domingo, 13 de noviembre de 2011

Para completar el fin de semana... I Trail Roquette Benifaió

Cartel de la Primera Edición
de esta nueva carrera en Valencia
Después de la experiencia de ayer por las calles de Alcoi durante su Media Maratón, todavía quedaba algo para este fin de semana así que esta mañana tempranito hemos cogido el coche, acompañado de nuevo por Rubén que se decantaba por la prueba corta, supuestamente para "novatos", y nos hemos dirigido hasta la Urbanización Pla de les Clotxes, en la localidad valencia de Benifaió, donde estaba ubicada la salida y meta de este primer Trail Roquette Benifaió.
Todavía recuerdo que cuando le comentaba a Rubén que se estaba preparando una carrera de montaña en Benifaió le parecía realmente sorprendente ya que la montaña brilla por su ausencia en Benifaió así que inicialmente, y a pesar de haber investigado el tema, el planteamiento para esta carrera era el de que iba a ser una prueba sencillita y sin demasiadas dificultades. Precisamente por ello había elegido este fin de semana para ponerme un poquito a prueba y doblar después de mucho tiempo sin hacerlo.
Después de la paliza de ayer mi estado no era, a priori, el más idóneo para meterme otra media, esta vez de montaña, apenas quince horas después de haber acabado la primera pero pese a ello y a que el dichoso pie no estaba en el mejor de los estados posibles, mi estado anímico era bueno antes de empezar la carrera. Llegados a la zona de salida casi sin darme cuenta ya estábamos todos preparados para salir y enseguida, después de un minuto de silencio, se daba la salida.
Instantánea de la salida cortesía de trailvalencia.es
Y desde este momento empezaba el pequeño calvario por el que me ha tocado pasar esta mañana... casi desde el primer metro, sin tiempo para entrar en calor, la carrera empezaba a picar hacia arriba con un terreno bastante más complicado del que preveía. Como podéis apreciar en el perfil del final de esta entrada, hasta prácticamente el kilómetro quince la carrera no deja de picar hacia arriba, con un continuo sube y baja que convierte la prueba en un verdadero rompepiernas. Desde la salida me he colocado en posiciones discretas con la intención de afrontar la carrera de menos a más, esperando la llegada de buenas sensaciones pero lo cierto es que éstas no han acabado de aparecer en prácticamente ningún momento. Es más, desde el momento de la puesta en marcha ya he notado que las piernas no estaban precisamente pletóricas. Y siendo consciente de ello y de las causas he pensado que lo mejor era tomarse las cosas con calma y trotar allá donde las piernas me dejasen y dejar pasar las subidas andándolas lo más rápido que fuera capaz.
Hasta el primer avituallamiento, situado poco más allá del kilómetro séis ha sido el peor momento de la carrera, debiendo confesar que en algún momento he llegado a tener decidido dejarlo en dicho punto. A destacar en este tramo la presencia de un corredor del Club Los Coixos de Carlet que viniendo desde atrás me ha reconocido a pesar de no conocernos en persona (¿tú eres Tinyo?), declarándose seguidor de mi foro... compañero, si lees esto gracias por seguirme y perdona si he sido poco expresivo en ese momento pero lo cierto es que me has pillado en un momento en el que estaba precisamente en esa situación de plantearme el abandono a las primeras de cambio. Bueno, el caso es que con mucha más pena que gloria he alcanzado el primer avituallamiento y definitivamente he decidido seguir a ver si poco a poco me entonaba. Para entonces, por el kilómetro séis, ya había consumido más de cuarenta y cuatro minutos.
Otro momento de la carrera
Por la cara parece que me siguiesen para pegarme...
Llegados a este punto, y después de un kilómetro de respiro, entrábamos en la parte más complicada del recorrido, hasta el kilómetro diecisésis, que se iniciaba con una dura subida de casi un kilómetro y que estaba salpicada de continuas subidas a las que seguían bajadas habitualmente por terreno bastante técnico, algo que se agravaba por el cansancio que mostraban mis piernas y por pequeñas molestias en mi pie izquierdo. Durante este tramo he tenido el privilegio de encontrarme con el gran Pepe Asins, con quien hacía muchísimo tiempo que no coincidía. De hecho me ha alcanzado justo antes del segundo avituallamiento y, como es costumbre en él, me ha inmortalizado saliendo del mismo. Me habría gustado poder compartir con él el resto de la carrera pero en mi estado ello ha sido imposible y poco a poco también ha ido dejándome atrás. Bien, el caso es que después de una larga bajada en el kilómetro catorce y de una última subida que nos dejaba en el último avituallamiento, he conseguido llegar allí.

