica que será compañera de fatigas durante un largo tramo. Siempre en compañía de David, con caída de éste incluida, vamos dando cuenta de un recorrido complicado porque el terreno no acompaña demasiado para poder mantener un ritmo constante y está plagado de obstáculos que dificultan la carrera. En este escenario, con tramos más difíciles a los que siguen otros más cómodos, con continuos repechos que, aunque cortos, van haciendo mella en las piernas y menguando las cada vez más exiguas fuerzas llegamos hasta el kilómetro veintiuno (en este intervalo tres parciales a 8.37, 7.10 y 6.00). En este punto se encuentra un nuevo avituallamiento y el inicio de la última dificultad importante de la jornada. Antes de seguir destacar que uno de los puntos débiles de la organización se visualiza en este tramo: un marcaje insuficiente, con cintas de color negro que en ocasiones se hacen difíciles de ver y con algún punto conflictivo con escasa señalización, hacen de este aspecto uno de los que será urgente mejorar en próximas ediciones. Además se echa en falta también una mayor presencia de voluntarios en esos puntos conflictivos.

Entrando en meta; buen montaje y entrada bonita,
una de los mejores aspectos de la carrera
Iniciamos la última subida reseñable de la carrera; se trata de una subida corta, de apenas 900 metros, pero intensa, con un desnivel medio del 17% y que a estas alturas de carrera, y después de ocho kilómetros largos de bajada, se agarra bastante a las piernas. A la vista de ello me refugio en la cola de un pequeño grupo de cuatro o cinco corredores que hemos formado y me dejo llevar (aunque claro está el esfuerzo es mío y no de los demás). Nos sobrepasan un par de corredores, entre ellos la que finalmente sería tercera mujer en meta, pero es un detalle que no me preocupa en absoluto. A estas alturas sigo manteniendo como único objetivo el llegar en buenas condiciones a meta y todavía queda bastante carrera por delante. Cuando llegamos arriba todavía nos quedan un kilómetro largo de descenso técnico, momento que aprovecho para ponerme delante del grupo y tratar de marcar el ritmo; sin grandes alardes pero la bajada me sale bastante bien lo que hace que al llegar abajo casi haya vuelto a dar caza a la chica que nos había pasado en la subida pero también que David se haya rezagado. A la vista de ello, una vez alcanzado el asfalto decido marcar un ritmo suave que permita que David vuelva a alcanzarme. Sin embargo veo que no llega y cuando consigo verle parece que su ritmo no es demasiado bueno así que me olvido de él y vuelvo a marcarme un ritmo más elevado aunque incluso ahora sigue siendo cómodo. El paso por el veinticuatro me marca un parcial de 9.13 producto de la subida anterior y del tramo de descenso técnico que antes comentaba. A partir de aquí la carrera se convierte en tratar de regular con el calor empezando a apretar y así, sin demasiado que reseñar alcanzo el kilómetro veintisiete en un ritmo de 6.28, lento para el perfil del mismo pero que tampoco supone problema alguno en mis objetivos. Desde este punto queda teóricamente un kilómetro aunque el GPS me marca casi dos algo que al final acaba por confirmarse ya que la meta se encuentra en el kilómetro 28,85, punto que alcanzo después de tres horas y treinta y ocho minutos que a priori pueden parecer demasiado pero que a mi saben muy bien después de analizar el recorrido.
Llegado el momento de las conclusiones empezaré por las personales. Después de la mala experiencia de la Marató i Mitja y de una semana de entrenamientos a buen nivel aunque sin forzar creo que los objetivos para esta prueba se han cumplido con creces; conseguir acabar una prueba de esta distancia y con buenas piernas era lo deseado y en ese aspecto contento. En cuanto a la organización, en el momento de escribir estas líneas existe cierta polémica en las redes sociales por los fallos que se han cometido. Mi valoración es clara: existen aspectos ciertamente importantes, principalmente el del marcaje de la carrera (y parece ser que ciertas deficiencias en los avituallamientos que yo no he sufrido), pero también la salida que son claramente mejorables. Pese a ello sigo manteniendo que por mi parte la gente de CTV (por haberlo demostrado en anteriores carreras) y también la del 7Cimas (porque no es fácil empezar una aventura como la de organizar un trail sin cometer ciertos errores) tienen un voto de confianza en el convencimiento de que próximas ediciones de esta carrera y las siguientes carreras del circuito mantendrán un alto nivel en lo organizativo.
Una cosa más; felicitar a Rubén, por haber conseguido acabar su particular reto de completar la versión iniciación de esta carrera, y a Jesús que hoy ha conocido de verdad lo que es un trail y pese a ello ha completado una más que digna carrera.
Bien, lo dejo ya. La próxima entrada nos llevará, si no pasa nada, a tierras de Teruel en lo que será también el nacimiento de otra carrera de montaña en la misma capital turolense. Hasta entonces os dejo con los habituales enlaces.


Perfil en Wikiloc

3 comentarios:

Trapatroles dijo...

Muchas felicides por la carrera del Mondúver y sobre todo, por tus buenas sensaciones tras el abandono anterior.

RAMONRUNNING dijo...

Fenomenal, veo que te has recuperado fisica y moralmente,me alegro muchisimo, asi que .... a darle "caña a la montaña"

loscaminosdebilbo dijo...

Ya estas corriendo!!!!
Roberto eres incombustible,..
Saludos