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Cartel de mi primera San Silvestre del 2012 |
La última entrada del blog nos dejaba con el desencanto de la Maratón de Valencia, la MDP, y mi retirada en el diecinueve pero con las ganas de dejar atrás un mal periodo y volver a una cierta normalidad durante el mes de diciembre. Buenas eran las intenciones pero finalmente el periodo que media entre aquélla entrada y la que hoy desarrollo fue el del crack; un periodo especialmente malo a nivel de ambiente en el trabajo, con un elevado volumen de desmotivación acabaron por provocar mi ausencia, por este orden, en Sot de Chera, en Alcoi y en la Maratón de Castellón. La primera de ellas fue por precaución pero las otras dos se debieron a ese crack que antes mencionaba y que me llevó incluso a plantearme el abandonar temporalmente este mundillo que tantas alegrías me ha dado en los últimos años. En cierto modo sentía que estaba traicionando su entrega con unas prestaciones muy alejadas de lo que deberían haber sido pero, sobre todo, llevaba un periodo en el que no acababa de disfrutar con lo que hacía. El resultado de todo ello el abandono temporal de las carreras y los primeros damnificados Alcoi y Castellón.
Desde ese momento hasta el día de hoy han pasado tres semanas, la primera de las cuales fue prácticamente de parón. A partir de ahí decidí que, sin objetivos claros ni agobios, había que volver a las sendas y carreteras que tantos días me han acompañado en momentos buenos y otros no tanto... con ese planteamiento retomé las salidas aunque siempre en base a sensaciones y olvidando ritmos, GPS y demás historias. Se trataba, en definitiva, de volver a buscar esa ilusión en cierto modo perdida y reencontrar esas sensaciones a las que tanto aludo (alguna se ríe de mi por eso) y que tampoco acababan de aparecer. Han sido un par de semanas en las que he vuelto a disfrutar de alguna salida, menos de las que me hubiera gustado, aunque todavía falta mucho camino por recorrer.
Y en ese proceso llegó el tiempo de Navidad y, con él, las San Silvestres. Eventos habitualmente multitudinarios en los que los atletas populares nos juntamos con la élite que también se deja imbuir por ese espíritu especial y, de manera habitualmente circunstancial, con otras personas que habitualmente no practican el deporte pero que aprovechan los mismos para correr unos kilómetros que en ocasiones son el germen de nuevos atletas populares que se unirán a nosotros. Todo ello hace de estos eventos algo más especial todavía que el resto de carreras populares por las que transitamos durante el año.
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Foto de grupo con los RRs y la gente de Correliana |
Así, el pasado viernes, 21 de diciembre, tocaba volver a correr con dorsal dentro de la primera de las San Silvestres que este año caerán, la de Riba-roja de Turia, una que no conocía. Y lo iba a hacer acompañado (o acompañando que igual es), como en otras ocasiones de la gente del Rocafort Running. Así pues después de acudir al famoso meeting point, nos dirigimos hacia Riba-Roja donde llegamos con tiempo para hacer alguna foto del grupo y con la gente del Correliana. Y así, entre risas y pocas "ganas" de dar el callo se hizo la hora de la salida y ya que estábamos por allí pues nos tocó correr: "tranquilitos", "sin prisa", "a disfrutar"... estos eran los comentarios justo antes de empezar a correr. Y sí, los primeros doscientos metros, fueron a ritmo de pachanga, creo yo que porque había mucha gente que pasar pero el amigo Víctor Romero se empeño en estirar el chicle y a la que nos quisimos dar cuenta ya íbamos a ritmo vivo (no íbamos a dejarle solo, claro) él, Carlos Mena y yo mismo. La verdad es que me sorprendió un poco y me costó coger el ritmo de crucero pero tampoco iba a quedarme atrás así que entrando poco a poco en situación fuimos desgranando los más de cuatro kilómetros de revirado circuito a ritmo constante y algo vivo, aunque es cierto que Mena nos dejó unos metros atrás. Al final, los ritmos de paso para cada kilómetro fueron los siguientes: 5.08; 4.47; 4.44 y 4.46 al llegar el cuarto. En este momento ya nos encontrábamos en la recta final, que por cierto es interminable. Y una vez allí pues tocaba seguir apretando y no perder el ritmo así que los últimos trescientos metros que nos quedaban los hicimos a 4.36. Total, un calentón divertido para acabar en 20.49 aunque eso, en estas carreras más que nunca, es lo de menos.