En este punto, no sé si por la cercanía de la meta, por lo menos complicado del terreno, o por esa cocacola que me he obsequiado en el mismo (o quizá por la confluencia de los tres factores) mis piernas parecen haber revivido ligeramente y poco a poco he conseguido sentirme casi bien en este tramo final. No creáis que se habían acabado las dificultades porque de vez en cuando todavía aparecía alguna tachuela, o algo más que una tachuela, pero pese a ello desde este último avituallamiento hasta meta ha sido el único tramo en el que he rodado a gusto y sin molestias (o casi). Y así hasta llegar a meta en un tiempo de 2.35.59, muy cerquita de esas dos horas y media que era el objetivo que me había marcado en el avituallamiento del seis al decidir continuar.
Los metros finales
Conclusiones... a pesar de mi estado físico he conseguido acabar una prueba que no daba respiro y, de esa manera, pasar una mañana más disfrutando de la montaña. En estos momentos, además, mis piernas están muchísimo mejor de lo que sería de esperar así que balance del fin de semana es muy positivo y refuerzan mi moral para continuar adelante con la satisfacción de comprobar que esto sigue avanzando por el buen camino. En cuanto a la carrera la verdad es que tiene todo para consolidarse: la organización más que correcta y un recorrido montañero y exigente. Quizá el único pero es que le haya faltado un poco de calor humano pero teniendo en cuenta el entorno donde se desarrolla esto será más complicado. Trasladar mi agradecimiento y mi enhorabuena tanto a organización como a voluntarios y felicitar a los ganadores, especialmente a David Ballester, de mi club, Mur i Castell-Tuga.
Os dejo los habituales enlaces....



Por cierto, Rubén ha acabado su carrera de "novatos" por debajo de las dos horas y sufriendo, tal y como es debido. Veí, progresas adecuadamente así que prepárate que la próxima es el 10000 del 27/11 en Valencia.

Regreso a la Senda Negra; Medio Maratón de Alcoy

Cartel de la prueba
Después de casi once meses sin competir por la Senda Negra hace un par de semanas me decidí a inscribirme en la Media Maratón de Alcoi. Las razones fueron varias: el hecho de que mi hermana viva allí con mi cuñado y mis sobrinos, las ganas que tenía de comprobar si los progresos del último mes y medio, las buenas sensaciones, tenían continuidad en algo que se me hace tan cuesta arriba como el asfalto, y, como no, lo que me pareció un atractivo circuito que ya se intuía exigente y agradable al mismo tiempo para volver a disfrutar, o a sufrir no sé, de las carreras de asfalto.
Después de pasar la mañana con la familia y de una comida tempranera y ligera, pasta como no, enseguida tocaba ponerse las pilas y prepararse para correr. Cierto es que la hora era poco habitual, las 16.30, pero en principio tampoco parecía una mala opción aunque quizá con un tiempo más normal habríamos pasado frío. Sin embargo la climatología ha estado con nosotros y la tarde ha sido casi ideal para la práctica del running. En cuanto he dejado el coche y he llegado a la zona de salida ya me he dado cuenta de que el ambiente era espléndido y de que el mismo invitaba a ponerse las pilas y a dar el máximo. Sin embargo por mi cabeza no rondaba esa idea. Después de tanto tiempo sin sufrir por el asfalto insisto en que mi único objetivo era comprobar en un tipo de terreno menos favorable para mi cabeza los progresos de las últimas semanas, saliendo a un ritmo decente pero no excesivamente exigente y tratando en todo momento de correr en función de lo que mis piernas y, especialmente, mi cabeza, pidiesen. En esta ocasión, evidentemente, tanto por la lejanía de la carrera como por el tipo de prueba, pocos han sido los conocidos que me he encontrado; sin embargo me ha hecho ilusión volver a encontrarme con Torko después de Alpuente; por cierto, estás fuerte, muy fuerte.
En fin, llegado el momento, aunque con algo de retraso, se ha dado la salida y, claro, todos a correr. En esta ocasión me había ubicado bastante detrás en la salida (ahora creo que demasiado detrás) y ello ha hecho que me haya costado encontrar el ritmo adecuado; demasiada gente colocada por delante de mí que no era de mi guerra así que me ha tocado armarme de paciencia y, poco a poco, al tiempo que adelantaba a gente, ir encontrando el ritmo deseado.
El circuito ha resultado exigente desde el primer momento con continuos cambios de perfil, ahora subiendo, después bajando, que al final acababan por mermar las fuerzas. Especialmente exigente la primera mitad del recorrido, hasta prácticamente el kilómetro doce que eran siempre con un perfil ascendente. Los primeros cinco kilómetros han transcurrido por las calles de Alcoy y, salvo el cuarto parcial han sido siempre picando hacia arriba. Parciales de 5.09, 4.53, 5.27, 4.57 y 4.57 me han llevado a un parcial al paso del kilómetro cinco de 25.27, algo que en principio me daba bastante ánimo para continuar con buen paso hacia adelante. Las sensaciones hasta este punto eran bastante buenas y las piernas respondían correctamente... la cabeza, de momento, también.
Transcurrido este punto se entraba rápidamente en el tramo de vía verde, que nos iba a llevar aproximadamente hasta el kilómetro 13, siendo todo el tramo hasta el doce de continua subida. Alcanzado el doce volvíamos sobre nuestros pasos, en sentido contrario hasta el punto donde girábamos a la derecha para dejar la vía verde a la altura del polideportivo Francisco Laporta. En este tramo de ascenso han empezado ciertas dudas que me han llevado a perder un poco el ritmo; las piernas seguían bastante fuertes pero como siempre la cabeza iba dando tumbos y no acababa de ayudar en la tarea. Hasta el kilómetro siete he aguantado bien, con parciales de 5.06 y 5.13 pero a partir de ocho he pasado por algún momento de debilidad que se ha notado en los parciales desde este kilómetro al doce. Valgan como ejemplo el tramo del ocho al diez donde he marcado respectivos 5.33, 5.42 y 5.28. En este punto el Garmin se ha descontrolado algo al paso del último túnel y ello ha hecho que se haya "perdido" un kilómetro largo entre el 11 y el 12, tramo que en realidad era entre el doce y el trece y que marcaba el final de la subida y el inicio del largo descenso que nos llevaría hasta el kilómetro 16. En estos supuestos dos kilómetros que, insisto, en realidad son algo más de tres, el parcial ha sido de 16.42. El once ha sido de bastante sufrimiento; sin embargo el último de ascenso me he encontrado mucho mejor, quizás empujado por la cercanía del final de la subida.
El tramo más cómodo de la carrera lo encontrábamos entre los kilómetros doce y diecisiete, metros de claro descenso y que, una vez abandonada la vía verde, nos llevaban de nuevo al casco urbano. En este tramo, pese a que las piernas en un principio parecen haber notado el cambio de perfil, me he encontrado muy entero, siempre sin forzar más de la cuenta, y las piernas enseguida se han adaptado al cambio. Especialmente importante ha sido el cambio que he notado a nivel de coco y que se ha mantenido bastante estable hasta el final. Ha sido, en resumen, un tramo muy provechoso, siempre por debajo del ritmo de cinco minutos el kilómetro y que, además me ha servido para reponer fuerzas.
Poco después de la llegada...
la cara dicen que es el reflejo del alma