Lo importante de todo fue pasar un rato divertido y agradable en inmejorable compañía. Encima, el que quiso pudo degustar un chocolate con buñuelos que tenían una pinta, como vulgarmente se dice, "de que te cagas" (alguno incluso repitió, y no digo nombres Manu!!!). En fin, enhorabuena a la gente de Riba-Roja por una gran San Silvestre que queda anotada para años venideros. Os dejo los habituales enlaces...
Y, claro, como lo del viernes se quedaba corto, el sábado, prontito, a las 8.00 horas había quedado con el amigo Tomás para hacer una salida por el que hemos bautizado como circuito Matahombres (de manera exagerada eso sí) versión 1V; es decir, algo más de quince kilómetros con algún tramo exigente, en el que se combina de manera acertada el asfalto y la pista. Con pocas ganas al principio, después de perderme por las calles de Paterna, empezamos la ruta con la idea (la mía al menos) de salir a trote culón. ¡Qué equivocado estaba!, apenas medio kilómetro después del inicio ya llevábamos un ritmo muy superior al pensado; pero, claro, a ver quién dice nada para que luego lo ponga de vuelta y media en foros públicos. Y ya puestos pues tocó apretar el culo. Una breve descripción del circuito; 3600 metros de subida tendida, parte de ella coincidente con el Gran Fons de Paterna de este año, nos llevan a un giro a la derecha con cuatrocientos metros de exigente repecho que dan inicio a una vuelta de 8200 metros donde se combinan asfalto y tierra. Los cuatro primeros kilómetros los pasamos en 5.52, 5.30, 5.26 y 5.39 (este último a pesar del repecho). Se inicia en este punto un tramo de descenso donde empiezan a alternarse los tramos de asfalto y de tierra y que nos dejará al pié de la subida importante del recorrido, un par de kilómetros que se inician en el kilómetro 6,2. Dos kilómetros que transitamos en 5.00 y 5.04 y enseguida afrontamos los dos de subida donde, a la vista de cómo está el patio, decido ponerme delante y marcar el ritmo, bastante vivo la verdad, que nos lleva a hacer la subida en 6.00 y 5.38, meritorio en el segundo parcial.
Acabada la pista todavía queda kilómetro y medio de subida, asfaltera toda ella, que nos llevará hasta la vía y a un tramo de tierra que nos deja a los pies de la última subida, suave esos sí, y así hasta prácticamente el kilómetro once donde se inicia el tramo de descenso que nos llevará al inicio de la vuelta donde quedarán otros 3,6 km de descenso que permiten, si así se quiere meterle marcha al cuerpo. ¿El ritmo?; aquí os dejo los parciales: 5.17, 5.13, 5.14, 4.52, 4.49, 4.49 y 4.55 en el quince para acabar los últimos cien metros en 4.38 (se ve que ya olíamos los bocatas que nos esperaban al acabar). Total, 15.150 metros en 1:20:00 a un ritmo apreciable de 5.17 el kilómetro y con cierta suficiencia aunque debo reconocer que al final Tomás me llevaba con el gancho puesto.
Y una vez cumplido con el entrenamiento tocaba el avituallamiento y la tertulia, siempre agradable, recordando tiempos pasados. Y la mente puesta en la San Silvestre de montaña de Sot de Ferrer del día siguiente, aunque eso será otra historia...
15150 metros, 126 D+