A partir del kilómetro 18 la carrera se ha endurecido bastante. El paso por la Alameda, que esta vez no ha sido precisamente un paseo, nos ha dejado un tramo que alternaba momentos de subida, los más, con algún que otro descansillo o, incluso, bajada. Aquí sí que las piernas han empezado a dar muestras de cansancio y sorprendentemente he tirado más de coco que de físico. Sin embargo han sido tres kilómetros con ritmos muy bajos, especialmente el del 18. Llegados al kilómetro veinte, con la aparición de un nuevo descenso las piernas parecen haberse recuperado y el ritmo ha recuperado también alegría. Y ello a pesar de un último repecho, justo antes de la recta final que acababa por dejarte vacío. No obstante ello aún me he permitido el lujo de esprintar la recta final con muy buenas sensaciones hasta que me he encontrado a Leyre con la que, como es de recibo, he hecho la entrada en meta, acompañados en esta ocasión de mi sobrino Jorge (el nombre, siendo de Alcoi, no podía ser otro, ¿no creéis?).
En fin, en este punto solamente quedaba recoger el merecido avituallamiento donde he perdido el dorsal, personalizado en esta ocasión, algo que me ha molestado bastante. Quizá este punto, el del avituallamiento final, ha sido lo peor de la organización porque el atasco era monumental y debería ser un punto a mejorar el año que viene. Por lo demás un notable alto a los organizadores...
En cuanto a mí, satisfecho es la palabra. Volver a disputar una media de asfalto y hacerlo con unas sensaciones tan prometedoras me hacen reafirmarme en que esto marcha por buen camino. Eso es lo importante y lo demás queda en un segundo plano, incluyendo ese 1.49.06 que oficialmente he marcado en meta y que entra dentro de las previsiones iniciales de rodar en ritmos cercanos a los cinco minutos el kilómetro de media. Tanto es así que ya ando pensando en qué media me embarco antes de final de año.
Bueno, os dejo que en un rato tengo que salir a disputar otra aventura; con las piernas seguramente cansadas y con molestias en ese pie que tanto me está fastidiando últimamente, dentro de nada sonará el despertador y saldré rumbo al I Trail Roquette de Benifaió, otra vez mi querida montaña. Pero eso formará parte de otra historia que os contaré en la siguiente entrada. De momento os dejo con los habituales enlaces al Garmin y Wikiloc que en esta ocasión ya os he dicho que no son del todo fiables.


domingo, 6 de noviembre de 2011

La esencia del atletismo popular. VII Volta a Peu al Cabanyal

Circuito CRM Valencia
Después de la carrera de montaña de ayer por tierras de Vilafamés, para esta mañana teníamos previsto afrontar una de las carreras que se encuadran dentro del VII Circuito CRM de Carreras Populares de la Ciudad de Valencia, la VII Volta a Peu al Cabanyal. Y digo teníamos porque después de varios intentos hoy era el día del retorno de Mónica a las carreras. Ya sabéis que no es un asidua de las mismas pero después del final de año del 2010 parecía que podía engancharse un poquito... y así hasta hoy.
Pues dicho y hecho; a pesar de las inclemencias meteorológicas en forma de intensa y continuada lluvia, en compañía de Rubén nos hemos desplazado hasta el Barrio del Cabanyal, desgraciadamente muy en el candelero en estos tiempos por razones poco alentadoras, para dar buena cuenta de esos seis kilómetros de que constaba la prueba.
Por ahí anda Mónica...
Después de recoger los dorsales de la prueba, y casi sin tiempo para plantearnos nada, bajo una intensa lluvia se ha dado la salida de la carrera y allá que nos hemos lanzado a la aventura a ver si las cosas se daban bien...
Evidentemente el objetivo para Mónica y para Rubén era acabar de la mejor manera posible. ¿Para mí?, disfrutar de una nueva fiesta del atletismo popular. A pesar de que semana a semana puedo comprobar el boom del deporte no dejo de sorprenderme también semana a semana de la cantidad ingente de gente que está dispuesta a madrugar un domingo para disfrutar de correr un rato en compañía de tantos y tantos compañeros de fatiga. Y puedo decir que hoy he disfrutado como un enano. Al habitual entusiasmo de compartir mi hobby con tanta gente hoy se añadía el reto de conducir a Mónica hasta el final y eso siempre es un reto agradable.
... y por aquí Rubén y yo mismo
Iniciada la carrera, y una vez despejada la inevitable aglomeración de la salida, la propia Mónica ha puesto su ritmo, quizá demasiado elevado y allá que nos hemos lanzado Rubén y yo a seguirla. Primeros metros con buen ritmillo y con aparente comodidad en Mónica y Rubén y con esas hemos cubierto el primer kilómetro en 6:07, ritmo más que decente para lo previsto. A partir de este momento, pasada la euforia del arranque hemos bajado levemente el ritmo y hemos cubierto el resto de kilómetros en 6:19, 6:54 (en este tercer kilómetro primera "paradica" y Rubén que se ha descolgado un poquito), 6:48 y 6:54 para el quinto kilómetro.
En este punto Mónica ya iba un poco tocada de cabeza y se le hacía complicado no parar así que trabajo psicológico estaba en pleno apogeo. Y así, entre arrancadas y breves paradas, nos hemos plantado en la recta final donde a falta de trescientos metros he "incitado" a Mónica a esprintar para adelantar algún puesto y bajar de los 39 minutos, cosa que hemos conseguido por los pelos.
Satisfacción en la llegada a meta
Con el objetivo cumplido, y con un ritmo mejor del que podía esperar en la salida, 6.39, solamente quedaba esperar la llegada de Rubén que no se ha hecho esperar. Al final un tiempo oficial de 40.30 y real de 38:58 para esos casi seis kilómetros de carrera popular en el sentido más puro del término. Dos mil quinientos sesenta y nueve llegados a meta en un día como el de hoy es para estar satisfechos. Enhorabuena por ello a la organización y a pensar en nuevos retos para Mónica. El 27 de noviembre mientras yo andaré sufriendo por esas montañas de Serra, Mónica debería estar completando su primer diez mil, coincidiendo con la maratón de Valencia.
En fin, os dejo los habituales enlaces...


VII Marxa al Terme de Vilafamés; un paso adelante

Cartel de la carrera
Empieza noviembre y no se me ocurría mejor manera de hacerlo que haciendo lo que más nos gusta, correr por esas montañas de Dios. La semana había sido nuevamente intensa en relación al volumen de trabajo físico, tanto en rodadas como en gimnasio y a decir verdad este periodo de buen tono en los entrenamientos empieza a notarse en las piernas y en los ritmos; vamos, que la cosa parece enderezarse poco a poco y tanto física como mentalmente el cuerpo empieza a despertar.
Esta semana tocaba la experiencia de volver a Vilafamés a conocer ese recorrido recortado que desde la edición del año pasado nos preparan por esas tierras. En esta ocasión, además, suponía casi como correr por casa. La irrupción en mi vida laboral de Porcelánicos HDC, comprada un año atrás por la empresa en la que trabajo desde hace catorce años, ha supuesto que, como mínimo, una vez a la semana mis sesiones de rodadas y entrenamientos varios se desarrollen por allí. Por eso esta carrera la afrontaba con un poquito más de ilusión que otras. Pese a ello no olvidaba que el objetivo para estos dos meses que quedan del 2011 no es otro que el de volver a recobrar esa fuerza mental que me hizo conseguir importantes objetivos durante el 2010, todo ello al tiempo de ir recuperando también ese tono físico del año anterior. Y para ello este año solamente pretendo consolidar los buenos entrenamientos que empiezan a salir y complementarlo con un importante volumen de kilómetros en carrera pero siempre, con contadas excepciones, tomando estas carreras como pretexto para hacer la salida larga del fin de semana.
Con esta expectativas, después de un breve viaje desde Castellón me planté en las inmediaciones del polideportivo donde se recogían los dorsales. Enseguida el encuentro con conocidos de todo tipo y condición y charraeta con Karmele y Pascual comentando todo tipo de cosas. Veinte minutos antes de la salida empezamos el calentamiento que también compartí con Karmele y después de ello nos dirigimos hacia la línea de salida. Allí coincidimos con Diego, esta vez sin Ana pero con su hijo que se marcaría un carrerón, Sofía y Sonia, a la postre primera y segunda de féminas, Fernando García, colega de sinsabores en esto de la dirección de RRHH, él en TAU, quien me presenta a Kinetads, un placer conocerte, los Kiyos, y algunos más que me dejo en la memoria. Y en su compañía fueron pasando los minutos previos a la salida así que casi sin darnos cuenta llegó el momento de empezar a correr.
Una vez dada la salida tocaba ascender por las calles del pueblo hasta la parte alta del mismo llegando hasta al castillo. Y la verdad es que al final de la subida se nota el esfuerzo inicial. Y todo ello pese a que, siguiendo el plan preestablecido, me tomé este inicio con calma. En los primeros compases de la carrera, en compañía de Diego y de Karmele, fui tratando de regular el esfuerzo de esta primera subida a pesar de que bastante gente iba pasándonos. Y así, subiendo hasta algo más allá del primer kilómetro, llegamos al castillo que daba paso a una ligera bajada y a partir de ahí un primer tramo de carrera mayoritariamente por pista, con algún que otro tramo de senda, y con un denominador común: tramo razonablemente cómodo pero siempre con tendencia a picar hacia arriba. Así durante los primeros cinco primeros kilómetros se contabiliza en el Garmin una pendiente media de algo más del 3%. En este tramo me marco un ritmo cómodo pero constante, tanto subiendo como bajando, que me deja en el parcial del kilómetro cinco en un tiempo de 28:22.
Empieza aquí el segundo de los tramos en los que he dividido la prueba, el más exigente de todos, que nos dejará en el punto más alto del recorrido, en las antenas. El inicio de este segundo tramo, en concreto los kilómetros seis y siete suponen más de lo mismo, con continuos toboganes que van dejando huella en las piernas y que dejan parciales más elevados debido en el sexto kilómetro a una breve parada en el avituallamiento y en el séptimo a la dificultad del terreno debido a lo resbaladizo de algún tramo. A partir del kilómetro siete empezaba la traca; cuatro kilómetros de continuado ascenso que nos llevarán desde los cuatrocientos hasta los setecientos metros de altitud, allá en las antenas. Y para empezar un primer tramo de cuatrocientos metros muy duros tanto por el desnivel del terreno como por el estado en que se encontraba. Evidentemente este tramo me lo tomo con cierta calma y poco a poco vamos coronando hasta llegar al Mas de Panero. El resto del tramo de ascenso era bastante más llevadero con tramos en los que trotaba con suficiencia y algún otro algo más duro. Pero bueno, con un terreno fácil de pisar fuimos dando cuenta de la subida hasta plantarnos en el kilómetro once con buenas piernas y con ganas de apretar un poquito en la bajada. En este punto transitamos en algo más de hora y quince minutos.
Y desde aquí, en el último de los tres tramos en lo que he dividido la carrera, tocaba bajar para volver al pueblo. Primer kilómetro muy corredor, que transito en 4.46 y que da paso a un par de kilómetros mucho más técnicos y con bastante desnivel, dificultad que incrementa lo resbaladizo de alguna zona. Nos tomamos las cosas con bastante tranquilidadincreíble sensación de suficiencia que hacía tiempo que no sentía. ¿El tiempo final?; 01:40:09 pero, creedme, eso es lo de menos.
Finalizado el esfuerzo solamente queda mostrar la admiración por el extraordinario "avituallamiento" final.. aquello parecía un cumpleaños. Pero bueno, después de un breve pero intenso refrigerio abandonamos la zona rumbo al coche y de ahí a Onda donde me esperaba una buena comida en compañía de amigos del trabajo.
En fin, una más a la saca. Las sensaciones siguen mejorando día a día y eso me hace ser muy optimista. Sigue la sombra de la duda de esas molestias en el pie que no van a peor pero que tampoco acaban de mejorar pero seguro que en poco tiempo serán un recuerdo del pasado. Enhorabuena a la organización porque han conseguido una buena prueba, con un recorrido que me parece aceptable, algo corredor para mi gusto, pero al fin y al cabo bueno y un gran trato a los corredores.


Perfil de la VII Marxa al Terme de Vilafamés